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La mayor se extrañó al escuchar las palabras de la contraria, por un lado se sentía extrañamente angustiada y, por el otro, sentía que no quería escuchar aquello.

-¿La verdad? ¿A qué te refieres?- la peliazul cuestionó un tanto intranquila.

-Mira, he tratado de ser honesta tanto contigo como conmigo en estos meses que llevamos juntas, sin embargo, no lo he sido del todo, así que quiero decirte algo sumamente importante pero quiero que prometas que escuches lo que escuches me seguirás amando tal y como yo lo hago- su voz era fría y eso hacía que Poche se sintiera más angustiada, sabía que era algo muy malo y no quería desilusionarse, pero no tenía más remedio que hacer la promesa:

-Lo prometo, sea lo que sea te seguiré amando- dudaba, tenía tanto miedo de lo que fuera a suceder que simplemente quería huir.

-De acuerdo, sólo ten en mente que te amo con todo mi corazón...- hizo una pausa para acariciar la mejilla de su contraria la cual intentó tranquilizarse, Calle siguió-... Cuando te arresté y llegaste aquí hice...- es interrumpido por su superior.

-Calle, justo te estaba buscando, ven aquí, necesito que me hagas un favor- dijo Johann al estar frente a la menor.

-¿Debe ser ahora? Estoy tratando un asunto importante- repuso la menor con molestia.

-¿Algo importante con esta criminal? Con ella nada puede ser importante así que cállate y acompáñame- tras decir esto dio media vuelta, Calle soltó un pesado suspiro y se puso de pie.

-Vuelvo en un momento- tras decir aquello a Poche fue detrás de Johann, entraron a la oficina del jefe, el cual no se encontraba ahí aún.

-Cierra con llave- ordenó Johann mientras tomaba asiento en la silla del jefe, tal y como si fuese suya. Encendió un cigarrillo y ofreció a la menor la cual sin esperar tanto aceptó y lo encendió. Inmediatamente se llevó aquél vicio a la boca, parecía que disfrutarlo.

-¿Y bien?¿Qué quieres?- cuestionó la menor después de soltar el humo del cigarrillo.

-Escuché lo que hablabas con Poche y debo decirte que fue muy estúpido de tu parte pensar en decirle el plan- soltó el mayor burlón.

-¿Sabes? Cuando el jefe me propuso el plan había una gran diferencia a lo que es ahora, yo no estaba enamorada...- la menor es interrumpido por su mayor, el cual intentaba contener su molestia.

-¡Se te dijo claramente que no debías enamorarte de ella! ¡Sabías que eso era fundamental para poder cumplir con el objetivo!- gritó para después dar un golpe al escritorio. Tenía razón, una condición era que Calle no debía enamorarse, pero no fue así.

-Perdóname pero no puedo mandar a mi corazón- respondió con seriedad, solo quería que esa conversación terminara cuanto antes.

-Estás hablando como una estupida, y por lo que veo, no eres una estupida así que simplemente cállate, deja tus malditos sentimientos de lado y sigue con el plan, ya tenemos a 2 de 3, así que haz que revele cuanto antes la ubicación de su guarida- ordenó el mayor para después ponerse de pie y colocarse frente a la menor de forma amenazante.

-Lo siento, no sabía que las estupidas eran las únicas que podían enamorarse- la menor respondió de forma un tanto burlona.

-No puedes enamorarte de una maldita criminal, simplemente no es posible, es una verdadera estupidez- tras decir esto, tomó a la menor del cuello de la chaqueta del uniforme- Te advierto una cosa, si se te ocurre hacer una idiotez, ya sea advertirle sobre lo que sucederá o actuar en nuestra contra me encargaré de mandarte a la horca al igual que a esa criminal- amenazó con furia.

Enamoradas en Prisión {Caché G¡P}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora