Ha pasado una semana desde qué Kylie despertó. Va mejorando. Ya recuerda muchas cosas, pero no lo recuerda todo. Kenzo y yo nos peleamos ayer, no nos hablamos, e Isaac me ha convencido para salir de fiesta, dice qué ya nunca salgo con él. Así qué aquí estoy, en la cola de una discoteca con Isaac.
- ¿Tienes ganas de entrar?
- La verdad, no. La última vez qué salí de fiesta le paso eso a Kylie.
- Pero ya está bien, así qué te toca disfrutar y olvidarte de Kenzo, no funciona lo vuestro, déjalo ya.
- Eso haré, tengo que encontrar el momento.
La cola avanza y por fin entramos. El local está lleno de gente, la música está más alta de lo qué debería estar. Y entonces lo veo, he notado su presencia en el momento en el qué he entrado. Mis ojos recorren su esculpido cuerpo desde lejos. Recuerdo la primera vez qué lo vi, esos ojos verdes impenetrables. Recuerdo cuándo pasaba de mi, no me saludaba y solo me miraba de reojo. Recuerdo cuándo me dijo todo aquello sin conocerme, recuerdo la primera vez qué estuve entre sus brazos mientras me sacaba del ring, recuerdo lo mal qué miró a Isaac cuándo me llamó nena. Recuerdo cuándo me defendió ante Austin y cuando estuvo a mi lado cuando pasó lo de Kylie. Recuerdo cuándo apareció en mi casa para despedirse y me volvió a abrazar, llenándome de seguridad y calma. Recuerdo todos los mensajes, las llamadas... Recuerdo su distanciamiento respecto a mí por culpa de estar con Kenzo y sobretodo recuerdo lo qué me dijo cuándo lo bese, recuerdo el crujido qué oí en mi interior. He perdido la cuenta de las veces qué alguien me ha destrozado el corazón, pero esta vez sin duda, ha sido la peor de todas. Hacía una semana qué no lo veía y volver a verlo hace qué los pedazos de mi corazón empiecen a latir con fuerza. Alguien me agarra la mano provocando qué salga de mi trance, me giro y me encuentro con la cara de Isaac a muy pocos centímetros de la mía.
- ¿Se puede saber qué haces aquí parada?
- Esto...yo... Estaba observando a la gente. - Me coge por la barbilla.
- Hemos venido para qué tú te diviertas y te olvides de todos, menos de mi claro. - Me guiña un ojo y le sonrío. - Venga vamos, te invito a un par de rondas.
Nos acercamos a la barra e Isaac se apoya en ella. Una chica rubia y alta, con un escote despampanante y unas piernas infinitas, se acaba de apoyar cerca de Isaac, pero el no se ha dado cuenta. El barman coloca seis chupitos y vierte un líquido azul en ellos, Isaac le extiende un billete y me sonríe.
- ¡Brindemos! - Levanta el chupito y yo hago lo mismo. - ¡Por Kylie y por nuestra amistad! - Chocamos los vasos y me lo llevo a la boca bebiéndomelo de un trago. La garganta me arde, pero quiero más. Dejo el vaso en la barra con un golpe seco y cojo otro. Me lo bebo y hago lo mismo con el tercero, Isaac me mira divertido.
- Tienes una admiradora. - Le susurro al oído y se gira. La chica le hace un movimiento de cabeza cómo invitándole a que vaya con ella. Me mira con desesperación y río. - Anda ve, yo me quedo por aquí. Me sonríe y desaparece entre la multitud junto con la chica. Alguien se apoya junto a mí y no necesito verle para saber quién es. - Vete Austin.
- Yo también te he echado de menos.
- Qué te largues.
- He venido ha hacer las paces. Quiero pedirte perdón por lo del otro día.
- Pues métete esa idea por el culo y vete. - Lo miro de reojo y veo cómo le susurra algo al barman. Al cabo de un minuto deja cuatro chupitos encima de la barra.
- Por favor Judith, sólo quiero llevarme bien contigo.
- No me hagas reír...
- ¿Cómo está Kylie? Ha despertado, ¿no?
- ¿Y tú cómo lo sabes?
- Jasson me lo ha contado.
- ¿Ha ido a verla? - Austin agacha la cabeza.
- No.
- Bueno, todo esto se lo contaré a ella cuándo esté bien del todo.
- Cómo quieras. - Se lleva un chupito a la boca y se lo bebe de un trago. Coge uno y me lo ofrece, lo acepto y me lo bebo de un trago también. - No te molesto más. - Se bebe el otro y lo deja con un fuerte golpe en la barra. - ¿Te gustaría quedar un día de estos? - Lo miro y por una vez desde hace mucho, siento qué todo esto lo dice enserio.
- Lo pensaré, ¿vale?
- Adiós y ten cuidado, hay mucho capullo suelto hoy.
- No me digas... - Le hago una sonrisa sarcástica y se aleja sonriendo. Me tomo el chupito y le pido al barman un gintonic. Le doy un trago y empiezo a jugar con la pajita y los hielos.
- Perdona guapa, ¿Quieres tomar algo?
- ¿No ves qué ya tengo una copa en la mano?
- Puedo esperar a qué te la termines. - Me giro para mirarle y lo reconozco al instante. La rabia empieza a apoderarse de mi.
- ¡TÚ! ¡Tú eres él qué le hizo eso a mi amiga! - Abre mucho los ojos y se aparta un poco.
- ¿Qué amiga?
- Lo sabes muy bien. - Me acerco mucho a él, gracias a los tacones soy igual de alta qué él, lo qué hace qué lo tenga cara a cara. - Eres un hijo de puta, te juro qué te vas a pudrir en la carcel.
- Lo dudo. - Me agarra del brazo con mucha fuerza y tira de mi entre la multitud. Intento forcejear pero no puedo soltarme de su agarre. Me arrastra hasta una salida de emergencia qué da a un callejón, no hay nadie y está todo oscuro. Me empotra contra la pared y me sujeta los brazos por encima de la cabeza con una mano. Me sube con la otra la falda.
- ¡SOCORRO! ¡SUÉLTAME!
- ¡Cállate ya puta! - Me da un puñetazo en el estómago y me caigo al suelo encogiéndome por el dolor. Se agacha y me acaricia el rostro. - No chilles zorra o será peor. - No me salen las palabras, así qué le escupo en la cara. - La has cagado.
Se levanta y me da una patada tras otra en el estómago y una en la cara. Las orejas me pitan y todo está borroso. Me levanta y me vuelve a empotrar contra la pared haciendo que mi cabeza choque contra esta. Mete su mano por debajo de mi falda y se arrima mucho a mi. Le muerdo la cara con fuerza, chilla y me da una bofetada en la cara. Me desplomo en el suelo y antes de que me de otra patada veo a alguien salir por la puerta de emergencia, intento chillar para pedir ayuda, pero no hace falta, la persona qué ha salido camina rápido hacia aquí, quiero ver quién es, pero el sueño se apodera de mí.
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I WANT MORE (TERMINADA)
Teenfikce- No puedes estar enamorada de mí. - Su voz ha dejado de ser firme, su labio inferior ha empezado a temblar. - Uno no elige de quién se enamora. - Trago saliva. - Porque créeme, qué si pudiera elegir de quién enamorarme, tú serías el último al que...