Capítulo 9

10.2K 775 47
                                    

Los seres humanos hemos evolucionado a lo largo de los siglos, comenzamos siendo animales hasta nuestro actual cuerpo, cambiando con el paso del tiempo. Pero, aunque denominemos nuestra propia raza como ser humano, en el fondo seguimos siendo animales.

Algunos más astutos que otros, los cuales quieren engañar a sus presas. Seguimos teniendo ese instinto, unos más evolucionados que otros.

Cada persona tiene su propio instinto, pero el más peligroso es el cuervo. Aquel animal que observa, no interactúa, no deja de estudiar a su presa, cada movimiento que hace hasta que llega su momento, y es ahí donde desvela su verdadero ser, un ladrón.

Kaiden puede tener una apariencia que cubre toda la faceta de cuervo que oculta, pero le he descubierto.

Que la gente piense que soy tonta, me sienta fatal ¿a caso tengo cara de gilipollas? Por ser una persona callada, respetuosa y tímida, no voy a permitir que nadie me pisotee o se ría de mi.

Tengo mis propios principios como cualquier persona en este mundo, y todo lo que he vivido durante todos estos años me ha enseñado muchas lecciones de vida. Y una de esas es no dejar que me lleven por delante.

Mentiría si dijese que cuando contesto ante una situación tensa, lo hago segura de mi misma. Eso casi nunca, pero no voy a dejar que piensen que tienen a su presa lista y preparada para ellos. No, eso nunca lo permitiré.

—Blair...

—No Kaiden. ¿Te piensas que soy estúpida? Conmigo no vas a jugar así. Ese rollo de hermano bueno y malo ya no me lo trago. Ambos me habéis jodido la vida ahora mismo y lo sabes, así que guarda tus manipulaciones para otra persona.

Salgo del vestuario lo siguiente a enfadada, estoy harta de la situación, que crean que pueden jugar conmigo como si fuese un juguete. No, eso no lo pienso tolerar.

Llego al salón y me posiciono en el escenario con el resto de mis compañeras, cada una moviéndose al ritmo de la música.

Y eso es lo que pasa en el transcurso de la noche, hombres sentados bebiendo mientras nos ven tirándonos billetes. Otros se acercan e intentan metérnoslo entre nuestra ropa interior o zapatos que llevamos, yo eso no lo permito, directamente se los cojo y me lo guardo yo a mi alrededor.

Cada vez hay menos gente pues ya va siendo la hora del cierre, una vez que la música para nos bajamos del escenario todas encaminándonos hacia los vestuarios.

—Blair, vente un segundito conmigo— dice María.

—¿Qué pasa? — pregunto una vez que me sitúo a su lado.

—El señor Black quiere verte— resoplo ante su respuesta.

No la contesto, pues me marcho muy cansada hacia su despacho.

Que alguien me explique que coño quiere este ahora de mi. Estoy muy cansada del día de hoy, solo quiero meterme en la cama y no salir por un tiempo, estoy segura de que mi ausencia pasará desapercibida.

Llego al pasillo que conecta con su despacho y me vuelvo a encontrar a los dos guardas de seguridad de antes.

—Identificación— pregunta el mismo de antes.

—Blair....— se giran según digo mi nombre y me abren la puerta.

Supongo que no hace falta decir mi apellido, en fin.

Antes de entrar por la puerta del despacho, lleno mis pulmones con todo el oxigeno disponible, e intento ser fuerte mentalmente, pues no tengo las fuerzas suficientes para que me machaquen psicológicamente.

Placer OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora