Jared
Necesito encontrar a Tanit, pero ya.
Acéptalo ya, hombre. Tu hermano será presa de tu querida chica...
Cállate...
No... no... no
Dejo de hacerle caso. Muevo mis piernas a un paso demasiado rápido. Necesito encontrar a Tanit.
La puerta de mi habitación se hace visible a la distancia. Corro la poca distancia que queda y abro la puerta bruscamente.
Está vacía.
—¡Tanit! ¡Tanit! —la llamo, pero no hay respuesta.
Me paso una mano por el pelo y suelto un suspiro. Mi chica acaba de morder a mi hermano. Siendo sincero... me alegro de que le haya pasado por idiota, pero... Tanit puede estar en peligro otra vez. Sé que no es la misma de ante y que puede llegar a hacer cosas que antes veía imposibles, pero si André llega a capturarla e identifica uno de sus puntos débiles... puede ser su fin.
No sé cómo logró herirlo y morderlo en el cuello saliendo ilesa. Me siento estúpido. Por eso llegó ayer a mi habitación llena de sangre, pero era demasiada para las heridas que le causo a mi hermano. Muchas preguntas empiezan a formarse en mi cabeza. Llevo mis mano a ella y salgo de mi habitación.
Son segundos lo que tardo en tocar la puerta de Alina con brusquedad.
—¡Ya va! Sea quien sea... ¿no te puedes aguantar hasta que me levante y camine hasta la puerta? ¡Dios! —dice y luego de un segundo aparece una Alina despeinada y en pijama delante de mí.
Ella arruga las cejas.
—¿Qué quieres?
—Tanit... parece fantasma... la ves ahí, miras para otro lado y ya no está.
Una sonrisa aparece en el rostro de ella.
—Entonces... ¿ayer apareció?
Asiento.
—Pensé que la habías visto cuando te fuiste de la habitación. Entró segundos después.
Ella abre la boca.
—Ahh... pues no... no la vi.
—Pues volvió a desaparecer... en mi habitación no está —le informo.
—Pues aquí tampoco —me dice señalando sus espaldas.
—Mordió a André —lo suelto.
Alina abre la boca, pero ninguna palabra sale de ella. Lo vuelve a intentar, pero lo único que logra decir son balbuceos.
—¿Co-cómo?
Suelto un suspiro.
—La verdad no lo sé, pero hace rato me encontré a mi hermano herido y con una mordida en el cuello —le informo.
Ella arruga las cejas y se mira su mano por un segundo.
—¿Herido?
Asiento.
—Tenía dos heridas en sus piernas. Casi no podía mantenerse en pie —le digo pasándome las manos por la cara. Cuando las alejo me fijo en la expresión de Alina, su boca está abierta como una O y sus cejas están alzadas.
—Estoy... sorprendida —dice.
—Yo también... yo también
Aun no aparece y ya me estoy empezando a desesperar.
—¿Pero qué es lo que te preocupa de verdad, Jared? —me pregunta Alina que ha estado todo el día conmigo.
Son casi las diez de la noche y no hemos encontrado ni siquiera una pista de donde puede estar Tanit, ni una.
Dirijo mi mirada a ella antes de hablar.
—Sé que ella puede defenderse y cuidarse sola, pero si está cerca de André y él encuentra su punto débil, aunque este herido puede matarla y de solo pensarlo... —Niego con la cabeza.
—Hey, cálmate, ella va a estar bien —dice dando algunos pasos hacia mí y poniendo su mano en mi hombro—, tiene que estarlo.
Asiento.
—Sí... sí... ella está bien... ella está bien.
Y como si el mundo me escuchara, se oye como la puerta de mi habitación se abre. Pasos que se acercan. Alina y yo nos quedamos quietos mirando en dirección a la puerta. En pocos segundos Tanit aparece cruzando por ella. . Lleva ropa de color negro. Una chaqueta de cuero, una camisa ceñida y unos pantalones que parecen una segunda piel. Su cabello está perfectamente peinado.
Arrugo las cejas. ¿Dónde estaba?
Ella mueve sus ojos y estos caen en nosotros... o debo decir en la mano que Alina aún tiene en mi hombro. Ladea un poco la cabeza y entrecierra los ojos. Hace una burbuja con el chicle que tiene en la boca antes de hablar.
—¿Interrumpo algo?
Alina y yo no decimos nada. Ambos estamos un poco en shock.
—Les pregunte algo.
Alina reacciona.
—No, Tanit. No interrumpes nada —la escudriña con la mirada—. ¿Dónde estabas?
Tanit vuelve a hacer una burbuja con el chicle.
—Por ahí —dice y camina hasta tumbarse bocarriba en mi cama.
—Tanit —la llamo.
Ella levanta la cabeza para mirarme y me fijo en sus ojos. Las venas están rojas y tiene una tenue sombra debajo de ellos.
—¿Qué?
—¿Dónde estabas? —repito la pregunta de Alina.
—¡Ay, Dios!, pero que molestos son ustedes —se queja mientras se pone de pie—. Estaba por ahí... solo eso. Solo salí a caminar... y a divertirme un rato... nada más. Ya no me gusta estar todo el día dentro de esta casa sin hacer nada. Aburre —dice de manera rápida. Alina y yo compartimos una mirada y suelto una larga respiración.
—Tanit, sé que quieres salir y todo, pero no puedes. Llegas a tener un ataque fuera...
—Siempre estoy en un ataque. —Me interrumpe.
Arrugo las cejas confundido.
—Siempre tengo y estoy en un ataque —se toca la frente con el dedo—, esa cosa que ahora tengo no me controla... yo la controlo... ella hace lo que yo diga.
Va dando pasos hacia mí y yo no muevo mis ojos de los de ella. Puedo ver de reojo como Alina camina hacia la puerta y sale de mi habitación.
Tanit está a poca distancia de mí. Su rostro con la expresión que ya estoy acostumbrado ver en ella.
—Ustedes me hicieron así... ahora les toca aguantarme —dice pasando su dedo por mi mandíbula—. Soy como ustedes... una asesina a sangre fría... sin empatía... —se acerca a mis labios—, sin nada bueno en mis venas... sin nada bueno que dar —pega sus labios a los míos—. Una vez me dijiste que te tuviera miedo... que tú no eras el típico chico que cambia por una chica... pero... ¿sabes qué? Yo creo que sí cambiaste... y mucho... antes eras muuuy enojón y amargado... pero cuando estoy a tu alrededor —me vuelve a besar. Llevo mis manos a su cintura—. Te vuelves una persona dulce en pocas palabras.
Suelto un bufido.
—Recuerdo muy bien cuando te dije eso, Tanit —le digo mirándola a los ojos—. Si piensas que he cambiado... estás equivocada. Yo sigo siendo igual... esto solo es parte de mi pequeño lado humano que solo tú has podido ver... solo eso —acerco mi rostro al suyo— la que ha cambiado eres tú.
Y basta con esas palabras para sumirnos en un profundo beso.
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Los Blake
RomanceTanit White es una simple chica peliroja que vive junto a su madre, pero esta enferma de gravedad. Los medicamentos son muy caros y sus ahorros no dan para más. Tanit decide que es momento de buscar empleo, pero su misión es en vano al no obtener n...