Capítulo 7

11.3K 912 60
                                    

Llaman al timbre.

—¿Estas lista? — me pregunta Tony aun esperando fuera de casa, en el descansillo.

Afirmo con la cabeza y cierro la casa.

—Tu estate tranquila, los nervios solo te jugaran una mala pasada— dice mientras nos adentramos en el ascensor.

—Mi cabeza no deja de crear teorías sobre que ha podido pasar— digo una vez que estamos dentro.

—Lo sé, es normal Blair. Eres humana, y encima buena persona, es normal que te preocupes. Pero tienes que estar tranquila en esta situación.

—Tienes razón, e intento decírmelo a mi misma. Pero me resulta tan difícil— digo después de haber salido del portal.

Los dos andamos en silencio, permitiéndome que me guíe hasta nuestro destino.

—Le puedo decir a María de que hoy estas enferma.

Niego con la cabeza.

—No, necesito ir a trabajar. Si me quedo en casa, me volveré loca pensando en todo sin hacer nada.

—Se que la situación no es ideal, pero tienes que tener fe.

Bufo ante su último comentario.

—La fe, es lo primero que he perdido desde el minuto que nací.

—No soy nadie para preguntar por lo que has pasado, ni si quiera quiero imaginármelo. — se para para mirarme fijamente— Pero independientemente, de todo lo que hayas sufrido y de lo que sufras en tu vida privada. Yo te considero una de las mujeres más fuertes que conozco y a pesar de sufrir todo lo que te ha afectado, conseguiste salir de la oscuridad. Y eso te hacer ser grande Blair.

—Yo no quiero que la gente me muestre pena, o directamente piense en el sufrimiento que he tenido. No quiero que la gente me juzgue por pensar que algo malo me ha pasado y darme o ofrecerme todo más fácil por pena. Yo no quiero eso. Yo quiero conseguir las cosas por mi misma, para demostrarme que hasta en la oscuridad soy capaz de levantarme sin ayuda de nadie.

—Y por todos esos valores Blair, te hace ser mejor que el resto.

Sin que me haya dado cuenta del tiempo transcurrido, giro mi cabeza para ver que ya hemos llegado. La comisaría de policía.

Tony estira su brazo, en señal de que avance yo primera. Entro con la cabeza agachada de los nervios y sin poder evitarlo mis manos se unen automáticamente sin dejar de moverse.

—Buenas tardes, bienvenidos a la comisaría ¿en que puedo servirles?

—Queríamos denunciar una desaparición.

—¿Hace cuanto que no ven a la persona?

—La última vez fue ayer por la mañana, me dijo que tenía que hacer unas cosas que luego la vería y no apareció. Esta mañana encontré una nota diciendo de que se había ido de viaje, pero ella no hace eso.

—Mmm, las desapariciones solo se pueden denunciar una vez transcurridas las primeras 48 horas sin noticias de la persona. Además de que usted me comenta de que recibió una nota, seguramente tenía que hacer algo rápido y se marcho. No se preocupe señorita.

—Pero la nota no ha sido ella, se lo aseguro. — contesto cada vez más y más nerviosa.

—Lulú, que es la desaparecida y Blair— dice mirándome— se conocen desde hace muchísimo tiempo, y si ella dice que Lulú no haría esto es porque la conoce a la perfección.

—Entiendo, pero, de todas formas, no han pasado 48 horas aún. Si mañana por la mañana sigue sin contactar con la desaparecida, no dude en volver aquí y nosotros tomaremos cartas sobre el asunto. Pero hasta entonces legalmente no puedo hacer nada.

Placer OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora