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-A pesar de ser de noche el agua sigue tibia- opinó Johan cuando las olas llegaron a cubrir sus pies.

-Ven, vamos más adentro- propuso el menor para después tomar la mano de su contrario, comenzaron a caminar un poco más hacia adentro, pero cuando el agua ya llegaba al pecho de ambos decidieron quedarse ahí.

-Es tan cálida- opinó Johan después de soltar un suspiro.

-Pero tus brazos lo son aún más- respondió Paisa para después hacer que Johan rodeara su cintura con sus brazos, acto que hizo soltar una leve risa a Johan.

-¿Por qué eres tan tierno? Luces como un tierno conejito- y esas palabras bastaron para que Paisa se sonrojara.

-No digas cosas tan cursis- se quejó intentando ocultar su sonrojo.

-Solo te estoy diciendo la verdad- Johan respondió y, tras esto, comenzó a hacerle cosquillas a su pequeño "conejito" el cual inmediatamente comenzó a reír.

-Espera, Johan, no hagas eso- intentaba soltarse del agarre del mayor, cosa que le resultaba difícil.

-No te voy a dejar, me gusta escuchar tu hermosa risa así que si debo hacer esto para que rías pues lo seguiré haciendo- Johan era feliz si Daniel también era feliz y el escucharlo reír hacía que una enorme sonrisa apareciera en su rostro.

Pero la persona que las miraba desde la orilla no estaba completamente feliz, mejor dicho, no tenía ni un solo rastro de felicidad, mucho menos cuando se enteró que Paisa y Johan comenzaron una relación, los había estado vigilando cuando no se daban cuenta, los veía ser felices sin él.

-Pronto acabaré con toda la felicidad que algún día pudieron sentir, lo juro- pensó para después dar media vuelta y marcharse de ahí.

Cuando Paisa se pudo soltar de Johan corrió hacia la orilla, pero no contaba con que Johan lo abrazaría por detrás.

-¡Te tengo!- Johan exclamó con felicidad. Paisa se giró para poder quedar de frente a el y rodeó su cuello con sus brazos.

-Ya no quiero cosquillas, mejor juguemos a otra cosa- la voz de Paisa se escuchaba un tanto seductora, pero su rostro reflejaba inocencia (la cual, por cierto, no tenía).

-¿Mmh? ¿A qué quieres jugar?- cuestionó Johan, tenía unas cuantas ideas en mente, sin embargo, no pondría en marcha ninguna hasta que Daniel no lo pidiera.

-Ven, vamos adentro y te cuento...

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-¡Una semana! ¡Una maldita semana y no han dar con la ubicación de la llamada! ¡¿Acaso son inútiles?! ¡¿Tengo que llamar a nuestros superiores para que vengan a resolver esto y yo quedar en ridículo por su culpa?!- reclamó el hombre, estaba impaciente, necesitaba dar con Johan y Poché cuanto antes.

-Señor, hemos intentado rastrearla, no nos arroja resultados, es como si esa llamada jamás se hubiese realizado, no existe- respondió uno de los chicos que se encontraba ahí, el ver furioso a su jefe les hacía sentir temor.

-¡Esa llamada se realizó! ¡¿Cómo carajos no puede haber registros?! ¡Ahí tienen el número! ¡Búsquenlo por cielo, mar y tierra si es necesario! No esperaré un maldito mes- el hombre estaba desesperado.

-Señor, no podemos hacer nada más que esperar a que vuelva a llamar, le recomiendo que...- aquel joven fue interrumpido.

-¡¿Cómo carajos voy a esperar tres semanas más para que pueda verificar que es verdadero o no?! ¡Eres un completo idiota! Quiero la ubicación de ese número a más tardar la próxima semana, si no lo tienen tendré que despedir gente...

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-Más lento...- suplicaba Paisa mientras sentía el miembro de su contrario entrar y salir con suma velocidad.

-¿Estás seguro que lo quieres más lento?- cuestionó Johan susurrando al oído de Paisa el cual se mordió el labio y se estremeció al sentir el aliento de Johan golpear en su piel.

-N-no, sigue como lo estás haciendo...- Paisa no podía controlar el placer que estaba experimentado en ese momento, jamás imaginó que Johan fuera tan bueno en la cama.

-Di mi nombre- ordenó de nuevo susurrando al oído de Daniel, seguido de esto mordió con fuerza el cuello de su contrario con el fin de dejarle una marca notable a la visión de cualquier persona.

-¡Johan! ¡Ah! ¡Duele!- Paisa no sabía qué era lo que más sentía, si dolor o excitación.

-Tu interior está tan apretado, ¿sabes cuánto me excita eso?- tras decir aquello separó más las piernas de su contrario dejándolo totalmente expuesto, pero así Johan podía moverse con más comodidad y entrar un poco más.

-¡Oh por...! ¡A-ahí! ¡Por favor, dame más!- los gemidos de Paisa indicaban una sola cosa, Johan había dado justo en el punto, aquel lugar donde aquel joven sentiría placer sí o sí.

-Con que quieres más, suplica por ello- Johan ordenó para después mover lentamente sus caderas, daba en el punto pero ahora era mucho más lento.

-P-por favor, Johan, hazlo rápido- Paisa suplicaba, necesitaba más de el y la expresión en su rostro lo demostraba- Necesito que me llenes completamente, por favor- estaba tan excitado que no sabía con certeza lo que decía, solo quería placer.

Johan al escuchar esas palabras quedó prácticamente hipnotizado y, sin pedirle más al menor, hizo lo que le Paisa le pedía con desespero.

Volvió al ritmo que hacía unos instantes tenía sólo para complacer y escuchar los hermosos gemidos de su contrario el cual parecía estar en las estrellas, jamás había sentido tal placer.

Era como si sus cuerpos se hubieran estado llamando desde hacía tanto tiempo, pero que por primera vez se estaban tocando, como si la necesidad de entregarse hubiera existido desde que se conocieron, ambos estaban experimentado el verdadero placer, algo que con nadie más habían sentido.

Ellos estaban destinados a estar juntos, y la reacción de sus cuerpos al sentir el roce del contrario lo demostraba, es como si fuera la primera vez que alguien los tocaba, además, sentimientos verdaderos se estaban mezclando, sentimientos que nadie les correspondió de la misma manera como ahora.

-Lo voy a sacar- informó Johan por lo cual frenó sus movimientos en seco.

-N-no, quédate dentro- Paisa pidió con ternura a lo que Johan no pudo negarse. Johan lleno el interior de Paisa manchando un poco las sábanas blancas.

Unos segundos después Johan se recostó a un lado de su pequeño conejito el cual se acercó a su contrario para poder abrazarlo, sus respiraciones seguían agitadas y sus corazones latían rápidamente.

-Te amo- Tras decir esto. Johan acarició el suave rostro de su contrario.

-Yo también te amo- respondió con una ligera sonrisa.

-Quédate a mi lado para siempre, por favor...


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Este cap. no tuvo nada Caché, asi que si este capitulo llega a 30 votos lo mas rápido posible tal vez hoy les suba otro cap.

Lxs amo ❤❤

Enamoradas en Prisión {Caché G¡P}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora