Kaiden
—Despierta Kaiden.
No puedo evitar soltar un gruñido al escuchar una voz que me levanta del sueño. Cuando Andrew me dejo en el apartamento noté un pinchazo en el brazo que me hizo perder completamente la consciencia y me sumergí en un sueño profundo.
—Kaiden ¿Me estas escuchando? — suelto un gruñido para que se de cuenta que efectivamente me ha levantado de mi sueño— tienes que incorporarte para tomarte esto.
Siento un ardor que me recorre por toda la espalda, me encuentro tumbado en la cama con mi pecho pegado al colchón y la espalda al descubierto.
—No puedo ser tu niñera, levántate que me tengo que ir.
—Nadie te ha pedido que estés aquí.
—Cierra el pico e incorpórate. — según dice esas palabras decido hacerle caso para que me deje volver a dormir, aunque dudo mucho que consiga hacerlo.
Poso mis manos en el colchón y con la fuerza de mis brazos me incorporo lentamente, pero no puedo evitar soltar una mueca de dolor en el proceso. Siento como los músculos de mi espalda comienzan a estirarse provocando que las heridas ardan con mayor intensidad.
—Ey despacio tio, no hagas mucha fuerza.
Cuando por fin me encuentro incorporado levanto mi rostro para observar a Andrew sentado al lado mío. Su rostro delata una preocupación sobre la situación en la que me encuentro. Para que mentirme, se que estoy muy jodido.
En todo el tiempo que nos conocemos ninguno de los dos hemos estado ante una situación igual con Alexander, es la primera vez que me somete a un castigo de este nivel. Y ninguno sabe como actuar.
—Tomate esto— extiende una de sus manos para ofrecerme unas pastillas mientras que en la otra sujeta una botella de agua.
—No me molesto ni en preguntarte que es. — pregunto mirando las pastillas que se encuentran ahora en la palma de mi mano.
—¿A caso te importa? — pregunta alzando una ceja.
—No— me las meto en la boca para después beber un poco de agua y así tragarlas mejor.
Le doy la botella y mi mirada se fija en mis manos, completamente enrojecidas. Extiendo la palma de mi mano y puedo ver a la perfección la marca de cada una de uñas, intenté aguantar el dolor como pude. Cada roce del látigo contra mi piel hacia que me olvidase de otras heridas que me estaba haciendo.
—¿Vas a ir a trabajar?
—Tengo que sustituirte...— a pesar de que no le este observando se que su atención esta sobre mi—Kaiden...
—Creo que lo mejor será que nadie se entere de ello— digo alzando la cabeza.
—Necesitas que alguien este pendiente de tus heridas y yo tengo que ir a trabajar.
—Ni se te ocurra. — esta vez le digo mirándole fijamente a los ojos— Si las llamas será peor para todos y para ellas.
Veo que intenta volver a hablar, pero me levanto despacio con la intención de salir de la habitación para no discutir más sobre el tema.
Independientemente de que Alexander me dijese que no lo hiciese, me duele decir que tiene razón. Si alguna de nuestras hermanas me viese todo se iría a la mierda, necesito este tiempo para ordenar el caos que hay en mi cabeza.
Llego a la cocina y me preparo un café, no voy a estar todo el día aquí encerrado esperando a que mis heridas curen. No puedo perder ningún minuto, tengo muchas cosas que hacer y meter a mi familia en medio solo empeorará las cosas.
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Placer Oscuro
RomanceLibro I - Duología Oscuridad Blair Walker lleva sufriendo durante toda su vida. Con 21 años, trabajando desde hace 4 como stripper y ahora estudiando. Lo que menos se hubiese esperado es que su padre la vendiese al igual que lo hizo su madre años...