Capítulo 31

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(Judith en multimedia)

Me despierto empapada en sudor. Intento levantarme pero el brazo de Matt me rodea con fuerza. Lo aparto con cuidado y me levanto sin hacer ruido, me meto en el baño y cierro la puerta. Me apoyo en el lavamanos y me miro en el espejo. Tengo todo el cuerpo lleno de moratones y la cabeza parece qué me va a estallar en cualquier instante. Me limpio la cara con cuidado y flashes de la noche anterior aparecen en mi mente. Un escalofrío me recorre el cuerpo y me abrazo a mi misma mientras vuelvo a la habitación. Me quedo de pie mirando cómo duerme, esta precioso. Aun no me creo todo lo qué sucedio anoche, parece el recuerdo de una pesadilla. Se gira en la cama poniéndose boca abajo y alarga el brazo, cómo si buscara algo. Levanta la cabeza y mira desorientado por la habitación. Suelto una pequeña risita y se gira a mirarme.

- Me has asustado idiota.

- Buenos días a ti también. - Media sonrisa aparece en su rostro y se incorpora recostándose en el cabezal de la cama. Golpea con la palma de la mano la cama y voy hacia él. Me tumbo a su lado y me acaricia la cara. Nos quedamos un buen rato mirándonos. - ¿Qué pasó ayer? - Cierro los ojos y cojo aire.

- Ese tipo... - le miro y en sus ojos veo miedo y rabia. - Ese tipo es el que le hizo eso a Kylie. - Matt cierra los ojos y me coge la mano. - Lo amenacé diciéndole qué se pudriría en la carcel y...

- Espera, ¿fuiste tú a él?

- No. Él vino a hablarme cuando estaba en la barra, supongo que no se acordaba de mi... Me sacó al callejón y me empotró contra la pared. Me sujeto las manos y empezó a subirme la falda - Miro a Matt y su mirada es fría. - entonces chillé y empezó a pegarme, vi a alguien salir y...

- Te quedaste inconsciente.

- Si. - Cierro los ojos y me tapo la cara con las manos. Matt me las aparta.

- Ayer tuviste una pesadilla, ¿De qué trataba?

Le cuento todo el sueño y cuando acabo, me alza y me sienta en su regazo. Coloco mi mejilla contra su pecho y me abraza con fuerza. El sonido de un teléfono nos sobresalta. Matt se levanta de la cama y lo coge.

- ¿Si? - Lo miro expectante y entonces me mira sorprendido. - Si, si está aquí. - Hace una pausa, abro la boca para decir algo pero me manda callar con la mano. - No, está durmiendo. - Hace otra pausa y frunce el ceño. - Vale, ahora la despierto. - Cuelga y me mira. - Kenzo viene hacia aquí.

- ¿Por qué?

- Es tu novio Judith, si ayer no fuiste a casa ni le dijiste nada se habrá preocupado. - Arquea las cejas y me hace una sonrisa sarcástica. - Algo me dice qué no quieres verlo.

- No es eso, es qué me va a chillar y discutiremos y seguro qué se imagina algo qué no es. - Me paso las manos por el pelo y suspiro.

- Sois pareja, es normal qué discutáis. - Me coge de la mano y me levanta. - Venga vamos, necesitamos un café.

- ¿Puedes dejarme una sudadera? Tengo un poco de frío. - Se queda mirándome unos segundos y entonces agarra una sudadera de encima de la silla del escritorio y me la lanza.

- Te espero abajo. - Asiento y sale de la habitación. Me quito su camiseta, me pongo la sudadera y bajo hacia la cocina. Me siento en la barra americana y observo como Matt hace los cafés. - ¿Estáis peleados?

- ¿Quién?

- Kenzo y tú, estaba cabreado cuando ha llamado.

- Tuvimos una pelea bastante fuerte el otro día.

- ¿Por qué?

- Por sus celos, sus paranoias... No sabía que tenía ese carácter, supongo que me precipité al empezar una relación con él sin conocerlo del todo.

- ¿Celos de qué? Y sí, Kenzo es una persona un poco difícil a veces.

- De Isaac. Cree qué Isaac está colado por mí, pero sólo somos amigos. - Me mira y arquea una ceja. - ¿Qué?

