Una tenue luz se cuela por la ventana provocando qué de mi garganta salga un pequeño gruñido. Abro los ojos y me quedo observando el techo de la habitación. Me desperezo y me levanto de un salto provocando qué me choque contra la mesilla de noche.
- ¡Joder! - Empiezo a saltar con un pie en las manos y el otro en el suelo. Miro el reloj y veo que son las once, cojo el móvil y salgo cojeando de la habitación.
- Buenos días enana. - Peter y Tony estan colocando el desayuno en la mesa del comedor.
- ¿Cómo has dormido cielo? - Tony se sienta y me dedica una dulce sonrisa.
- Del tirón. Pero no he tenido muy buen despertar. - Me siento en la silla y Peter me sirve un poco de café.
- ¿Qué te ha pasado?
- Me he chocado con la mesilla de noche y tengo el dedo meñique igual de grande que el dedo gordo. - Tony suelta una risita poco masculina pero agradable y me coge la mano.
- Cielo, todo el mundo sabe qué ese dedo sólo está para qué se choque contra los muebles. - Peter suelta una carcajada y asiente divertido. Pongo un puchero y Tony también se echa a reír.
Al acabar de desayunar mi hermano se ha ido ha hacer unos recados y Tony a trabajar. Son las doce y media, así que la madre de Kylie estará despierta. Marco su número y me contesta al tercer pitido.
- Judith querida, supongo que llamas por Kylie.
- Si. Me gustaría saber cómo está.
- Se va recuperando. Los médicos dicen qué no tardará en despertar. - Dejo ir un largo suspiro y mi cuerpo por fin se relaja.
- Saber eso es un alivio. ¿Estáis todos bien?
- Si bueno, Byron está muy deprimido, tiene miedo de perderla... - Hace una pequeña pausa. - todos tenemos miedo a perderla. Tu padre al conocer al doctor, le ha pedido qué le den la mejor habitación a Kylie y qué la cuiden lo mejor qué puedan. Tu padre es un cielo Judith.
- ¿De verdad ha hecho eso?
- Si. Bueno cielo, tengo qué colgar.
- De acuerdo. Mañana por la noche me pasaré a ver a Kylie.
- Vale cariño. Cuídate.
- Un beso.
Presiono el botón de colgar y una sonrisa ilumina mi rostro. Me abrazo a mi misma y me muerdo el labio inferior para no llorar de la alegría qué me han producido esas palabras. Saber que se está recuperando es muy buena señal, pero no sé que consecuencias tendrá en ella lo que ha sucedido. Mi móvil empieza a vibrar. No conozco el número, pero aún así contesto.
- ¿Sí?
- Judith soy yo, Kenzo.
- Ah hola Kenzo.
- ¿Cómo va por ahí?
- Muy bien. - Alguien me está llamando por la otra línea. - Espera un momento no culegues.
- ¿Sí?
- Buenos días. - Es él.
- Matt, ¿Por qué me llamas?
- Quería saber sí estabas bien.
- Estoy bien. He llamado a la madre de Kylie y los médicos dicen que despertará dentro de poco.
- ¡Qué bien!
- Espera un momento Matt no cuelgues.
- ¿Kenzo?
- El mismo. ¿Sabes algo de tu amiga?
- He llamado a su madre y dice qué los médicos dicen que despertará pronto.
- ¡Qué buena noticia! ¿Cuándo volverás?
- Mañana.
- ¿Mañana qué?
- ¿Matt?
- Si. ¿Ocurre algo Judith? - Mierda acabo de cambiar de línea sin querer.
- ¡No!
- ¿No qué?
- ¿Kenzo?
- Judith, ¿Qué pasa? - Me doy una bofetada mental por no saber usar el móvil.
- Nada Kenzo.
- ¿Kenzo? ¿Estás hablando con él?
- Si Matt estoy hablando con los dos.
- ¿También estas hablando con Matt?
- Se acabó. - Cuelgo las dos llamadas y apago el móvil. Me siento en el sofá y apoyo la cabeza en las manos.
- Parece qué alguien necesita ir de compras. - Me giro y veo a Peter entrando con un par de bolsas al salón.
- Por favor, necesitarlo se queda corto. - Peter suelta una carcajada y me tiende la mano.
- Pues vamos. - Le sonrío y cojo su mano mientras él camina hacia la puerta.
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I WANT MORE (TERMINADA)
Fiksi Remaja- No puedes estar enamorada de mí. - Su voz ha dejado de ser firme, su labio inferior ha empezado a temblar. - Uno no elige de quién se enamora. - Trago saliva. - Porque créeme, qué si pudiera elegir de quién enamorarme, tú serías el último al que...