Capítulo 24

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  Este capítulo es bastante largo, asi que vayan a agarrar sus palomitas y refrescos :)


  El sonido de las cadenas chocando entre sí es lo que se escucha cada vez que me muevo. Perdí la cuenta de cuantos días llevo aquí encerrada y con estas cadenas que no hacen más que lastimarme por su peso. Mi única diversión ha sido detallar el techo hasta saberme de memoria cada grieta. La ventana que está en la pared no deja ver mucho hacia fuera.

Lo único que sé es que en los últimos días Jared me ha estado trayendo comida y medicinas para el dolor, el cual ya casi se ha ido por completo. Los moretones están cambiando de color constantemente; ya algunos casi ni se ven. La herida de la puñalada por fin dejo de molestar cada vez que me muevo.

  Con cuidado intento sentarme en la cama, necesito levantarme, pero ya. Cuando los dedos de mis pies tocan el suelo frío un escalofrío me recorre haciendo que me tense y mis músculos protesten. Espero unos segundos y pongo todo mi peso en el suelo. Estoy de pie... después de no sé cuánto tiempo. Miro a mi alrededor, pero lo único que hay en este lugar son cajas y cosas que no sé ni para que carajo se usan. Mis ojos caen en la ventana y decido caminar hasta ella, la cadena hace ruido cada vez que me muevo y un detalle de esta es que es lo suficientemente larga para caminar por la habitación.

Llego a la ventana y me pongo de puntitas para poder ver hacia fuera. No reconozco lo que mis ojos ven, solo veo plantas y mucho color verde. El cielo está nublado y muy pocos rayos de sol traspasan las nubes. Una brisa de viento frío entra por la ventana refrescándome la cara. Tomo una profunda respiración e intento ver algo más, pero es en vano.

  Me quejo y me alejo de la ventana. Me giro en busca de algo en donde pueda subirme y ver mejor. Miro las cajas, pero creo que no es buena idea subirme en una. Al lado de la cama veo una pequeña silla sin espaldar y voy hasta ella, la tomo y la pongo cerca de la ventana. Me subo con cuidado y ahora sí que tengo más visibilidad. Me pego lo más que puedo a la ventana y logro ver algo moverse cerca. No logro captar si es una planta o una persona y la idea de hablar queda descartada al recordar las palabras de Jared al decir que todos piensan que estoy muerta y que si se enteran de que estoy aquí se delata.

Pero... ¿saben qué?... no me importa.

—¿Hola? ¿Hay alguien ahí? —digo en voz bastante alta, pero no obtengo respuesta.

Vuelvo a pegarme a la ventana y esta vez no logro ver nada.

—¿Hola? —vuelvo a decir y la cadena suena al mover el brazo. Me miro la muñeca que ya está muy roja. Soplo en ella para calmar un poco el ardor.

Me quedo unos minutos más intentando que alguien me escuche, pero al parecer estoy lo bastante lejos de la mansión. Me bajo de la pequeña silla y vuelvo a la cama. Me siento y me sumerjo en mis pensamientos. Recuesto mi espalda en la cama y me quedo mirando el techo como siempre, pero no por mucho tiempo ya que siento como voy cayendo en los brazos de Morfeo.


  El sonido de unos pasos me despierta. Pasos sobre césped. Me levanto de la cama y voy hasta la ventana. Me subo a la silla y justo cuando veo a través de ella me quedo petrificada. Intento decir algo, pero las palabras se quedan estancadas en mi garganta. Mi único gesto es poner la mano sobre la ventana mientras Fabi no deja de mirarme. Yo le devuelvo la mirada y sigo intentado hablar, pero nada sale.

Al parecer Fabi por fin reacciona porque comienza a correr en una dirección en donde ya no logro verla.

—No... Fabi —susurro con decepción. Siento el miedo llegar a mi cuerpo al pensar en que me dejara aquí haciendo que baje de la silla antes de que pase un accidente. Mi respiración se acelera y me dejo caer al suelo abrazando mis piernas contra mi pecho.

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