I WANT MORE (TERMINADA)

Capítulo 28

- ¡Dime de una vez lo qué está ocurriendo Isaac!

- ¡Deja de gritarme!

- ¡No pararé hasta qué me digas qué le pasa a Kylie! - Estamos llegando ya al hospital. Isaac no me ha dicho nada de lo qué está ocurriendo.

- Callate ya, ya llegamos.

Dejo ir un gran suspiro y me desabrocho el cinturón. Cuando llegamos, aparca y bajo del coche antes de qué pare el motor. Corremos hacia la entrada y una vez dentro, el corazón se me encoge. Cómo le haya pasado algo, me muero. Nos metemos en el ascensor y mis ganas de estrangular a Isaac aumentan por segundos. Las puertas se abren y salgo disparada hacia su habitación. Su madre está en la puerta llorando abrazada al hermano de Kylie. Mi mundo empieza a desplomarse. La señora Jones intenta detenerme para decirme algo pero abro la puerta y paso al interior. No me lo creo. Me dejo caer al suelo y empiezo a llorar. Está despierta. Está despierta.

- Señorita, tiene qué esperar fuera. - Ni siquiera me había percatado de la presencia de esa enfermera. Kylie me mira sin expresión en los ojos. Algo va mal. Me levanto y salgo fuera, cerrando la puerta tras mis espaldas.

- Judith, no puedes entrar querida, quería avisarte pero...

- Tranquila. - Abrazo a la madre de Kylie y las dos lloramos a moco tendido.

- Tengo qué decirte algo. - Isaac se acerca a mí y me coge de la mano. - Kylie... Ha perdido la memoria. - Acabo de entrar en estado de shock.

- ¿Qué?

- Los médicos dicen qué es temporal, qué la recuperará con el tiempo. - Ahora comprendo porqué estaba tan inexpresiva. Esto es peor qué antes. Qué mi mejor amiga no recuerde quién soy, es peor qué cualquier otra cosa.

- Siéntate. - Isaac me agarra del brazo y me sienta en una silla. No puedo parar de llorar. Mi mundo se viene abajo por momentos. Ayer lo de Matt y hoy Kylie. La pesadilla qué me prometió Austin sigue avanzando. Estoy rodeada de caos, caos por todas partes. La puerta se abre y la enfermera sale.

- Pueden entrar, pero de uno en uno. - Se da la vuelta y se va. La madre de Kylie me mira.

- Yo ya he entrado antes. Ve tú. Habla con ella. - Asiento y me levanto de la silla. Entro en la habitación y cierro la puerta.

- Hola...

- ¿Quién eres? - No puedo con esto.

- Yo soy... Judith.

- ¿Y eres mi...?

- Tu mejor amiga. Bueno, nos considerábamos hermanas. Nos conocemos desde muy pequeñas. - Me mira confusa. 

- No lo recuerdo, lo siento.

- Esto es muy frustrante.

- No té quejes, tú no eres la qué lleva toda la mañana viendo a gente qué dice conocerme pero yo a ellos no. - Hace una pausa y mira a la pared dónde están todas las fotos. - ¿Somos nosotras, no?

- Si. Mira. - Me acerco a la pared y arranco una. - Aquí teníamos diez años. Estábamos en mi casa, jugando a ser princesas o algo así. - Cojo otra. - Y esta es del instituto, cuándo aún estábamos en el equipo de animadoras.

- ¿Era animadora?

- Si, pero lo dejaste.

- ¿Por qué?

- Porque yo lo dejé también. - Mira la pared y sonríe.

- Parece qué estábamos muy unidas.

- Éramos inseparales. Te lo contaba todo y tú a mí también. Tú me has ayudado siempre, me has mantenido a flote cuándo he estado apunto de hundirme. Te he echado de menos todo este tiempo.