Me despierto sobre las doce del mediodía, me levanto de la cama y voy directa hacia la cocina, huele de maravilla y tengo mucha hambre. Mi madre y Peter estan sentados comiendo en silencio.
- Buenos días a los dos. - Mi madre me mira y hace una sonrisa forzada.
- Buenos días Judith, ¿Como fueron los exámenes?
- Muy bien mamá, estoy contenta de que por fin sea verano. Peter, ¿hasta cuando te vas a quedar aquí?
- Mañana por la tarde volveré a Washington, mamá me ha dicho que papá vuelve el jueves, así que me iré antes de que me vea aquí. - Mi madre agacha la cabeza y yo le sonrío a mi hermano.
- Está bien, me hubiera gustado pasar más días contigo...
- Siempre que quieras puedes venir a visitarnos.
- Me parece estupendo. - Le sonrío y me siento a comer con ellos, no hablamos en toda la comida y la verdad es que resulta muy incómoda esta situación.
Cuando son las cuatro, Isaac me envía un mensaje, vendrá a buscarme en media hora así que hago la bolsa para el gimnasio y me arreglo un poco el pelo. Cuando veo su coche parando en doble fila, salgo corriendo y entro en el asiento del copiloto. Lo miro y una sonrisa radiante le ilumina el rostro.
- ¿Lista?
- Sí. Aunque estoy un poco nerviosa. - Isaac arranca el coche y se vuelve a incorporar al tráfico.
- No te preocupes nena, te gustará, además la gente de allí es muy sociable, no son como los de los gimnasios pijos a los que estás acostumbrada a ir.
- Oye no te pases, que los gimnasios a los que he ido no están tan mal, la gente es un poco borde y estirada pero están bien.
- Si tú lo dices... - El resto del corto trayecto lo pasamos en silencio escuchando la radio, lo de conocer gente nueva nunca lo he llevado muy bien, cada vez estoy más nerviosa. - Bueno, ya hemos llegado, yo siempre aparco aquí, si decides apuntarte el parking de motos está justo al lado, venga vamos.
Salimos del coche y al principio me cuesta adivinar cuál es la puerta del gimnasio, es una puerta roja con el cristal tintado de negro, una puerta un poco vieja. Cuándo entramos, un hombre que hace dos de Isaac, que es un poco difícil ser mas grande que él, se nos acerca.
- Que pasa tío, ¿Esta es la amiga que te ibas a traer? - Me mira de arriba a bajo y me sonríe. - Está en muy buena forma y no es demasiado bajita, le irá bien por aquí.
- Gracias supongo... - Me sonrojo y le sonrío.
- Bueno, voy a enseñarle las instalaciones y que luego pruebe un rato los sacos y todo lo demás, nos vemos.
El hombre nos sonríe y se aleja hacia un despacho que está detrás del mostrador. Isaac me lleva hasta otra puerta que da al interior del gimnasio. Al entrar el corazón se me pone a mil ya que siempre había soñado con ver y entrenar en algún lugar como este. Me conduce por la gran sala, grande se queda corta, hay dos rings y en los dos hay dos chicos peleando, he ido a unos cuantos combates pero esto es cien veces mejor. A unos metros de los rings, hay unos diez sacos colgados, pensaba que no habrían chicas pero me equivocaba, una tiene una complexión muy robusta y fuerte y las otras dos son mas o menos de mi estatura y están bastante fibradas. En la pared del fondo, hay un gran espejo y esta lleno de mancuernas y pesas, me gusta este sitio, no es como los otros gimnasios, Isaac tenía razón, me encanta.
- ¿Y bien? ¿Qué te parece?
- Me gusta mucho, creo que me quedo en este. - Me sonríe y me coge por el hombro. Una de las chicas que le estaba dando al saco se acerca a nosotros con una gran sonrisa.
- Hola Isaac, ¿quién es ella? - Es morena, muy morena, tiene el pelo negro rizado y largo, me sonríe aún mas y por las vibras que transmite me cae bien al instante.
- Amy, ella es Judith, una amiga que ha venido a probar.
- Encantada Judith, te daría un abrazo pero estoy demasiado sudada, si quieres puedes entrenar conmigo y te cuento todo lo que hay que saber de este sitio.
- Me encantaría.
- Bueno pues Amy ahora te la traigo, le voy a enseñar donde están los vestuarios. - Amy nos sonríe e Isaac me conduce hasta dos puertas negras. - Este es el de chicas, yo voy a cambiarme también, te espero aquí.
- Vale gracias. - Le sonrío y entro al vestuario. No es muy grande. Tiene tres duchas y un par de bancos, también tiene ocho taquillas. Dejo la bolsa en un banco y saco la ropa. Me pongo un sujetador negro de deporte y unos pantalones cortos también de color negro, me pongo las zapatillas y cojo los guantes. Cuando salgo, Isaac y Amy estan esperando en la puerta.
- Vaya chica, estás en forma, ¿Vienes?
- Gracias, tú tampoco estás nada mal. - Asiento y la sigo.
- Yo estaré por aquí, cuando quieras nos vamos, hasta luego chicas. - Sonrío a Isaac y se aleja.
- Bueno, primero de todo te voy a presentar, somos como una familia y tu ahora eres miembro de ella, bueno eso si te quedas aunque estoy segura de que te vas a quedar, así que vamos.
Me presenta a las otras dos chicas, la de complexión grande se llama Dana, es muy corpulenta y la otra es Mia que es de complexión más atlética. Me lleva hasta donde estan las pesas y me presenta a un tío bajito que se llama Tyler, otro que es muy guapo y no esta nada mal que se llama Drake y otro que se llama Justin. Cuando me lleva hasta los rings, me explica que el monitor se llama Alex y está entrenando con uno que se llama Kenzo que me mira medio sonriendo provocándome un escalofrío horroroso. Cuando nos acercamos al otro ring veo a uno que me resulta familiar. No me jodas...
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I WANT MORE (TERMINADA)
Teen Fiction- No puedes estar enamorada de mí. - Su voz ha dejado de ser firme, su labio inferior ha empezado a temblar. - Uno no elige de quién se enamora. - Trago saliva. - Porque créeme, qué si pudiera elegir de quién enamorarme, tú serías el último al que...