Placer Oscuro

Capítulo 22

Kaiden

Rara vez las personas cambian por alguien sin algún motivo. Todos somos de una forma, pero en algunos casos nos creamos una capa protectora que nos hace actuar de otra forma, pero en el fondo no somos así.

Se dice que las apariencias no engañan, pero yo no estoy tan seguro, cuando uno a vivido mucha mierda llega un momento donde explota y se crea su propia burbuja. Uno se encuentra tan cómodo que hasta incluso es capaz de esconder su verdadero ser.

Desde que fijé mis ojos en ella, noté como mi cuerpo se bloqueo, y una alerta salió de mi mente. Pero no pude evitarla, al principio no solo fue su belleza, sino que también la trágica historia que ha vivido.

Me propuse ayudarla, intentar que saliese de este agujero de familia, porque una vez que caes dentro, no se puede escapar. Si la Mafia tiene tu nombre, siempre tendrás una cruz en la espalda.

Cada vez que la veía y que intercambiaba palabras con ella, no podía dejar de sentir algo en el pecho que a día de hoy soy incapaz de descifrar.

Todavía tengo un resentimiento por aquel beso que ocasionó que acabase en el hospital. Se que lo que hice no estuvo bien, y soy un capullo por no haberme disculpado por ello.

—¿A caso no les he enseñado a sentarse cuando la mesa está lista? — me giro y veo la impaciencia en su rostro.

Todos nos encontramos en la misma posición, pues estamos igual de sorprendidos. Observó el rostro de mis hermanas, totalmente sorprendidas, lo que me hace pensar de que no saben nada sobre la situación.

Me siento en el sitio que me corresponde y alzo la vista, conectando con unos ojos azules que me pueden llevar a infinitos lugares. Desvió la mirada hacia otro lado, algo ha debido de pasar mientras yo tenía estas heridas que llevo a mi espalda.

Es imposible que ella esté actuando así por voluntad propia ¿Tendrá amnesia y Alexander la habrá metido cosas en la cabeza? ¿La habrá drogado para que haga lo que el quiera?

Cualquier excusa que busque en mi cabeza no va a servir para nada por ahora, lo único que voy a conseguir es rayarme más.

—¿Os conocéis de antes? — pregunta mi padre curioso, pues estoy seguro de que nuestros rostros se pueden descifrar fácilmente.

— Blair estuvo haciendo practicas en la empresa hasta que me mando una carta de renuncia. — mientras Rebeca pronuncia esa palabra no puedo evitar verla de reflejo, intentando buscar un gesto que me indique que ella no esta bien.

Actúa normal, como si la excusa que acaba de decir mi hermana fuese completamente cierta. Cosa que no lo es, porque yo mismo puse esa carta, solo lo sabemos yo y Alexander, decidimos ponerla para que no supiesen nada.

—Fui su secretaria, y en alguna ocasión coincidí también con Verónica — dice su nombre sonriéndola — Pero tuve un problema y de ahí mi decisión de renunciar.

— ¿Desde hace cuanto que estas con mi hermano? — pregunta Verónica curiosa sobre la situación.

Me puedo imaginar como los engranajes de la cabeza de mi hermana pequeña comienzan a funcionar en busca de una relación o explicación.

Se que ninguna de la dos es tonta, saben que hay algo que no estamos contando. Nunca Alexander ha traído a nadie como su novia a excepción de Estefany, que según él era su acompañante.

—A caso alguna vez te has interesado por quien traigo a casa— le responde rápidamente Alexander.

—Hombre, teniendo en cuenta que no se nada de ti. Pues me extraña un poco, por no decirte bastante, que de la nada tengas una novia. Y justo tiene que ser Blair, quien ha trabajado en la compañía.