- Nada. - Pone el café en dos tazas y me da una. - Ya te dije una vez lo que pensaba, le gustas.

- No le gusto, nos acostamos una vez estando en el instituto pero estábamos colocados así que hicimos cómo si no hubiera pasado nada.

- Dónde hubo fuego...

- Cállate ya anda. - Sonríe y se sienta a mi lado.

- ¿Y qué le dirás a Kenzo?

- Pues le tengo qué contar lo qué sucedió, aunque creo qué no podre.

- ¿Por qué?

- No me dejará explicarme, ya lo verás. Espero que al verme la cara se calmé y me pregunte que pasó.

- Pues no creo qué tarde mucho en llegar. - Apoyo los codos en la barra y dejo caer mi cabeza sobre las manos dejando ir un suspiro. - Eh. - Le miro y me sonríe. - Voy a estar aquí, no te preocupes.

Nos quedamos mirándonos sin decir nada unos minutos mientras él me acaricia la espalda y entonces alguien aporrea la puerta. Matt se levanta y la abre. Kenzo entra hecho una furia y viene directamente hacia mí.

- ¿¡Se puede saber por qué coño no fuiste anoche a casa!? - No lo reconozco. Ahora mismo me da miedo. - ¡RESPONDE!

- No le chilles, Kenzo.

- Es mi novia, haré con ella lo qué quiera. - Me mira fijamente esperando una respuesta. No puedo hablar, no me salen las palabras. Su mirada deja de irradiar ira y rabia y aparece decepción en sus ojos. - ¿Te has acostado con él, verdad?

- Kenzo...

- ¡Cierra la puta boca Matt! - Me coge del brazo con fuerza y tira de mi hacia él haciendo que nuestras caras estén a pocos centímetros. - Te lo has follado, responde si o no.

- Yo... Matt y yo no... - No me deja acabar la frase porqué me aprieta más fuerte el brazo. - Me estás haciendo daño.

- ¿Qué te estoy haciendo daño? - Me mira de arriba abajo, me estira la sudadera y pone cara de asco. - ¡Llevas unos calzoncillos suyos! - Matt se acerca a él y le toca el hombro. - Apártate de mi. - Me mira y me suelta el brazo con desdén. - Eres una zorra Judith, una maldita zorra, decías qué me querías.

- ¡Y te quiero Kenzo! Escúchame por favor, no es lo que tu crees, ayer... - Intento cogerle la cara con las manos pero se aparta.

- Llevas su ropa y has pasado la noche aquí. Ayer saliste con Isaac y él tenía qué llevarte a casa. Te he llamado cientos de veces y al final lo he tenido que llamar a él, ¿y sabes qué me ha dicho? Qué no te vio en toda la noche. Y resulta qué estás aquí, con éste idiota qué se hace llamar amigo. - Abro la boca para replicarle pero me pone el dedo índice en los labios para qué me calle. - Se acabó Judith, eres una zorra. - Los ojos se me inundan de lágrimas, pero las contengo mordiéndome el labio.

- Kenzo por favor...

- ¡Qué te calles! No quiero oír nada. Y tú - Se acerca a Matt y lo coge por la camiseta. - no vuelvas a hablarme nunca, por mi podéis iros los dos a la mierda.

Abre la puerta y se va dando un portazo. Aún no me creo lo qué acaba de pasar. Miro a Matt, tiene la mirada clavada en el suelo. Una lágrima resvala de mi ojo y me tapo la cara con las manos para intentar no llorar. Matt me aparta las manos y me acaricia la mejilla con el pulgar.

- No llores, por favor.

- No entiendo por qué se ha puesto así y por qué me ha dicho todo eso. Sabe qué tú y yo solo somos amigos y no ha dejado qué le contará nada. Debería haberme quitado la sudadera para qué viera los moretones, aunque no sé si habría servido de algo porque no se ha fijado ni en los de la cara... - Reprimo un sollozo.

- Sinceramente creo qué estarás mejor sin él. Los dos estaremos mejor. - Me lleva hasta el sofá y me sienta encima suyo, abrazándome. Empiezo a llorar y me besa la cabeza. Podría pasar por esto mil veces más si al final acabo entre sus brazos.

I WANT MORE (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora