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Los hombres de Poche llegaron rápidamente a la celda de esta sin ningún problema, ningún obstáculo y era algo raro, desgraciadamente nadie sospechaba nada.


-¡Jefa!- exclamó con emoción uno de sus hombres mientras entraba a la celda. Los tres chicos habían estado esperando ahí tal y como planearon.


-Te felicito, creí que tardarían más- respondió la mayor con una ligera sonrisa, pero algo faltaba ahí y su sonrisa rápidamente se borró, imaginó lo peor- ¿Dónde está Sebastian?- cuestionó y Mario comenzó a alarmarse.


-Se quedó en una banca herido, mi señora, está con Paula...​- antes de poder terminar de explicar Mario lo interrumpió.


-¡¿Cómo que está herido?! ¡¿No se suponía que ustedes lo iban a proteger, inútiles?!- gritó, estaba muy alterado.


-Lo sentimos mucho, líder, intentamos protegerlos a los 3, sin embargo, un oficial disparó hacia Paula, entonces nuestro jefe Sebastian se interpuso y la bala impactó en su hombro...- intentó explicar pero Poche lo interrumpió.


-No se preocupen por eso, lo vamos a curar, mejor hay que salir de aquí rápido- propuso la peliazul- Vámonos, cariño- tomó la mano de Calle y, antes de poder salir, un grito se escuchó fuera de la celda.


-¡Mario!- gritó el menor al mismo tiempo que un disparo se escuchó.


-¡Paisa!- exclamó Calle aterrorizada, había reconocido la voz del menor. Un escalofrío recorrió el cuerpo del azabache, rápidamente salió de la celda junto con Calle y Poche para encontrarse con una escena que lo llenó de terror. Mario inmediatamente se acercó al chico que estaba tirado en el suelo y se arrodilló ante él.


-¡Daniel! ¡Paisa! ¡Háblame!- suplicaba, sus manos temblaban y sus ojos comenzaron a llenarse, había un poco de sangre de Paisa en el suelo, cosa que hizo que Mario se angustiara aún más, miró hacia el responsable, era un joven policía que parecía estar congelado por lo que había hecho- ¡Mátenlo! ¡Disparen y mátenlo!- ordenó a sus hombres los cuales, sin decir nada, dispararon contra ese oficial haciendo que este muriera al instante. Calle estaba helada, ¿cómo mierda pudo suceder estando tantos hombres afuera de la celda supuestamente vigilando que nada malo sucediera? Desgraciadamente, sucedió. -Daniel, bebé, por favor háblame, despierta- lo movió un poco para buscar la herida y su mundo se derrumbó cuando notó que la bala había impactado en su pecho, por suerte, el chaleco había ayudado un poco puesto que la bala no llegó profundo, incluso sobresalía.- Te voy a curar, debo curarte- dijo para después mirar hacia la celda, todos estaban mirando sorprendidos por lo que había sucedido.


-Mario, debes apresurarte, no creo que su corazón aguante por mucho- dijo una Calle con las manos temblorosas, Mario miró con sorpresa a Calle, ¿había escuchado bien?


-¿S-su corazón?- cuestionó creyendo qué nada podía empeorar más.


-¿No lo sabías? Tiene problemas cardíacos, seguramente se desmayó por la impresión, hay que sacarlo de aquí, ahora- respondió el menor pensando en el por qué Paisa no le había mencionado nada a su novio.

Enamoradas en Prisión {Caché G¡P}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora