cap. 35 - hoy no Ian Baldwin, hoy no

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Mi mente no ha dejado de cavilar las palabras de Marina y sus amigas. ¿De verdad fui muy ingenua al ennoviarme de Andrew tan rápido? Apenas vamos menos de una semana saliendo y ya tengo dudas al respecto. Aunque, para ser honesta, me sentí incrédula apenas desperté a la mañana siguiente. El ligero efecto de los cocteles, junto a mi entusiasmo y fervor hormonal, caducaron, y me quedé viendo el irregular techo blanco de mi alcoba, preguntándome si estaba haciendo lo correcto. Además de la inquietud que me genera recordar la manera en la que me trataba, la sensación se vuelve agobiante al pensar en cómo reaccionaría su círculo al tenerme cerca. Si algo tengo claro es que Andrew mantuvo muchas amistades del colegio en su vida actual.

No puedo decir lo mismo de mí misma.

Mis pensamientos, junto a la maravillosa voz de Camila Cabello en mis audífonos, me distraen de la realidad. Y no sólo choco con ella como consecuencia, sino también con la puerta de vidrio de la academia. Siento una punzada de dolor en la frente debido al impacto, sin embargo, eso pasa a segundo plano ante el temor de que alguien haya presenciado algo tan vergonzoso. Pero no hay nadie a mi alrededor. Es más, tampoco diviso a Jessie al otro lado del vidrio. Así que ya saben qué hago a continuación.

Cuando finalmente ingreso a la academia, me apresuro por los pasillos de la misma, en camino a uno de los salones en los que tengo clases con Harry. Me sobresalto al reconocer una silueta al otro lado del corredor. Su cabello está más desarreglado de lo usual. Hoy no lleva una hoodie, sino una camiseta negra sencilla que le queda casi al cuerpo. Sus brazos están cruzados sobre su pecho y tiene el cuerpo arrimado a una pared, sin embargo, su energía no se siente precisamente relajada. Su postura es más bien tensa. Y su mirada no contiene la calidez de siempre.

Me quito los audífonos de un tirón, dispuesta a saludarlo. Pero se me adelanta.

—Al cuarto de percusión.

Su voz tampoco es amistosa. Lo observo con incredulidad, decido tragarme mi saludo y fruncir el ceño en respuesta. Me pregunto si se tomó personal mi rechazo del otro día y su ego sigue herido. Ian es muy orgulloso.

—Hey, ¿de qué estás hablando? Hoy tengo mi clase con Harry y Cameron antes del ensayo.

Se le escapa un bufido, antes de rodar los ojos y repetir:

—Al cuarto de percusión, ¿acaso no hablé claro?

Me encuentro sorprendida por la hostilidad en sus palabras, la sensación se refuerza puesto que el chico gira sobre sus talones y se dirige a las gradas que llevan a dicho salón. Sigo sus pasos sin sentirme del todo convencida ni particularmente contenta por el tono que usó conmigo.

— ¿Acaso Harry te pidió que me avisaras eso? —protesto de mala gana, es fácil ponerse a la defensiva cuando te hablan de esa manera sin ninguna razón aparente. Que él se encuentre de malas no es mi culpa—. ¿Dónde está Jessie? Es ella quien debe darme ese tipo de anuncios, no tú.

—Escucha —él repite lentamente, se vuelve hacia mí con un tono de voz que denota lo tonta que cree que soy, pero a la vez siento que está intentando no perder la poca calma que le queda con una chica que no tiene culpa de nada—, Harry y Jessie salieron de la academia. Así que hoy estás estancada conmigo. Estoy a cargo tanto de ti como la academia, ¿entendiste?

Lo fulmino visualmente, negándome a lo que me está diciendo.

— ¿Tú? ¿A cargo? Si eres incapaz de mantener tu genio a raya, ¿también te descargarás con un pobre padre de familia que venga a averiguar los costos y horarios para inscribir a su hijo? Además, ya te dije que hoy mi clase es con Harry. A eso vine. Y si él no está y sólo dejó a un insufrible malhumorado "a cargo de mí", pues entonces me iré.

Lánzame Un Último Beso (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora