Capítulo 6

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  Luego de salir del comedor, cada uno se dedicó a hacer sus deberes y trabajos en la mansión. Gina fue a lavar unos cuantos montones de ropa en la lavandería, una chica llamada Jessenia fue al jardín a regar las platas y limpiar la piscina. Maya, Fabi y yo nos encontramos en la habitación de Jenifer y Gabriel, tomando la ropa sucia y limpiando algún rastro de polvo como nos dijo que hiciéramos. Maya en este momento está tendiendo la cama para luego ir a las de los chicos, obviamente obtuvimos el permiso para entrar aquí, si no, estuviéramos en un gran problema.

En mis brazos cargo las sábanas que antes cubrían la cama. Como puedo, aparto un mechón de mi cara que me estaba haciendo cosquillas. Miro el reloj en la mesita de noche y dan las 1:35 p.m.

—No sé porque, pero siento que estar calladas me incomoda, ¿A ustedes no? —comenta Fabi captando nuestra atención.

—No, ¿por qué? —le contesta Maya.

—No lo sé. Solo siento como si estuviésemos forzadas a hacer esto y que nos llevamos mal y eso, digamos, no me agrada mucho. Nos llevamos estupendamente bien, ¿verdad?

—Sí, Fabi. Nos llevamos de maravilla —le contesto.

—Uy... eso sonó como sarcasmo —dice Maya quitándome las sábanas sucias de los brazos.

—Pues no lo fue, en realidad me gusta tenerlas como amigas y compañeras de trabajo —les comento mientras salimos de la gran habitación.

—Awww, eso es lo más lindo que me han dicho nunca —dice Fabi en tono infantil y las tres estallamos en carcajadas antes de entrar a la siguiente habitación.

—Esta es la habitación de André, a él no le gusta que toquemos mucho sus cosas, solo organizar y tomar las sábanas y ropa sucia. Eso ya Fabi lo sabía, pero te lo digo a ti Tanit porque sé que no has entrado a ninguna —aclara y yo hago un leve asentimiento.

—Ok —digo y Maya abre la puerta. Cuando entramos me doy cuenta de que es muy parecida a la de sus padres, solo que el color de las paredes es un rojo bastante raro.

Casi toda la habitación es de ese color, incluido el techo, pero es igual de grande y bonita que las demás de esta casa.

Comenzamos a recoger las cosas que hay tiradas por el suelo y tomamos las sábanas y ropa sucia que tenga. Me dirijo a la cama y le pongo las sábanas limpias, las estiro y las acomodo lo mejor posible. Cuando ya está lista. Me dedico a mirar a mi alrededor y dar un suspiro. Maya se encuentra en el baño y Fabi en el armario.

Por estar mirando a mi alrededor me fijo en la mesita de noche, una de sus gavetas está algo abierta y logro ver algo que brilla por los pocos rayos de sol que entran por, las muchas, ventanas que tiene la habitación. Sé que no debería curiosear en cosas que no son mías, pero la tentación me mata. La abro suavemente y lo que veo es lo menos que me esperaba ver en ese momento. ¿Qué carajos es eso? Miro el objeto unos segundos. No quiero meterme en problemas, es por eso que sierro la gaveta y lo dejo estar.

Un cuchillo, muy afilado debo decir... con pequeñas manchas de sangre. Los cuchillos en sí no son mi cosa favorita de ver. Sacudo mi cabeza ahuyentando los pensamientos que sé que pronto inundaran mi mente y en ese momento unas palabras vienen a ella.

Si ves algo raro o inusual quédate callada... eso es todo querida...

Fue el día que vine a preguntar por el trabajo, lo que me dijo Jenifer antes de irme a casa. Un escalofrió me recorre completa, me abrazo a mí misma y camino hasta donde están las chicas y les pregunto si ya terminaron. Maya me dice que sí, pero Fabi aun le faltan algunas cosas por terminar y es por eso que la esperamos, pero lo único que deseo en ese momento es salir de esa habitación.

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