Blair
Muchas personas piensan que el dinero da la felicidad, pero creo que están completamente equivocados.
Yo no soy feliz a pesar de estar completamente rodeada de lujos y oportunidades. Soy consciente de que tener un lugar donde poder vivir de forma cómoda es un lujo, y todo lo que tengo son caprichos. Pero no son gracias a mi.
No disfruto tener unos cuantos billetes más que el resto, porque a mí el dinero no me da la felicidad. Me falta un pilar en mi vida que se encuentra a dos pisos por debajo de mí para poder ser feliz.
He tardado en darme cuenta de ello.
Uno realmente no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, y es lo que me ha pasado a mi. La perdí al completo, y ahora estoy intentando solucionar los errores de mi pasado.
Escucho el sonido de mi estómago indicándome que tengo hambre, me giro hacia el otro lado para observar que me he pasado un rato largo en la cama mirando al techo sin hacer absolutamente nada.
Me levanto incorporándome despacio y me dirijo a mi armario.
Hablé con Alexander porque yo me quería escoger mi ropa, pero la única respuesta que obtuve es un silencio. La verdad es que no me siento muy cómoda llevando ropa interior que el haya podido escoger, aunque una parte de mi cabeza le gusta la idea.
Opto por unos pantalones y un top, pero prefiero ir descalza, a pesar de que esta no sea mi casa eso no significa que no pueda estar cómoda.
Salgo de la habitación para después dirigirme a la cocina a desayunar, mi tripa tenía razón, tengo mucha hambre. Cuando estoy a punto de terminar de bajar las escaleras el olor a tortitas inunda mis fosas nasales provocando que mi estomago vuelva a hacer un sonido.
Me asomo y observo a Alice en la cocina, preparando una bandeja repleta de comida.
—Buenos días—digo nada más entrar.
—¿Qué tal dormiste? — me pregunta sonriente.
El sábado entró en mi habitación y las dos nos pedimos disculpas por hablarnos mal. Ahora mismo ella es la única con la que puedo pasar el tiempo y que mi estancia aquí no se me haga tan pesada.
—No me puedo quejar. — digo mientras me siento en una de las butacas que se encuentran alrededor de la isla que hay en la cocina.
—Me alegro— me contesta mientras saca un vaso del armario rellenándolo con lo que seguro que es zumo de naranja— tómatelo con las pastillas.
Observo el bote de pastillas que se encuentra a mi derecha. No me gusta tomarlas si no me queda más remedio, creo que es algo totalmente comprensible. Pues con solo verlas mi mente no puede evitar relacionarlas con mi madre.
Desde que falleció a penas he tomado medicamentos, porque mi cabeza me juega malas pasadas transportándome al pasado.
Lulú de pequeña luchaba conmigo en aquellas ocasiones donde estaba mala y necesitaba tomar algún medicamento, pero era una lucha imposible. Solo me las tomo en momentos donde no pueda afrontar el dolor.
—Yo no creo que me hagan falta. — Alice me mira con cara de que le da igual lo que diga— Te prometo que me he levantado y no me duele nada. — digo antes de me mande a la mierda.
—El médico dijo que te las tomases durante toda esta semana—bufo al escucharla porque no me he tomado ninguna en estos dos últimos días, en cuento ella se giraba me las guardaba para después tirarlas.
Si realmente la necesitase por voluntad propia me las tomaría, pero como no es el caso, no veo ninguna razón por la cual deba tomármelas.
—No me hagas estar encima de ti para que te tomes una pastilla—me doy la vuelta y observo a Alexander apoyarse sobre el marco de la entrada con sus ojos puestos en mi.
ESTÁS LEYENDO
Placer Oscuro
RomanceLibro I - Duología Oscuridad Blair Walker lleva sufriendo durante toda su vida. Con 21 años, trabajando desde hace 4 como stripper y ahora estudiando. Lo que menos se hubiese esperado es que su padre la vendiese al igual que lo hizo su madre años...