𝐖𝐢𝐬𝐡𝐞𝐬 | 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧

3. Gotas que amenazan.

-Así que famoso...- Decía Levi. Él seguía cruzado de brazos.

-Sí...según lo que me han contado...

En ese momento llegó Hange a ponernos en la mesa los cafés que nos habíamos pedido. 

Agarré el pequeño bolso que tenía a mi derecha para pagarlo cuando Levi puso una mano en la mesa, lo que hizo que me llamases la atención.

-No hace falta, ya lo he pagado yo.

Miro a Hange, esa misma asintió y se despidió de los dos para volver a lo suyo.

-Cuando es que has pa...- me interrumpió.

-Soy yo el que te ha traído aquí, el resto no es importante.- dijo con un tono frío.

-Si lo hubiera sabido antes lo hubiese pagado, de todas formas gracias.- le sonreí.- No entiendo tu amabilidad conmigo...- Volví a sonreirle algo avergonzada por lo que acababa de decir.

-Solo relájate.- Dijo Levi cambiado su mirada a su costado.

[...]

Se hacía bastante tarde, pero aún así habíamos entablado conversación.

Pude afirmar de nuevo que era un hombre serio, a las cosas no le daba mil vueltas y se guiaba por la razón y la coherencia.
De todas formas, no es que fuera un hombre totalmente frío; su carácter podrá dar alguna idea, pero habla más de lo que parece.

Nuestros temas de conversación eran sencillos...no pasaban más allá de ahí.

-¿Y estás estudiando en la Universidad?- me preguntó Ackerman.

-Si...la verdad que es algo agotador, pero cada vez me queda menos.- Le respondí.

A todo esto...se me hacía confuso hablar con un señor que había conocido hace poco; era famoso tanto en redes sociales como por su local, no sabía su edad exactamente...eso se me hacía raro.

-¿Te podría preguntar algo por curiosidad...?

Levi solo me asintió. A veces era un hombre de pocas palabras, aunque luego te pudiese estar hablando como si estuviera leyendo un libro sin fin.

-¿Cuántos años llevas en tu negocio?

-No sabría exactamente. Ya que depende, al principio era un simple local, el tiempo lo fue mejorando...a parte, me he ido cambiando de lugares.

-¿Cambiando de lugares?

-He viajado bastante. Sobre todo para conocer que es lo que realmente me gusta.- hizo una pausa para mirar por la ventana.- Llevo dos años en esta ciudad.- Volvió a dirigirme la mirada.- Diez años en todo este negocio...

Su mirada fría al decirme esas palabras se me hizo algo...algo inquietante.
¿Diez años? Entonces me sacaría bastante. De todas formas, él en todo este momento no me preguntó por la edad, ni siquiera pareció tener curiosidad. Cosa que él intuyó al yo haberle preguntado sobre su trabajo...

-Me uní al negocio con veinticinco años.- Se me hacía difícil ocultar la risa, parecía como si me estuviera dando pistas para que adivinase su edad.

-¿Tienes treinta y cinco años?- Creo que fui algo directa.- P-Perdón, fui algo directa, no es por interés ni nada.

-No tienes porqué ponerte nerviosa, estoy acostumbrado.- Río por lo bajo.