𝐖𝐢𝐬𝐡𝐞𝐬 | 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧

34. Todo y nada.

Juro que esperé, lo juro.

Juro que estuve apoyada sobre el pequeño muro de piedra.
Miraba la hora sobre el móvil esperando a que él apareciera a cada minuto que pasaba.
E incluso miraba a cualquiera de mis lados esperando ver su sombra por alguno de ellos.
Juro que me recorrí de lado a lado aquella calle esperando encontrarle. O que tal vez le mandaba algún que otro mensaje cada largo tiempo, esperando no molestarle. Que esperé hasta que las farolas se encendieran y pudieran alumbrarme.
Juro que le llamé un par de veces, pero solo apareció mi sombra por delante de mí, debido a la luz que me alumbraba por detrás.
Y esperé hasta que la calle quedase completamente vacía, lo juro, al fin y al cabo solo se escuchaba el pleno silencio de la noche, pero por dentro aún pensaba es seguir esperarle, al menos cinco minutos más, pero eso mismo pensé hace más de una hora.
La fina brisa solo trae que mi cabello tape gran parte de mi rostro, pero mis ojos siguen puestos por toda la acera.
Por eso mismo esperé.

Enserio, juro que esperé, lo juro.
Y a pesar de eso, él no apareció por ninguna parte.

Ya no sabía qué hacer.
Suspiraba y llevaba mi vista al cielo en plena noche, no sé a qué más andaba esperando.
O tal vez, si quiera, después de haberle llamado un par de veces algo de mí tenia esperanza en el día de hoy.
Mi mente estaba en otra parte, no sabía lo que pensaba o lo que quería hacer, simplemente estaba cansada.

"-Confía en ti y escúchate, muchas veces los corazones tienen que descansar por tener tanto amor dentro, ¿no es así?"

¿Es así? Porque ya confié y no sé si tengo que seguir haciéndolo. O si tal vez debería seguir escuchándome y convenciéndome, ¿desde cuando todo cambió a ser así?
Porque el día que quise ir a verle ya no estaba el cafetería, y no le he vuelto a ver, ¿y si fue mucho antes de eso?
Más bien, ¿cuando fue la última vez que le vi?

Agacho la cabeza y cierro los ojos, es cansando pensar tantas cosas a la vez.
Ya recuerdo, cuando fue la última vez que le vi...

"-Y ahora...- Volvía a incorporarse juntando nuestras frentes.- ¿Me permites que te sirva el desayuno?-Sonreía, y eso hacía ruborizarme.

-¿Al igual que como me sirves el café? Creo que acepto..."

Creo que fue la mejor mañana de todas, aunque creo que pasé por alto el resto del día...

"Lleve a la mesa los dos platos de tortitas que él ya había preparado antes de que yo despertara.

Entre nosotros dos destacaban varias margaritas apoyadas en un pequeño jarrón en mitad de la mesa.
Mi ojos se dirigieron a mis espaldas por el débil ruido que producía la cafetera. La tenue luz del sol iluminaba una pequeña parte de su espalda mientras sacaba dos tazas del armario situado encima de él. Su cabello aún seguía despeinado-igual el mío-pero sus brazos se mantenían firmes mientras echaba el café exacto en cada una de las tazas.

Ni si quiera llegue a mirar más, me senté sobre una de las dos sillas.
Levi tomó las tazas por el asa de estas.
Sus hombros, y como resaltaban, a la par que su vista estaba enfocada en que ninguna de las bebidas volcase. Dejó una en frente mía y la restante, a la derecha de su plato.
Odiaba admitir que estaba atenta a cada uno de sus movimientos, por el contrario tomaba los cubiertos para que no se diera cuenta. Me daba paz verle de esa forma.