Capítulo 16

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Blair

Hay personas que tienen la suerte de disfrutar de la vida sin problema alguno, y otras prefieren vivir sin preocupaciones y olvidarse de sus problemas, camuflándolos o haciendo que no existen.

Cuando es hora de afrontarse a ese conflicto, es ahí cuando te das cuenta de la gravedad del asunto.

Y eso es lo que me ha sucedido.

Sabía y convivía con ese problema durante esta última semana, aprendí a vivir con ello. Pero en el fondo conocía la gravedad del asunto y opte por no darle mi máxima atención.

¿Pude poner remedio? La verdad que no lo se, porque si hubiese buscado otra opción de encontrar dinero de una forma no tan limpia a lo mejor me  crearía otro problema. ¿Hubiese merecido la pena arriesgarme? Nunca sabré la respuesta a esa pregunta.

—Ratoncito, soy un hombre de negocios y el hecho de que hayas sido operada no me va a hacer ablandar mi mano. Así que, ilumíname, donde tienes el resto del dinero.

Siento un nudo en mi garganta que no me deja hablar. Un nuevo sentimiento comienza a surgir en mi el cual no soy capaz de definir.

Alexander mueve sus manos delicadas hasta llegar a mi barbilla, obligándome a subir la cabeza para poder observarle.

Tiene una sonrisa que me permite saber que está disfrutando de este momento al máximo.

—¿Y bien? Mi paciencia tiene un límite Blair.

— Yo... —no me atrevo a decirlo en voz alta, porque eso significará que esto es real, pero tengo que armarme con todo el valor del mundo si no quiero empeorar la situación — Nnoo Nnoo lo tengo.

No dice nada, se mantiene igual que antes que respondiese. Sus ojos sin despegarse de los míos, sus labios cerrados, pero aún esbozando una pequeña sonrisa.

Es como si a pesar de que no le respondiese sabía cual sería mi respuesta, pero de todos modos quería escucharlo de mi boca.

—Pues algo tendremos que hacer ¿no crees ratoncito? No puedo permitir que se rumoree por las calles que perdono a los morosos solo por tener una cara bonita.

Abro los ojos completamente tras haber escuchado sus últimas dos palabras, ¿cara bonita? ¿Entonces le parezco guapa? No se si debería de sentirme alagada o asustada.

Porque tras mi experiencia en el pasado, tener una cara bonita provocaría que mis pesadillas volviesen a ser reales, y no estoy mentalizada ahora mismo para ser fuerte y sobrevivir a esa experiencia.

—Tranquila ratoncito, nadie te tocará ni un pelo, conmigo estas a salvo— me dice esto último posicionando su otra mano en la parte de atrás de mi espalda.

Si se supone que esas palabras tienen que ser capaces de tranquilizarme, no lo hacen ni de cerca.

—No deberías estar aquí, tienes que estar en observación.

Me extiende la mano mirándome fijamente ¿Que se supone que debo hacer? ¿A caso tengo alguna alternativa? No. No lo creo.

Sin ninguna otra opción a mi favor, uno nuestras manos. Según el primer roce de su piel con la mía una electricidad recorre todo mi cuerpo.

Alexander es el primero que da un paso al frente, comenzamos a travesear el callejón juntos, aún con nuestras manos unidas.

Cuando llegamos a la calle principal lo primero que puedo ver es un mercedes aparcado y al segundo dos corpulentos hombres, vestidos implacablemente con un traje y un auricular el cual puedo ver.

Placer OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora