cap. 58 - ¿estás jugando conmigo? (parte uno)

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x IAN x

Un silencio sepulcral recorre la academia. No es algo que me moleste particularmente. Le doy un vistazo al reloj de mi móvil, Lily avisó que demoraría una hora porque le tocó quedarse en detención. Otra vez un confrontamiento con ese molesto profesor suyo... Y ella que parecería ser de las que se quedan calladas.

En fin, hasta que llegue decido que puedo aprovechar el tiempo y pedir algo para comer mientras vemos la película.

Después del día pesado que intuyo ha tenido, quizás sea una buena idea recibirla con una pizza vegana. Y cinnybuns. Claro que debo apresurarme con ambos pedidos para que lleguen antes que el resto de curiosos, y me dé tiempo a esconder las cajas en el estudio de Harry.

Sin embargo, me empiezo a preocupar cuando los minutos siguen transcurriendo y la chica no llega. Incluso la comida ya está en su puesto en el gran sillón, pero la pelinegra ni siquiera responde mis mensajes.

Un profundo suspiro se escapa de mi pecho en el preciso momento que el cielo truena. Los chicos deben estar prontos a llegar porque el ensayo está a punto de comenzar. Tal vez el inspector de Lily la hizo quedarse más tiempo. Seguro la chica se quedó dormida durante el castigo o no pudo resistirse y acudió a su tableta. Ruedo los ojos ahogando una sonrisa al percatarme de lo altamente probable que eso último es.

Como el resto de integrantes llega a la academia, así como Harry y Nicole, bajo. No sin antes dedicarle un vistazo tristón a las cajas de comida que se quedan sobre el sofá. Se enfriarán. Y para cuando el ensayo termine, tendré que bajar a la cocina para calentarlos. Y las posibilidades de que alguien nos quiera hurtar allá abajo, aumentan.

—Hola Jess, ¿ya llegó Lily?

La mujer abre la boca para contestarme, sin embargo, ninguna sílaba sale de su boca. Su mirada se pierde en la puerta de la academia. Vuelvo mi atención hacia donde observa y a través del cristal, identifico a Lily. Bajando del mismo Jeep blanco que la venía a retirar hace algunas semanas. Mi ceño se frunce en confusión. Ningún pensamiento coherente atraviesa mi mente. Creo que a mi cerebro le toma un par de minutos procesar la imagen frente a mí.

Apenas caen un par de gotas pesadas y ella corre hasta el lobby. Con una cazadora café que definitivamente no es de su talla, se cubre el rostro y saluda en voz baja.

—Hola, perdón por la tardanza.

Y como si estuviera pintado en la pared, pasa de mí. No me dedica ni una mirada antes de desaparecer por el pasillo que dirige al auditorio. Vuelvo mis ojos hacia el carro, que no se ha movido de su cómodo lugar en el parqueadero. Con las luces apagadas, parece que planea quedarse allí hasta que el ensayo acabe. Un par de ojos color miel dan con los míos, no hay ni un miserable atisbo de calidez en ellos.

¿Por qué...?

—Ian, ven —exclama Harry desde el auditorio—, ya vamos a empezar. No podemos perder ni un solo minuto de este ensayo. Haremos una sola vez la coreografía y luego repasaremos las demás canciones.

La pelinegra huye de mí durante las dos horas de práctica. No cruza mirada conmigo a menos que estemos cantando una estrofa juntos o durante la coreografía. Aprovecho un momento de distracción del resto de integrantes, durante el corto receso que nos tomamos entre cada canción, para preguntarle qué ocurre. Mi pecho cada vez más pesado debido a sus rechazos. Y por el ligero retazo de llanto en sus ojos hinchados.

—Oye —tomo su mano, no me pasa desapercibido cómo se sobresalta y zafa su brazo con sutileza. Mis pupilas se quedan clavadas en el aire vacío entre mis dedos por unos segundos antes de parpadear y continuar con lo que decía—, ¿todo bien?

Lánzame Un Último Beso (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora