31.¿Amor o soledad?

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POV's Eva

Hace 2 años...

Me habían dolido las palabras de Hugo. La mínima idea de que él se hubiese imaginado una vida sin mí me había dañado más de lo que yo misma quizás nunca me hubiese imaginado. Tal vez era porque tenía claro que quería formar una vida con él, pasar no solo las noches juntos en la ya más que nuestra casa de la playa, formar una familia con su hijo y su hija, incluso había imaginado como serían aquellos niños, el moreno como yo y con los ojos verdosos de Hugo y ella rubia y con mis ojos, como mi hermana, pero parece que el padre no estaba de acuerdo planteándose largarse de mi lado, de su ciudad natal, esta ciudad que nos ha visto crecer.

Como cada día según cruzo el arco me cielo en mi cama aparentando estar descansando, muchas veces mis padres se han pensado que duermo demasiado ya que siempre uso esta excusa para irme pero por suerte Samantha me ha ayudado más de lo que pensaba a cubrirme todas las veces que las preguntas sobre mi salud del sueño aparecían flotando sobre la mesa de la comida. La puerta de mi cuarto no tarda en abrirse cuando me tumbo en la cama con la cola descansando, flotando pero toda ella apoyada en la superficie donde duermo un par de horas al día.

-¿Eva? ¿Eres tú? - pregunta la voz de mi hermana que se adentra hasta llegar a mi lado.

-Si, la misma- murmuro de mala gana.

-Ey, ¿qué pasa?

-Nada que te importe a ti ni a nadie- pese a que intenta ser amable la simpatía no está presenten en mí ahora mismo.

-Vale, rebaja esos humos que al fin explotas enana- sus manos se alzan haciendo que suelte un suspiro.

Me recoloco en la cama quedando sentada para que se acomode a mi lado y sin decir la nada capta mi intención sentándose al lado de mi cola azul que con la oscuridad se llega a camuflar en el mar. Sus ojos me examinan apoyándose hacia atrás en sus manos, el color vibrante de ellos me hace sentirme pequeña, incapaz de hacer nada malo bajo aquella fuerte mirada que es la de una hermana mayor preocupada.

-¿Ha sido ese humano?- dice con desdén.

-Si, sabes perfectamente de donde vengo así que no tengo nada que ocultar.

-¿Puedo saber que ha dicho? A ver, aparte de mi bobadas porque es un hombre y encima humano por lo que ya me puedo hacer una idea.

Suelto una pequeña risa ante su comentario de desprecio por los hombres y más siendo humanos. Detesta a los tritones desde que Gato se fue dejándola aquí sola, pero lo de los humanos es algo que nos viene infundado a todas las sirenas por el daño que nos hicieron en el pasado echándonos de la tierra y quemando a las que eran hermanas nuestras.

-Le he dicho que le quiero, que quiero estar con el siempre y a él se le ha ocurrido la brillante idea de decirme en forma de pregunta que se va a ir algún día- las palabras salen con rabia de mis labios.

-Un momento, vale que ha dicho que se va y eso duele, lo sé bien, pero como que quieres estar con él siempre Eva- me pregunta mi hermana asustada por las palabras que van a salir de mi boca.

-Pues que ya tengo clara mi elección Samantha. He leído sobre que pasa cuando una sirena se enamora de un tritón y cuando la hace de un humano- intenta interrumpir mis palabras pero la freno antes de tiempo negando con la cabeza para que me deje continuar todo de seguido- . Por supuesto que me ha costado encontrar la información sobre los humanos en la biblioteca magna, pero tanto tiempo libre por la mañana ha valido la pena para llegar a ello.

Serea, la tradiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora