38. Recuerdos

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El cálido día se hacía notar por el resplandeciente sol.
Después de salir del local en el que trabajaba Hange, acordé con ella que me llamaría para contarme cualquier cosa nueva que supiera.
Pareciera que los minutos estaban contados por los nervios, o como si una cuenta atrás existiera hasta recibir la llamada de la castaña. Hasta que ese momento sucediera, el tiempo no dejaría de ser impaciente.

Minutos atrás—justo después de cruzar la puerta y salir a la calle— recibí una llamada de Connie. Sasha le había hablado de sus planes de verano, y a pesar de darle varias ideas sobre a donde deberíamos de ir seguía dudando si un destino u otro.

"El punto es si estarás libre, Sasha me pidió que fuéramos todos, pero prefería ver si ya andabas con planes".

Verdaderamente no llegué a caer en la cuenta si llegaría a ir de vacaciones a alguna parte—no dudaba en que a Sasha se le llegase a ocurrir algo del estilo, y más cuando era verano— porque a pesar de que las clases habían terminado y deseaba centrarme en la única persona que tenía como objetivo decidí dejar el resto en segundo plano: hasta que me llamó Connie.

"Entonces te contaré a donde iremos más adelante, al final como todos los años es Sasha la que escoge".

A pesar de que en algún momento se me hubiese ocurrido decir que no podría, tendría diez razones de Sasha por la que me obligaría a ir.
Connie continuó hablándome de los planes de la castaña, en un momento dado noté la vibración de mí móvil. De reojo, con la voz del chico de fondo, vi un mensaje de Hange.

"¿Entonces te parece bien? ¿______?"

Intentaba leer por encima a la par que repetía las palabras de Connie para darle una respuesta.

"Está bien Connie, de todas formas Sasha me terminará por contar sus ideas."

Colgé el teléfono algo impaciente, pues a penas alcancé a leer lo que me había enviado Hange.

"Conseguí que viera mi mensaje, me dijo que le llamara en unos minutos. Le puse una excusa y creo que salió bien."

Al final del mensaje estaba escrito que me diría cualquier cosa que sucediera, seguido de muchos besos.
Nunca entendí porque Hange era así siempre, pero era totalmente agradable.
Por suerte, al menos sabía que ella podría hablar con Levi y que después de tanto tiempo de esperar podría resultar todo victorioso. Porque ya pasó mucho tiempo que ni él ni yo hablábamos a pesar de todas las veces intencionadas que hubo y de todas las situaciones que se dieron en su momento, cuando simplemente era invierno.
Solo por un momento me gustaría tenerlo de frente en estos momentos, que los secretos desaparecieran, que Sasha me contase a donde iríamos por las vacaciones de verano, que sería lo que sucedería en el último año de Universidad y sobre todo poder hablar con él azabache una vez tuviese una verdadera oportunidad después de saber muchas verdades.

Volví a escuchar una notificación proveniente de mi móvil. Supuse que podría ser en todo caso Connie y como improbable y con pocas posibilidades: Hange.
Fijé mi vista en el mensaje hasta que vi el nombre de Jean.

"¿Ya te contó Connie a dónde iríamos?"

Alguna vez volví a hablar con Jean, pero como las cosas se complicaron por todo lo que pasó hasta ahora, las fiestas se hicieron menos frecuentes a pesar de las incontables veces que Sasha me rogó que saliéramos.
De todas formas, hubo huecos en todo este camino que hubo que cerrar, y plantearme salir como había hecho en los años anteriores pensé que sería una excepción.
Después—y anteriormente— volvió Jean, aunque siempre estuvo, pero sé mantuvo presente Levi en mi mente a pesar de todo.
Y todo eso llevó aquí, después de cerrar etapas—aún teniendolas en mi corazón— y de miles de suspiros, me niego a pensarlo pero tal vez el pelinegro y yo andamos en un fino hilo, como las muchas pruebas que me puso la vida hasta este momento, justo hasta aquí.

 𝐖𝐢𝐬𝐡𝐞𝐬 | 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora