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-¡¿Cómo que sacaron a Killer de la prisión?!- gritaba el jefe una vez que Paisa le dio la información.

-Intenté detenerlos, jefe, pero Calle me amenazó con su arma- mintió, ¿qué había sucedido en realidad? Paisa sintió lástima por esas 3, aunque se sintió muy triste al ver cómo Calle lloraba, así que no se opuso y las dejó ir, pero tenía que rendirle cuentas a su jefe, por lo que tuvo que mentir.

-¿Sabes a dónde lo llevaron?- cuestionó el mayor mientras intentaba mantener la calma.

-No, señor, no lo sé- mintió de nuevo, después de ver la condición en la que se encontraba Poche no quería que la dañaran aún más, no sabía lo que había sucedido pero no fue nada bueno.

-¡Maldita sea! Solo espero que no la hayan liberado...

...

Cuando las 3 chicas llegaron al mejor hospital de la ciudad no tardaron mucho en atraer las vistas de las personas que pasaban una vez que bajaron del auto, pero todo se volvió peor cuando entraron al edificio pidiendo ayuda.

-¡Ayúdenme, por favor!- pedía Paula desesperada, estaba muy angustiada por Poche, solo quería que la ayudarán rápido.

Enfermeras y doctores comenzaron a acercarse, incluso llevaron una camilla, pero al ver de quien se trataba inmediatamente temieron por sus vidas.

-E-es Killer, ¿cierto?- cuestionó un doctor con nerviosismo.

-Eso no importa ahora, solo ayúdenla- suplicó la castaña intentando contener las lágrimas.

-P-pero...- es interrumpido por un oficial, el cual era del mismo hospital.

-Aquí no atenderemos a una criminal, supuestamente ya lo habían capturado, es más, la joven más alta es la que la había detenido, ¿quién nos asegura que no están aliadas y harán un mal movimiento aquí?...- el hombre es interrumpido por una Daniela molesta.

-¡No! ¡Yo la atrapé, yo la llevé a prisión pero ahora la dañaron y necesito ayuda! ¡Solo ayúdenla! Me aseguraré que no hará nada malo... Solo... Ayúdenla- sus manos temblaban al ver a la mayor muy mal entre sus brazos, parecía que estaba inconsciente, pero no, solo estaba muy débil. Una enfermera soltó un pesado suspiro y respondió por todos:

-De acuerdo, súbanla a la camilla- se ganó todas las miradas, pero nadie dijo nada. La menor rápidamente dejó a la mayor con cuidado para no lastimarla más, al dejarla en la camilla la mayor sujetó con fuerza su brazo, no quería soltarla para nada.

-Debes soltarme, Pochesita- dijo la castaño con dificultad, lo que menos quería era alejarse de la peliazul puesto que hace unas horas lo hizo, la dejó, y todo salió mal.

-N-no... Me d-dejes...- susurró con demasiado dificultad, le dolía el simple hecho de intentar abrir los ojos o parpadear.

-No, no te dejaré, no lo haré otra vez, pero necesitan curarte, solo será un momento, ni siquiera notarás que no estoy, por favor, suéltame, quiero que te curen- un gran nudo se hizo en la garganta de la menor, en sus ojos se acumularon lágrimas. Poche, al ver esto, simplemente soltó a la menor, la cual acarició el cabello de su contraria, el cabello Azul con manchas rojas de sangre.- Te amo- susurró para después dejar un pequeño beso en su frente.

Paulatomó del brazo a su amiga la cual inmediatamente dio media vuelta y abrazó a su contraria, comenzó a llorar y sollozar fuertemente, tan fuerte que todos los que se encontraban en la sala lo miraban.

-¿Viste su mirada? me suplicaba que no la dejara, sus frías manos se aferraban a mí con fuerza, su sangre está en mi ropa, sangre que perdió por mi culpa- decía la menor mientras temblaba.

-Tranquila, estará bien, solo cálmate, ahora yo también me encargaré de ella para que no esté al cuidado de nadie más que no seamos tú o yo, pero primero debe salir de esta- le dolía decir aquello pero alguien debía ser la fuerte de ellas, aunque las lágrimas seguían saliendo quería ser un apoyo para su mejor amiga.

-La amo, Paula, la amo demasiado, que ahora esté así me pone muy mal, soy unq completa idiota, no debí dejarla sola, ahora por mi culpa estamos aquí- dijo la castaña con notable arrepentimiento. La mayor de ellas dos separó a su contrariq, la miró directo a los ojos y dijo:

-Ella también te ama, te ama como no tienes idea, está total y completamente loca por ti, solo que es como tú, no demuestra sus sentimientos porque tiene miedo, miedo de ser rechazada y lastimada, así que quiero que des el primer paso, sé honesta con tus sentimientos, cuando la beses que sea con sinceridad, cuando la abraces haz que pueda sentir tus latidos, esa emoción que sientes cuando está cerca de ti, que no importe lo que diga Johan o hasta el mismo jefe, será la relación de ustedes dos, con la que tienes que estar bien es con Poche, así que, cuando el doctor te diga que puedes pasar a verla lo primero que harás será decirle cuanto la amas y si no lo haces yo personalmente le diré a Paisa que te electrocute, ¿de acuerdo?- aquello que dijo la chica parecía más un regaño que motivación.

-Pero si me...- es interrumpido

-Pero nada, no hay un pero que valga, así que...- el celular de la menor comenzó a sonar- Mierda- susurró para después sacar el aparato de su bolsillo, miró la pantalla, era Paisa, inmediatamente respondió:

-¿Hola?
-¡Paisa! Qué sorpresa, ¿sucede algo?
-El jefe va por ustedes
-¡¿Qué?! ¡¿Le dijiste dónde estamos?!
-¡No! ¡Claro que no! Solo le dije que salieron amenazando a cualquiera que estuviese a su paso
-¡¿Por qué le dijiste eso?!
-¡Oye! Un maldito soplón le iba a decir que yo las vi y que las dejé salir, debí detenerlas ¡pero no! ¡Soy una buena persona y las dejé ir sin más! Además, no me iba a culpar yo solo, debía decir algo con lo que me creyera, y me preocupa que revisen las cámaras y vean que no hizo falta que me amenzaran
-Mierda... Entonces te debemos una, pero ahora lo importante, ¿Quién le dijo dónde estamos?
-Al parecer alguien del hospital le informó, no estoy seguro
-¡Maldición! ¡Maldita gente! ¡Así me dan unas tremendas ganas de decirle a Killer que los mate a todos!
-Tranquila, Calle, estoy seguro que pueden escucharte, en fin, debo colgar, mi hora de trabajo terminó y me urge ir a casa, cualquier cosa que suceda me llamas
-Gracias, Paisa, descansa.

-¿Y bien? ¿Qué te dijo?- cuestionó la Semi rubia, sus ojos estaban realmente hinchados y rojos, su nariz también había tomado un color rojizo, Calle no pudo evitar soltar una risita, pero rápidamente su modo serio se activó.

-El jefe viene...

Enamoradas en Prisión {Caché G¡P}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora