"Hay una fina línea entre el amor y la amistad".
"Qué... ¿qué pasa si me confundo?".
"...Puedes perder a una persona importante para ti".
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Niña tonta. Infantil. Rara. De seguro muchas personas la recu...
Ella asiente, el movimiento es casi perceptible. No la hago esperar más, acerco mi rostro al suyo y conecto mis labios con los suyos, en un solo beso, lento, contenido pero decidido. Muevo mi cabeza un poco más hacia adelante, mis dedos se enredan en los mechones desordenados de su cabeza, y así me permite disfrutar más la suave textura de su boca, y el sabor de su bálsamo de Skittles. Es la mejor sensación del mundo. Su respuesta es algo tímida e inexperta al principio, pero muy receptiva. Eso me motiva a inclinar mi rostro un poco, para poder profundizar el contacto y me resulta una grata sorpresa cuando mordisquea mi labio inferior, y aprovecha el suspiro que se me escapa, para juguetear con su lengua en la entrada de mi boca. Ese pequeño acto debilita mi contención. Casi no me doy cuenta que una mano se me mueve por su espalda, y le aprieta la cintura, acercándola aún más y ganándome un suspiro ahogado en sorpresa de su parte. El ambiente se vuelve pesado, se siente diferente.
—Hermano, ¿acaso entraste en coma ahí adentro? ¡Ya baja, maldita sea!
El alarido de Kian traspasa la madera de la puerta del estudio. Lily se separa de mí, nuestras bocas reprochan la interrupción con un bajo chasquido. Maldigo internamente, ¡¿de nuevo?!
—Creo que tenemos una maldición —murmura soltando una risita baja, me da la impresión de que busca disimular el calor y el rubor de su piel al mirar hacia los lados en vez de a mí. No la culpo, yo a duras penas puedo respirar sin jadear.
—Y que lo digas —ruedo los ojos ante las insistencias del malhumorado bajista, antes de responderle, me inclino y le doy un fugaz y casto beso en la boca—, ¡bajo en un minuto, hombre!
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x LILY x
—¡Pizza vegana!
Reconozco con alegría los ingredientes animal-friendly dentro de la caja de cartón que nadie más parece hacer caso. Ian suelta una carcajada debajo de mi cuerpo y me deposita suavemente en el suelo, sin poder contenerse a comentar:
—Ya eres una de las mías.
Mientras el queso vegano se estira en tortuosos hilillos entre mi mano y mi boca, empiezo a divagar. Aún no logro entender cuál es la dinámica de la relación entre Ian y yo. Realmente he evitado pensar en ello desde aquel primer beso después de nuestra presentación de la academia, pero no puedo evitar preguntarme si es que está bien lo que estamos haciendo (sobre todo después de ESE último beso... Creo que ahora odio un poco más a Kian, por la interrupción). No pienso que afecte de forma negativa en nuestra amistad, en realidad, ninguno de los besos hasta ahora han inducido cambios en nuestra dinámica como amigos. Al contrario, de cierta forma, podría decir que nos hemos vuelto más cercanos que antes (en sentido estrictamente amigable, por supuesto). Lo cual me lleva a preguntarme: ¿acaso no es eso algo raro y fuera de lo común? Puesto que, por un lado, está todo este asunto de dejarnos llevar por el momento y derivar en una unión física, y por otro, hay una genuina química y amistad entre ambos, nos apoyamos el uno al otro. Eso es innegable.
