𝐖𝐢𝐬𝐡𝐞𝐬 | 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧

22. True flower.

Tu calor sigue presente. 
Dime que tú también lo sientes…

-¿A qué punto te refieres en concretó?- Inquirí ante Sasha. 

-¿Cómo que a qué punto? ¿Te diste un golpe en la cabeza o qué? 

-Perdón...creo que no te estaba escuchando. 

-Te preguntaba si Jean es bueno contigo, a lo que tu me has dicho de ir a un punto en concreto. 

-Ah..si..eh…

-¿Sí?- La castaña me miraba con curiosidad de esperar algo por mi parte. 

-Jean es de lo mejor conmigo.- Sonreí. 

Me duelen estas palabras...
Y son verdades, pero se sienten como mentiras. 

-¡Eso quería oír! Ya sabes que yo seré la dama de honor. 

-Bueno...n-no hace falta que te apresures Sasha…- Sonreía con incomodidad. 

Ella rodeó mis hombros con su brazo. 

-¿Ya estás diciendo tonterías de nuevo? ¡Pero si sois el uno para el otro!- ¿Por qué muestras tanta alegría Sasha?

Si al menos supieses la verdad...me gustaría empezar a contártela.

(...)

Llevaría tumbada en la cama durante media hora. 
Era incapaz de moverme y no era que se trataba por mero cansancio. 

¿Cómo te sacó de mi cabeza si entraste sin mi consentimiento? 
Es un desperdicio pensarte si no somos nada pero lo agradezco. 

Me muerdo el labio inferior esperando alguna respuesta de mi parte que sea válida. 

¿Cómo? ¿Cómo? ¿Qué voy a hacer ahora? 

Me siento lamentable por haberle hecho esto a Jean...cómo cuesta levantarse después de haberse tropezado con mis propios errores. 

¿Pero hice bien en guiarme por Levi? Me gustaría que alguien respondiese por mí. 

Esto de tomar las decisiones por mí misma ya no es divertido. 

Hace dos horas estaba junto a su calor. 
No había remordimientos, y sin embargo ahora juro a quien sea que me perdone por lo que hice. 

No quiero sentirme lamentada, pero de verdad que debo lamentarme por algo que no está bien y más cuando estoy en una relación. 

¿Pero todos pecamos verdad? 
¿Y si lo hice fue por algo verdad? 

Me quedaré con tu calor mientras no estás conmigo. 
Porque después de todo, tú y yo somos diferentes Levi. 

No puedo contactarte, y creo que tampoco conseguiría escribirte aunque tuviera tu número. 

En aquel momento un mensaje inesperado llegó a mí teléfono. 
Casualmente, este se encontraba dentro del bolso. 

Después de encontrarlo con demasiada pereza, miré directamente a la pantalla del dispositivo. 

Era un número desconocido. 

-¿Sigue nuestro trato verdad? 

¿Qué? Espera, es imposible que sea a él. 
Él no tiene mi número. 

-¿Puedo saber quién eres? 

La curiosidad mató al gato…

-El que te sirve el café todos los días. ¿Ya me olvidaste?