Actualidad...
Creo que ni aunque lo hubiese intentado sería capaz de olvidar el rostro de la chica que me devuelve al mar para buscarla. ¿Cómo se encuentra a una persona entre tanto azul siendo ella también parte marina?
Ni si quiera he sido capaz de esperar a contar que todos los hombres habían vuelto al Ondina, tenía que salir de allí cuanto antes porque necesitaba llegar hasta ella pronto, tenerla en mis brazos y decirla que alejarme fue por su bien, no para que se metiese en una aventura solitaria donde solo podía salir. No he aceptado preguntas al poner rumbo, si quiera he soportado la visita matutina de Herrán cuando ha querido preguntar el porque ese camino tan enrevesado para recorrer la costa de Portugal. Sabía que nos ponía en peligro pero a mí no me importaba correrlo si eso significaba verla porque ahora mismo el mayor peligro que sentía era tenerla lejos sabiendo que estaba sola y con el recuerdo de esa noche donde la vi tan indefensa, con la voz magullada y sin dejarme verla por miedo a todo aquello que sus ojos me contasen en silencio.
-Hugo- dice una voz ronca casi ronroneante como su propio apodo.
-Adelante- murmuro aceptando su presencia.
Creo que de los aquí presente en el barco él es el único al que puedo confesar porqué he vuelto tan enrevesado el camino hasta el norte, además desahogarme con alguien suena tan bien que no dudo en levantar la vista del mapa llevándome la mano derecha hasta la nariz apretando el puente de mi nariz sobresaturado de todo lo que está pasando en tan poco tiempo. Puedes pasarte meses en calma que cuando llega el momento de la tormenta no hay donde agarrarse y te arrastras hasta que acabe, magullado y casi sin fuerzas pero feliz de haber sobrevivido.
-¿La has visto? Bueno no, si la hubieses visto no estaríamos aquí los dos ahora- se apoya en la puerta de madera cerrada apoyando la suela del pie izquierdo sobre la misma adoptando una pose desafiante.
-Si ya sabes todo, no sé que haces perdiendo el tiempo preguntando- ladro.
-Porque me parece más divertido verte así- ríe burlándose- ¿Quién me iba a decir a mí que ese chaval tímido que conocí hace un par de años estaría ahora como borracho buscando alcohol hasta en los árboles?
-No te pases, solo quiero encontrarla y saber que está bien Gato.
-¿Pero no te han dicho sus familiares nada sobre ella? ¿Sólo donde está o qué?
-Es difícil, me lo ha dicho mi tío o bueno tampoco porque no saben donde está ni como está.
Se separa de la puerta para acercarse hasta mí, dudando de cuanta cordura debe quedarme en la cabeza después de todo lo que estoy empezando hacer. Menos mal que solo él lo sabe porque de ser Herrán o cualquier otro ahora mismo yo estaría atado al poste principal mientras se replantean si tirarme a los tiburones o mandarme a la horca.
-¿Estás loco? Tío joder, al menos una puta ubicación o algo, estamos yendo a la deriva ahora mismo por una mujer o qué cojones- se queja intentando comprender la situación.
-Es difícil de explicar- suspiro sentándome en la silla derrotado- ¿Te acuerdas que la vi hace unos días, en la taberna del Curioso?- su afirmación me da paso a seguir con la historia- Pues en ese maldito momento solo la vi de espaldas y ...joder no tenía apenas voz, no sé porque pero parecía herida. Intenté acercarme a ella pero tampoco me quiso dejar tocarla, lo poco que la vi era como si- trago saliva sin saber como expresar el dolor ante esa imagen de ella-, como si la hubiesen tocado sin cuidado y te juro que después al verla marchar quise buscar al culpable para darle una buena lección pero no tengo ni idea de como acabó así como para saber si hay alguien tras ello.
-¿No la seguiste?
-No, quería irse y yo tampoco la quise presionar viendo que ni si quiera me miraba.
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Serea, la tradición
Teen FictionCuenta la vieja leyenda que las sirenas son seres que pocas veces se dejan ver pero cuando lo hacen debes atenerte a las consecuencias. Un cruce de miradas inadvertido, el roce tras el hundimiento del barco o cualquier cosa que te involucre con ell...