25. Deseos.

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Siento su aliento por mi cuello y cómo desciende por él. 

De mientras, su cálidas manos se cuelan por dentro de mí camisa, la cual su borde va subiendo hasta ser quitada por él. 

Masajea mi espalda baja a la par que deja varias marcas cerca de mí clavículas. 

—Faltó un trabajo por hacer la otra vez, ¿recuerdas?— Se acerca a mí oído aunque no es necesario que me lo haya dicho en un susurro. 

I wanna be your vacuum cleaner


Sus toques por mi cuerpo son delicados, pero para nada lentos. 

Sin duda la necesidad de tenerlo cerca era excitante, y sobre todo, poder sentirle sería la mejor parte. 

Levanta su vista para fijar sus ojos en los míos. 

Mi mano derecha acariciaba su mejilla descendiendo por su mandíbula, rozo mis dedos con sus labios con el fin de molestarle. No sé qué es lo que él sería capaz de hacer si le provoco.

Doy un corto beso sobre ellos, él sigue expectante y con sus manos sobre mi espalda. 

El roce de cuerpos entre ambos es tan cercano, que da resultado el poder provocarle. No tardo en sentir su miembro sobre la tela del pantalón.  

Le estoy provocando, y esa es la mejor parte de todo. 

Breathing in your dust

Dejo guiarme y comienzo a poder sentir sus suaves labios sobre los míos. El sabor, la lujuria, y el momento es tan especial que juraría querer quedarme aquí en todo momento. 

Su lengua y la mía juega a la par, mi cavidad bucal es invadida por la suya mientras termino de desabrochar su camisa. 

El azabache me ayudó a quitársela del todo sin aún desprenderse de mí. 

Su tacto recorre toda mi espalda, de arriba abajo, masajea mi cintura y pasa por mis caderas. Sube por mis hombros y llega hasta mi mandíbula. 

Se separa algo de mi para dejar besos por todo mi rostro. 

Mi vista va a su torso descubierto y sin pensarlo dos veces llevo mis manos a este. Recorro sus pectorales, sus hombros marcados, sus abdominales. 

A pesar de todo se deja llevar. Mejor dicho, los dos nos dejamos llevar. 

I wanna be your Ford Cortina

Aún sintiendo sus besos húmedos por todas partes, da cortos pasos encaminadose al interior del cuarto. 

I will never rust

No sé, nuestra dirección resulta que  parece que bailamos mientras nos devoramos con las mismas ansias que tiene el enamorarse.

Noto como el choca contra el borde de la cama. Dejo caerme encima de él aún sin soltar su rostro junto a los besos. 

Sus manos van directas a mis caderas las cuales moldea. Estas mismas van por mis piernas, las coloca a los lados de las suyas. De esta forma, el notorio bulto de su falo se hace tan presente que lo siento debajo de mí. 

 𝐖𝐢𝐬𝐡𝐞𝐬 | 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora