Reality | HxH

06

¡Tengo contactos!

La joven corrió entre las personas, hasta que divisó a Eiji acercándose a un pasillo con menos personas y ahí ella sintió un mal presentimiento.

¿La estaba aislando de las personas para secuestrarlo?

Nah, veía demasiadas telenovelas con su madre para pensar en la posibilidad, debía haber una razón para que Eiji corriera de la nada.

—¿Qué sucedió Eiji? —Hana llegó hasta él chico que se había detenido para verla.

—Mi hermano esta aquí. —Explicó el joven.

Hana alzo una ceja, en efecto Eiji se había acercado a un joven alto de larga cabellera.

—¿Tu eres el hermano de Eiji?—Hana se arremango las mangas de su chaqueta preparada para darle un puñetazo al chico.

—Lo soy. —El joven se volteó para mirarla y todo el valor de Hana se desinfló como él de un globo, el chico estaba bien guapo, bien iba a lamentar lastimar su bello rostro pero no le quitaba lo malo hermano.

—¡Oh! ¡Eres el policía de la otra vez! —Dijo Hana mirando al policía ahora en ropas de civil.

¡No podía golpear a un policía sin recibir como mínimo una multa!

Una vez que salió de su sorpresa alzó una de sus cejas para reprender al mayor. —¿Qué clase de hermano deja tantas horas solo a su hermano menor? ¿Qué pasaría si fuese un secuestrador o algo así?

—¿Lo eres? —Preguntó alzando una ceja.

—¡Claro que no! —Hana posó sus manos en su cintura. —Pero que tal si si lo fuera...

Eiji se rio por lo bajo cosa que la hizo tranquilizarse un poco.

—Pero no lo eres...—Musito el hombre al cual no conocía su nombre.

Hana soltó un suspiro de frustración, pero al menos ya podía irse a casa.

—Bien supongo que ya puedo irme si has encontrado a uno de tus hermanos. —Hana negó mirando a Eiji. —Y para la próxima no desaparezcas de la nada, tremendo susto me diste. —Eiji asintió.

La castaño se giró para caminar hacia la estación de trenes, si tenia suerte podía alcanzar el qué salía en 5 minutos, pero un agarre en su mano derecha la detuvo.

—¿Necesitas algo...? —Preguntó Hana mirando al policía qué había tomado su muñeca.

Los instintos de Hana le gritaron peligro así que sin pensarlo mucho golpeó con su mano libre la muñeca del contrario, el joven no titubeo ante su fuerza.

Hana abrió los ojos mirando a los oscuros del joven.

—¿Porqué no me suelta? —Preguntó con su mejor sonrisa. —¿No es grosero tomar la mano de una dama sin su consentimiento?

—Lo es. —Afirmó el contrario.

¡¿Pero qué está pasando?!

Hana entrecerró los ojos y entonces le soltó una patada en las costillas para que este la soltara cosa que hizo. Su cuerpo se movió por inercia golpeando al hombre y Hana simplemente pensó en su mejor vía de escape.

—Aún tienes muchas cosas que mejorar Hana. —Musito con una sonrisa el joven.

¡¿De qué diablos habla este psicópata?!