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Cuando Poche terminó el de comer, Calle la sacó al patio con los demás prisioneros.

-¿Por qué me traes aquí?- preguntó con molestia, no quería relacionarse con alguien más que no fueran sus hombres, ni para bien, ni para mal.

-Necesitas hacer nuevos amigos, tu estancia será muy larga aquí y no te conviene estar sola- dijo para después quitarle las esposas.- Bueno, aquí hace mucho calor así que estaré dentro, si necesitas algo solo dime- tras decir eso último guiñó un ojo a la menor y entró de nuevo al comedor, la peliazul se extrañó por su comportamiento, simplemente caminó hasta una pequeña banca y tomó asiento.

Miraba incómodo a los demás prisioneros, los cuales la miraban con atención, intentaba cubrirse del sol pero le pareció imposible, el sol estaba en su punto más alto y no dejaba ni una pequeña esquina con sombra.

-Vaya, vaya, ¿pero qué tenemos aquí? Una pequeña gatita solo, sin su dueño que lo cuide de los peligros que hay en este lugar- dijo un hombre alto, con tatuajes en todo el rostro, tan intimidante para cualquier persona, menos para Poche o algún oficial.

-¿y tú qué eres? ¿Un enorme simio en busca de su banana? Mira, que aquí hay muchas bananas que puedes mamar si quieres así que desaparece de mi vista- respondió mientras se cruzaba de brazos, un gran "Uhhhh" se escuchó en el lugar por parte de los prisioneros que lograron escuchar aquella respuesta.

-¡Cállense todos!- gritó el hombre, nadie jamás le habían dicho algo como eso y el hecho de que Poche lo hiciera le molestaba aún más.- No sabes con quién te estás metiendo, gatita- amenazó buscando respeto por parte de Poche, la cuál rió de forma burlona.

-¿Fue una amenaza? No creo conveniente que hagas eso conmigo- respondió para después ponerse de píe y quedar de frente al hombre, obviamente su contrario era mucho más alto.

-¿Por qué no debo hacerlo, gatita?- sonrió también de forma burlona.

-Porque yo soy Killer- respondió para después darle un merecido golpe en el rostro, hace un rato salió de una pelea con Calle donde salió algo herida, pero eso no le importo, necesitaba sacar su coraje de una u otra forma.

El hombre, en lugar de responder el golpe miró por unos segundos sorprendido a Poche, el cual estaba listo para pelear.

-L-lo siento- respondió para después dar media vuelta y caminar a paso rápido, la pequeña bolita que se había formado con los prisioneros que veían lo que sucedía se deshizo y todos se alejaron de Poche. A la peliazul no le quedó más que tomar asiento de nuevo y esperar a que su "niñera" fuera por ella.

-Carajo, ¿estás bien?- cuestionó un oficial mientras llegaba al lado de Poche, había que corrido y estaba jadeando- Mierda, debo adquirir más condición- dijo intentando recuperar el aliento, Poche sólo lo observaba extrañada, no lo había visto antes.

-¿Sí? Estoy bien, ¿no debería haber estarlo?- su contrario miró su rostro el cual indicaba que estaba confundido.

-¡Oh! Lo olvidé, permíteme presentarme, soy el oficial Daniel Patiño, pero tú puedes llamarme Paisa- sonrió de forma amable, lo cual extrañaba aún más a la mayor, ¿por qué le sonreía? ¿Acaso no sabía con quién estaba tratando?

-Mucho gusto, yo soy...- antes de poder seguir, el menor lo interrumpió

-Killer, lo sé- de igual forma sonrió.

-Y... ¿No vas a correr?- cuestionó esperando a que el otro lo hiciera, estaba acostumbrado a que todos huyeran cuando escuchaban su nombre.

-¿Mmh? ¿Debería hacerlo?- soltó una pequeña risita.

-No, pero debo decir que eres muy amable conmigo sabiendo que soy una criminal, y no cualquiera, la más peligrosa del mundo, me sorprende tu actitud- explicó mientras se ponía de pie.

-Bueno, pienso que los criminales como tú necesitan recibir algo de amabilidad, además, quiero que me trates tal y como yo te trato, no me gustaría que me golpearas o me asesinaras- a pesar de decir aquello, mantuvo su radiante sonrisa, en parte tenía que razón pero casi nadie habían sido amable con Poche, por lo que se sentía extraña.

Ambos se quedaron en silencio por un buen rato, hasta que Paisa comenzó a entablar una conversación.

-¿Aquel tipo no te lastimó?- cuestionó mientras miraba con atención al hombre alto.

-No, le dejé en claro quién manda aquí y salió corriendo- se burló.

-Ah, y justo por esa razón había salido, creí que te haría pedazos- respondió con seriedad.

-Nadie puede hacerme pedazos- soltó una risa burlona.

-Calle estuvo a punto de hacerlo- tras decir eso, ambos retomaron el silencio, Poche comenzó a pensarlo, y sí, era cierto, Calle lo golpeó con la misma y quizás con más fuerza con la que ella la golpeó.

Después de otro rato en silencio Calle llegó.

-¿Qué haces aquí, Paisa?- cuestionó con el ceño fruncido.

-Cuidando a Killer, ¿qué más he de hacer?- respondió con una sonrisa a su amiga.

-Ella está bajo mi cargo, así que esfúmate- dijo para después darle un pequeño golpe en el brazo a su mejor amigo, el cual solo pudo reír e irse de ahí.

-¿Entonces no vas a compartirme con nadie más?- soltó una risa burlona a la menor, la cual le dio un ligero golpe en la nuca.

-Cállate, soy celosa con mis cosas- respondió con seriedad.

-¿O sea que soy una "cosa"?- no pudo evitar reír al escuchar aquello de su contraria.

-Oh sí, una "cosa" a la que puedo tirar a la basura cuando me dé la gana- tras decir esto Poche se quedó en total silencio. Eso había sido para muchas personas durante toda su vida, una cosa desechable, no le sorprendía que Calle le dijera eso, aunque le dolía un poco puesto que apenas si la conoce, ¿cómo podía decir eso si aún no terminaba de conocerla? Pero algo era seguro, aunque la llegase a conocer a profundidad no cambiaría su opinion respecto a Poche.

-Calle, ya está todo preparado- informó Paula llegando a su lado, Poche no pudo evitar mirarla, ambas oficiales sonrieron de una forma un tanto macabra.

-¿Qué van a...?- antes de poder terminar la pregunta, Calle dijo:

-Hora del baño, Poche...

Enamoradas en Prisión {Caché G¡P}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora