Han pasado algunos días desde aquel acontecimiento en mi habitación con la señora Blake. Mi pie a mejorado bastante, ya puedo caminar con mayor libertad, pero debo tener cuidado porque puedo abrirme los puntos otra vez... o que pueda volver a pasar algo similar a lo de ayer con Jenifer. No la he visto desde entonces, las chicas me vienen a visitar de vez en cuando y me traen comida, pero ya necesito volver a trabajar, siento como si estuviera perdiendo mi tiempo acostada en mi cama todo el día.
Fabi no deja de hablar de su cumpleaños, el cual cada vez se acerca más. Dice que lo celebraremos por lo alto aquí en la mansión. Bebidas, juegos y todo lo que puede haber en una fiesta de cumpleaños. Maya por otro lado, ha estado un poco rara, incluso callada cada vez que vienen. Se queda en silencio mirando por la ventana hasta que Fabi la llama para irse.
No le he dicho lo ocurrido con la señora Blake a nadie, porque cada vez que lo intento sus palabras llegan a mi mente como una advertencia. Y todas las noches me duermo tarde por miedo a entre a mi habitación. Por otro lado, mis pensamientos no paran de recordarme el corto beso que me dio Jared. No lo he vuelto a ver desde entonces y debo admitir que me desilusiona un poco. Quisiera preguntarle por qué lo hizo.
—¿En qué tanto piensas, Ta? —la pregunta de Fabi me saca de mis pensamientos.
—En cosas.
—¿Cosas como qué? —pregunta y se peina su cabello castaño hacia atrás.
—Mi mamá.
Y es verdad. Hace ya un mes que no la veo y la extraño. Acurrucarme junto a ella en la cama es lo que más deseo justo ahora. Quiero ver si está bien, ver si ha mejorado, ver cómo está Mar. Quisiera volver a casa y cuidarla yo misma. Aunque lo hago, pero desde lejos.
—Oh, ya veo —dice y una expresión triste aparece en su rostro.
—¿Sucede algo? —le pregunto preocupada.
—No, solo es que recordé a mi mamá —hace una pausa y se acerca más a mí en la cama—, Ella murió... hace ya algunos años. Tuvo un accidente de auto —se queda callada un segundo y sigue hablando— yo estuve, pero no sufrí tantos daños. Ella sí, ella recibió todo, costillas rotas y una de ellas le perforo el pulmón derecho, un derrame cerebral. Tuvo de todo y no lo pudo aguantar —lo dice con nostalgia en sus ojos. Paso mi mano por su espalda de arriba hacia abajo.
—Lo siento, no me quiero imaginar cómo te sentiste en ese momento —digo y una muy pequeña y rápida sonrisa cruza su rostro.
—Fue hace mucho, pero la extraño demasiado.
—Me lo puedo imaginar. Quisiera que las madres puedan ser eternas.
—Estoy de acuerdo con eso —dice y, de la nada, me abraza. Le devuelvo el abrazo con ganas.
—Aunque no nos conocemos desde hace mucho tiempo, te considero una gran amiga, Tanit —dice y me vuelve a abrazar.
—Gracias, lo mismo digo de ti.
—¡Ay, ya! Que después me pongo a llorar y soy la persona más fea del mundo cuando llora —dice y se echa hacia un lado. Una risa se nos escapa a ambas de los labios.
Unos toques en la puerta captan nuestra atención.
—¿Quién es? —pregunto mirando la puerta.
—Soy yo, André. Solo quería saber si has visto a Fabi —dice André detrás de la puerta.
—Mmmm sí, está aquí, pasa —digo y la puerta se abre dejando ver a un André bien vestido, como siempre. El aroma de su perfume golpea mis fosas nasales e inhalo con fuerza. Fabi a mi lado se tensa un poco y yo frunzo el ceño.

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Los Blake
RomanceTanit White es una simple chica peliroja que vive junto a su madre, pero esta enferma de gravedad. Los medicamentos son muy caros y sus ahorros no dan para más. Tanit decide que es momento de buscar empleo, pero su misión es en vano al no obtener n...