|| Mudo: Litcko : FINALIZADO : ✅ ||

🌻 [25] 🌻

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-¿Mauro? - Martina pronunció el nombre de su hermano con cierta curiosidad, al llegar a casa y ver a este recostado en el sofá que se encontraba en la sala, con una gran manta encima. -¿Qué haces acá? - consulta pareciendo estar más que sorprendida. -¿No se supone que regresas un poco más tarde del instituto? - inquiere.

-«Si, pero me sentía mal y me mandaron para la casa.» - el ojiverde responde, al mismo tiempo que se sentaba y miraba fijamente a la contraria, quien no hace más que verlo de pies a cabeza.

-Pero si yo te veo bien. - ella comenta, no encontrando nada mal en el menor, quien solo se encoge en su lugar.

-«Puede que "me vea bien", pero me siento mal.» - Mauro dice algo irritado por la incredulidad de la otra, porque hasta en su rostro se podía reflejar que no estaba pasando por su mejor momento posible. -«Pero no te preocupes, que ya se me va a pasar.» - agrega, recordando que se encontraba molesto con su hermana y que no dejaría de sentirse así hasta que esta se disculpara por su actitud tan inmadura que siempre tenía en contra de Matías.

-Eso espero. - ella murmura descontenta. -Aunque quisiera creer que tus malestares no tengan por nombre y apellido Ignacio Matías Spallatti. - la morocha se queja con una sonrisa burlona en el rostro, algo que hace enojar mucho más al contrario.

-«Se puede saber de una buena vez, ¿Cuál es el puto problema que tenés con Matías?» - le pregunta casando de la manera en la que Martina siempre trataba a Ignacio, tanto al momento de tenerlo cara a cara, como al hablar de él cuando no estaba presente.

-En primera, dirigite a mí con más respeto, que soy tu hermana mayor. - ella le recuerda, poniéndose a la defensiva de inmediato. -Así que medite en la manera en la que me vas a hablar. - ordena. -Porque yo no soy como la tía o como mamá, cada vez que te ponías de caprichoso por alguna boludez que veías. - suelta, siendo un golpe demasiado sorpresivo y duro para el contrario, quién lo menos que quería en ese preciso momento era recordar a su madre. -Y me voy a comportar con Matías como se me dé la gana por muy amigo tuyo que sea, así que no tengo que bancarlo en lo más mínimo. - contesta por fin, haciendo que Mauro se ponga de pie rápidamente, para confrontarla de una mejor manera.

-«No te entiendo y creo que estás loca.» - Mauro informa, estando muy de frente de la morocha, con una enorme tensión de por medio. -«Estas loca y por eso nadie te va a querer jamás. Ya que no sos incapaz de respetar a los demás, o al menos asimilar lo que cada quien prefiere.» - agrega, solo haciendo que las cosas se pongan mucho más tensas que antes.

-Segui así Mauro y te juro que te vas a arrepentir. - Martina le advierte, y vaya que sus palabras no se podían tomar como una broma, porque eran totalmente serias.