Fabi
Nunca esperé que esas palabras salieran de su boca. Mis brazos la estrechan aún más contra mi cuerpo. Estoy en un estado de shock. No sé ni que decir. Bajo mi mirada a Tanit, que sigue llorando contra mi pecho. Paso mi mano por su cabello tratado de calmarla. Levanto la cabeza y miro a donde están los demás. Todos con expresión preocupada hacia Tanit. Algunos me miran y yo niego levemente. Keisha suelta un suspiro y se va al igual que Beth. Gina y Maya se quedan y también los chicos. Les hago un gesto con la mano y, al parecer ellas entienden porque se van.
—¿Quiere ir a tu habitación? —le pregunto sin mirarla.
Siento como mueve su cabeza en un asentimiento y eso es lo único que necesito para empezar a caminar. Tanit ahora no está llorando, pero no me suelta ni yo a ella. Ella deja salir un suspiro y se pasa la mano por la cara.
Paso por el lado de Jared y veo como intenta acercarse, pero le dedico una mirada que él entiende. Tanit ni siquiera nota su presencia... está en su mundo. Sigo caminando, dejando el ruido de la música y las voces a mis espaldas. Escucho a Tanit soltar un sollozo y respirar por la nariz. Sus brazos me aprietan por un segundo, no quiero imaginar lo que debe de estar sintiendo en este momento al revivir esos recuerdos.
Bajo mi mirada a ella y veo las lágrimas deslizarse por sus mejillas. Paso mi mano por su cabello sin parar de caminar.
—Ya estamos cerca —digo en apenas un susurro.
Ella sacude la cabeza un poco.
Doy unos cuantos pasos más y ya la habitación de Tanit aparece en mi campo de visión. Tanit suelta un suspiro y relaja sus brazos que siguen a mi alrededor. Cuando estamos enfrente de la puerta ella la abre y camina hacia el interior muy lentamente y usando la pared como apoyo. Escucho como sorbe su nariz y se limpia las lágrimas. Entro detrás de ella y cierro la puerta suavemente. Tanit comienza a quitarse el vestido de una manera no tan delicada, haciendo que este se rasgue un poco. Me acerco a ella con la intención de ayudarla, pero cuando le toco el hombro ella se gira y me empuja. El empujón me toma por sorpresa y casi caigo al suelo. Arrugo las cejas y la miro fijamente. Ella sigue quitándose el vestido, bueno, lo que queda del vestido. Lo tira en algún lugar y comienza a mirar a su alrededor hasta que sus ojos me encuentran. La habitación está a oscuras, pero puedo ver claramente la expresión en su rostro: pura ira.
Su pecho sube y baja de una manera rápida. Sus manos se vuelven puños.
¿Qué le sucede?
Me sobresalto cuando Tanit pega un grito y se tira al suelo. Comienza a rascarse de una manera muy violenta sus brazos, cuello, pecho, cara y costillas.
—Vete... vete —susurra.
Me acerco un poco y me agacho quedando a su altura. Extiendo mi mano y le tomo el hombro. Tanit da un pequeño brinco al sentir mi mano. Su mirada recorre mi brazo hasta llegar a mi cara. Su expresión se suaviza y más lágrimas comienzan a salir de sus ojos. La atraigo hacia mí y la aprieta contra mi cuerpo.
—Ya, calma. Ya pasó —le susurro en el oído. Sus sollozos se hacen más fuertes y me parten el corazón. Siento sus lágrimas mojar la piel de mi pecho, le hago carisias leves en su cabello repitiéndole que está bien, que está a salvo.
—Lo siento —susurra.
—¿Por qué? —pregunto sin dejar de abrazarla.
—Por decirte esto —su voz se rompe—. No quise incomodarte con mis cosas...
—Hey, hey. ¿Quién dijo que me incomodaban tus cosas? —le pregunto tomándola por los hombros y apartándola un poco hacia atrás—. Necesitabas desahogarte y lo hiciste. No te voy a juzgar por las cosas que sucedieron en tu pasado, Tanit. Y no pienses que me incomodas porque no es así —le digo y sus ojos vuelven a llenarse de lágrimas.

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Los Blake
RomanceTanit White es una simple chica peliroja que vive junto a su madre, pero esta enferma de gravedad. Los medicamentos son muy caros y sus ahorros no dan para más. Tanit decide que es momento de buscar empleo, pero su misión es en vano al no obtener n...