20. Todo tu calor.

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Recordé que Sasha y Connie seguían fuera y que se supone que "no tardaría nada", mentira. 

¿Cuánto tiempo había estado con Levi aquí? 

Y es que el tiempo me pedía explicación de todo y yo respondía acariciando su sedoso cabello.
Y el tiempo me pedía que saliera de lo que cometía y yo seguía dentro en plena felicidad. 
Y el tiempo me pedía que rogase por ser perdonada; perdón por ser así de esta forma. Pero me es imposible perdonar algo que disfruté. Que quise. 

Y el tiempo seguía sin una respuesta concreta hasta esperar una inesperada.
Pues los silencios amorosos son ensimismados y nada incómodos. De esta forma, debe ser así, que es como me siento contigo. O que más bien, si tú, Levi, me gustaría que pensaras de esa forma. 

Suspiré por completa tranquilidad y calmando mi ritmo. 
Bajaba mi mano por toda su cabeza hasta su nuca. 

El notó mi tacto y comenzó a reincorporarse. El caso es que una de sus manos colocadas en mi espalda, me ayudaba a elevarme junto a él. 

A medida que esto sucedía, mi rostro fue a parar al hueco que su cuello y hombro compartían. Se sentía tan caluroso. 

Supongo y quiero creer que Levi es el viento bochornoso que siempre recibí y nunca quise.
Pues nunca acepté en este corto plazo de tiempo el calor que me otorgaba, y llegaba un momento en el que se rompía. 
Pero cuando ese viento me llegaba, todo se sentía diferente, ya que mi consciencia estaba enfocada en él. 

Y no tengo claro lo que siento incluso lo que pienso en estos momentos. 
Hasta esperaría que alguien más pensase por mí, porque el dulce olor a café que desprende todo el cuello del azabache, vale más que miles de veranos. 

Todo mi perfil disfrutaba restregarse por el área en el que descansaba mi cabeza. 
Levi subió sus manos por mi cintura  siguiendo por mi espalda hasta quedarse en ella. 

Aún así, era realmente encantador su tacto. Dulce y amargo a la vez, como el café. 
Nunca sé qué es lo que viene después de sus toques, ¿algo dulce como más apego? ¿o tal vez más distancia como algo amargo? 

No lo sé, pero algo no esperado también puede ocurrir. 

Levi posó el perfil de su cara sobre mi hombro. De esa forma, yo tenía una visión completa de su rostro al igual que él la tenía de mí. 
Era algo, como antes nombrado, cosas que a lo mejor te suceden y te sorprenden. 

Un hecho que te calienta el corazón. 

El pelinegro me miraba en completo silencio al igual que yo.
Veía sus labios algo rosados por los miles de besos dados y que aún sigo deseando. 

Mi vista subía y bajaba de ellos, y Levi no era tan bobo como para no darse cuenta. 
Él se acercó más a mí; me provocaba. Y lo peor es que su expresión no cambiaba, seguía igual. 

Fruncía el ceño y aún así, era capaz de vez una pequeña sonrisa que producía el hombre que tenía delante. 

-Le…- Me interrumpió al completo. 

-¿Tú también sentiste esas mariposas aquella noche?...- Preguntaba con voz ronca.- La noche…- Miraba mis labios y subía mis ojos.- En la que me invitaste a tu casa…

¿E-Entonces? ¿Él sintió lo mismo que yo? ¿El sintió esa sensación tan bonita dentro de uno mismo? 

-Entonces tú también viste las estrellas por mis ojos…- Le respondí.- ¿Cierto?- Miré a sus labios, sonreí; miré a sus ojos, sonreí.

Era una sensación de felicidad inmensa. 

Aún así, yo seguía sentada sobre el borde de la mesa, y él de pie frente a mí. Pero eso no era importante. Sus ojos me miraban de manera diferente. Una manera tan diferente que era la misma con la que yo le veía a él. 

Me elevó agarrándome por mis caderas hasta llevar una de sus manos más abajo de mis glúteos. 
Rodeé su cintura con mis piernas y empezó a andar por lo que parecía ser ese pequeño pasillo hasta llegar a la habitación en la que se encontraba aquel armario. 

Me bajó y me tendió la camiseta que él mismo me dio hace rato. 
Me la coloqué por encima y oí sus pasos alejarse. 

Me miré en un pequeño espejo que tenía sobre el armario; la camiseta me quedaba algo grande pero no era nada del otro mundo. 

Asomé parte de mi cabeza por el marcó de la puerta y Levi apareció vestido de cintura para abajo; cosa que podía disfrutar de una hermosa vista de todo su torso desnudo y perfectamente formado y ejercitado. 

Él se acercaba a mí mientras yo seguía con mis ojos clavados en él. 

-Qué buscas…- Me decía con su cabeza a mi altura. 

Tenía parte de mi cuerpo apoyado en el marco de la puerta; dejaba caer mi peso sobre este. 
Mis manos estaban entrelazadas por detrás de mi espalda y yo solo sabía que sonreírle. 

-Así que sentiste mariposas, ¿no es así?- Sonreía tanto que cerraba los ojos y ladeaba mi cabeza de lado a lado. 

-Es que los ojos no pueden ocultar secretos…- Respondía con voz baja a la par que tiraba encima de mí el pantalón que llevaba hace rato. 

Aquella frase me dejó algo que pensar. 
¿A qué secretos te refieres Levi? 

Mientras yo, bajaba mi pantalón de la cabeza a la par que mi mente daba vueltas sin fin. 

Si yo se supone que no te dije nada...ni sabías nada...ni nadie sabía nada. 
¿A qué secretos te refieres Levi?

Tenía el pantalón en mi manos pero mi vista se enfocaba en lo que pensaba. 

¿Y cómo es que estás tan seguro de ello? ¿Cómo es que sabías lo de Jean? ¿Qué es lo que más sabes? 
¿A qué te refieres con secretos? 

Me giré lentamente para verle…

Mis pensamientos se fueron al lugar al verle de esa forma

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Mis pensamientos se fueron al lugar al verle de esa forma...se veía tan espectacular…

Se dio la vuelta quedando de espaldas contra mí. 
Yo no reaccionaba, simplemente me detenía a observarlo. 

Quiero sentirte cerca mío. 

A pasos cortos y lentos me acerqué hasta quedar justo detrás de él. 
Abrí mis brazos con poca amplitud y rodeé todo el contorno de su pecho. 
Apoyé mi cabeza en su nuca y cerré los ojos para no ver nada y solo poder escuchar la calidez que me transmitía el azabache. 

El cuerpo de Levi es cálido…
Creo que él es todo el calor que necesito...

 𝐖𝐢𝐬𝐡𝐞𝐬 | 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora