49

1.3K 70 1
                                    

La pareja corría con desesperación hasta la cabaña de Johan, habían escuchado un disparo proviniendo de ahí. Paula estaba más que asustada, la locura de Mario era tanta que era capaz de asesinar a Paisa, y eso era lo que más le angustiaba a Sebastián.

Estaban a unos cuantos metros de la puerta cuando vieron a Johan salir con Paisa, ambos tenían golpes en el rostro, sangre en los nudillos y también en el rostro, los cuatro se quedaron inmóviles, ¿qué carajos había sucedido? Paula no lo pensó más y corrió a abrazar su amigo, había estado muy angustiada por él.

-¿Estás bien? ¿Qué pasó?- cuestionó mientras se separaba de él y lo examinaba cual madre cuando su hijo se lastimaba.

-Nada importante, solo una ligera discusión con Mario- fue la respuesta de el, el cual miraba a Johan en busca de qué responder.

-Esos golpes dicen lo contrario, ¿qué fue lo que pasó ahí dentro?- Sebastián estaba serio al decir aquello, sabía que algo estaba mal. Tanto Paisa como Johan intercambiaron miradas, el decir la verdad podría perjudicarlos a los tres.

-Peleamos con Mario, ¿feliz? Ahora vámonos- ordenó Johan a todos, había olvidado quién mandaba a quién en ese lugar lo que podría traer consecuencias si lo toma a mal.

-¿Irnos? Carajo, miren cómo están, escuchamos el balazo y lo peor es que Mario sigue dentro y no sé el por qué, así que no nos iremos de aquí hasta haber entrado a esa cabaña y ver que Mario está bien- fue la respuesta de Sebastián el cual apartó a Johan con un leve empujón hacia un lado.

-Quédense aquí si eso quieren, nosotros iremos por Mario- dijo Paula y, antes de siquiera poner un pie en la entrada, el azabache salió con el rostro y las manos ensangrentadas, su ropa estaba rota y también con manchas de sangre.

-¡¿Qué carajos te pasó?!- cuestionó Sebastián al ver qué tan mal se encontraba Mario, parecía como si 10 hombres lo hubieran golpeado.

-Nada grave, solo jugamos un rato, ¿cierto, chicos?- sonrió de forma burlona a lo que Johan se colocó frente de Paisa de forma amenazante hacia Mario, ya le había hecho demasiado daño al Paisa.

-¿Jugaban? ¿Es en serio? ¡Mírate! Parece que estuvieron a punto de matarte, no me vengas con que fue un juego, necesito que me expliques todo- respondió Sebastián furioso, a ese paso no durarían ni 1 mes en el lugar.

Mario se acercó a Johan manteniendo su sonrisa burlona, pero el no le parecía nada gracioso. Paisa se colocó a un lado de Johan y le tomó la mano, no iba a huir de Mario, ya no.

-¿Por qué tomaste la mano de Johan?- cuestionó Mario al ver la acción de Paisa, la sonrisa que se había dibujado en su rostro hace unos momentos había desaparecido totalmente, quería golpear a Johan en ese momento, pero debía controlarse.

-Porque quiero- fue la respuesta de Paisa a lo que Mario solo los fulminó a ambos con la mirada y después comenzó a caminar lejos de ahí, no quería verlos más.

-¡Carajo! ¿Por qué tienen que estar peleando? ¿Qué parte de "tenemos que ocultarnos para que nadie nos encuentre" no entendieron?- cuestionó un Sebastián con ganas de matarlos a todos.

-Él empezó- respondió Paisa molesto, fue la culpa de Mario que estén así.

-¡A mí no me importa si Mario empezó! Ustedes son unos "adultos", simplemente ignórenlo y ya, malditos infantiles- dijo Sebastián para después tomar la mano de Paula, dar media vuelta y comenzar a caminar hacia la cabaña de Calle y Poché.

Cuando Paisa y Johan quedaron completamente solos el menor cuestionó:

-¿Estás bien, Johan? ¿Te duele algo?- estaba preocupado por su amigo el cual simplemente le regaló una sonrisa apenas notable.

Enamoradas en Prisión {Caché G¡P}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora