27. Dos vidas en juego

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POV's EVA

Actualidad...

Había conocido a Maialen nada más llegué al cementerio de sirenas. Se presentó ante mí tan pequeñita y con ganas de enseñarme la que era su casa que no dudé en decirla que si a todo dejándome guiar por ella hasta el sitio donde me resguarde, el mismo lugar donde al cabo de los días apareció con Hugo, Gato y un chico más que desconocida. No sabía cuan pequeño podía ser el mundo pero sí como aquella diminuta figura nos había vuelto a unir porque sus palabras me hiceron saber rato antes de ver al chico rubio que robo mi corazón, que él venía para aquí dispuesto a encontrarme.

"-Viene Hugo- me advierte Mailen sobrevolándome.

-¿Qué? ¿Hugo?- mi voz suena atropellada cuando me levanto de la orilla del agua estancada.

-Si, Hugo. El mismo chico que con once años te dejó sin palabras por un tiempo, o el que te robó tu primer beso y el resto, también el que cruzó ese arquito que tanto me has comentado y el mismo que ahora es pirata. Ese Hugo- suena tan despreocupada acercándose a mí con lentitud.

Mi cabeza empieza a ir a mil, he pasado de venir aquí huyendo de cada palabra suya negando mi existencia para poder morir todo lo en paz que podía y ahora resulta que viene a por mí. Tras haber pronunciado demasiadas veces esa negación sobre las sirenas y que sigan existiendo con mi collar en su cuello hiriéndome hasta dejarme sin voz ahora decide venir hasta aquí a por mí, o al menos  a verme según intuyo.

-Pero está herido- esas tres palabras disparan el ritmo de mi corazón a mil haciendo que sienta sudores frío por mi espalda y el dolor que él mismo siente-, lo que le hará llegar más tarde de lo que pensaba.

-¿Herido? ¿De qué?- me atrevo a preguntar.

-MIentras peleaban con unas sirenas, uno de su tripulación se reveló contra él y le clavó un puñal en la espalda. Por suerte Hugo acabó con el contrario antes de ir a más, pero la herida se está poniendo fea.

Mis ojos se abren de sorpresa, desvío la mirada por todas partes pensando en las cosas que necesitaré para desinfectarle lo que Maialen me cuenta. Mi cabeza va a mil, de algas a amebas pasando por la tinta de calamar que ayuda a cicatrizar más rápido.

-Vuelvo con ellos para guiarles, estate lista para cuando lleguemos volver al barco de ellos.

-Si,necesito primero un par de cosas y entonces podremos  irnos, para poder asegurarme que le puedo curar y no solo con ese dicho alcohol que los humanos tanto usan-me quejo empezando a moverme por allí.

Maialen afirma con una sonrisa, mostrando su felicidad  ante el hecho de que yo me ponga a pensar en como salvarle la vida a Hugo, el hombre del que tantas veces desde que llegué me oyó hablar de él como si fuese alguien a quién adoro, que en cierta parte lo es. Lo que yo no sabía era que no vería mucho más a esa pequeña hada arremolinarse a mi alrededor y que lo que habían hecho Hugo y sus amigos iba a ser problemas para la sirena con sed de venganza"

Ahora descansaba en mis manos. Tenía su diminuto cuerpo en ambas manos cobijándolo como si ese gesto le fuese a salvar la vida cuando en realidad notaba como cada respiración que daba era la última que le quedaba. Se estaba yendo en mis manos y dolía, hacía que mi corazón se rompiese en mil pedazos más de lo que ya estaba antes.

Serea, la tradiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora