Capítulo 28

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Blair

Estoy nerviosa, y es algo que no se si voy a ser capaz de ocultarlo. A pesar de que hice caso y me puse el vestido que me trajo Alice, no puedo evitar tener la sensación de que ansiedad se apodere de mi.

No entiendo la causa de porque mi cuerpo reaccionó de esta forma según salí de su despacho. No es que sea la primera vez que me lleve a trabajar con él, pero tengo una corazonada de que algo puede suceder. Temo no poder estar preparada.

Toc. Toc.

—¿Todo bien? — se escucha la voz de Alice desde fuera del baño.

—Si, dame cinco minutos y ya salgo. — solo cuando escucho sus pasos alejarse de la puerta es cuando me permito volver a respirar.

Abro los ojos quedando perpleja por mi reflejo en el espejo. No entiendo mucho de moda a pesar de que este trabajando en una empresa del sector, pero se que este vestido y tacones no son prendas compradas en cualquier sitio. Me arriesgaría a decir que incluso es un diseño de Rebeca.

Un vestido negro de mangas largas, con un escote en forma de v y la espalda cubierta. A pesar de que tenga las heridas cubiertas por la prenda y las gasas que Alice me ha puesto sobre ellas para mi comodidad, no se me dejo llevar el pelo recogido. Por lo que lo llevo suelto acompañado con unas hondas.

El vestido es ceñido hasta la altura de mis curvas donde se abre completamente y la cintura se encuentra adornada por un cinturón dorado.

El vestido es perfecto, elegante además de con un toque sexy. Cada vez que de un paso, debido a la apertura del vestido en uno de los laterales se verá toda mi pierna. Es un vestido cómodo y precioso, y no puedo evitar desprender una sonrisa por ver lo bien que me queda y lo a gusto que estoy con él.

El maquillaje que llevo es natural a excepción de los labios rojos, estos con mi pelo hacen un contraste con el vestido que me encanta.

No se cuanto tiempo me he podido quedar aquí encerrada admirándome, pero ya es hora de salir. Tengo que ser fuerte porque no tengo ni idea de lo que me voy a poder encontrar.

Dispuesta a afrontar esta noche, abro la puerta del baño y me encuentro mi habitación inmersa en la oscuridad, únicamente iluminada por la luz de la luna.

Doy dos pasos, pero me paro al ver una figura masculina sentada al borde de mi cama. No me hace falta acercarme más para saber quien es.

Me quedo parada sin saber que hacer, rodeada de un silencio que ni si quiera él es capaz de romper. Pero no puedo resistirme, estas situaciones incomodas no me gustan.

—¿A dónde vamos? — escucho una leve risa por su parte, pero nada más.

—Creo que no entiendes nada.

—Entendería algo si fueses capaz de usar palabras para explicar las cosas— genero una reacción por su parte, mueve su rostro para poder verme.

A pesar de que me este dando la espalda, al girar puedo verle mucho mejor. Se encuentra sentado, apoyando sus codos sobre sus rodillas, sus manos entrelazadas y su mirada recorriéndome al completo.

—Te conozco lo suficiente como para saber que la curiosidad es tu primer instinto, pero no hoy. — se levanta y a pesar de que lleve una chaqueta puesta, mis ojos pueden ver a través de ella todos sus músculos.

Comienza a desplazarse hasta llegar a escasos centímetros de mi. Puedo impregnarme al completo con su aroma que inunda todas mis fosas nasales y envuelve todo mi cuerpo.

Levanta el brazo y sus dedos comienzan a jugar con uno de los rulos de mi cabello. Alzo la vista para ver que de divertido encuentra en mi cabello, pero no esta concentrado en eso, sino en ms ojos.

Placer OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora