|| Mudo: Litcko : FINALIZADO : ✅ ||

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Matias jamás se había quedado sin aire en sus pulmones, por tanto tiempo.

Matías jamás había sentido, como su corazón latía tan jodidamente rápido.

Matias jamás sintió un alivió tan grande, ante una noticia que terminará recibiendo. No hasta cuándo llegaron al hospital y Alicia pudo identificar a Mauro.

[...] Quien estaba en recuperación, porque habían tenido que operarle, debido a una severa fractura.

La cual terminó recibiendo en su brazo derecho.

Un esguince en uno de sus tobillos.

Raspones junto con varios moretones, que iban desde sus extremidades superiores, a su rostro, hasta partes de su abdomen. [...]

Y habían sido muchas cosas, que Matias pudo pensar en ese preciso instante.

¿En dónde quedaba el corazón de Martina? Porque hasta esta instancia, la hermana mayor del ojiverde, apuntaba a ser la causante de todo este quilombo.

Aunque Alicia, quería pensar que no era así, porque aún le tenía un poco de fe a la morocha, pero la situación no la beneficiaba en nada.

Otra pregunta era: ¿Qué había pasado por la mente de Mauro al verse solo? Porque según los informes de la policía. Mauro había estado deambulando por algunas partes de aquel sector. Pidiendo, aparentemente, un poco de ayuda, para posiblemente regresar a casa.

Pero ante su evidente falta de comunicación verbal, entonces nadie quiso prestarle la atención debida. Creyendo que solo estaba jodiendo o que había ingerido cualquier tipo de estupefaciente, el cual entorpecia su habla.

Y por último, ¿Qué tan dañada, loca, enferma y mal de la cabeza, tenía que estar Martina para hacerle pasar un mal momento a su hermano, y desaparecer como si nada? Aunque para eso no había respuesta, porque había quedado más que claro, que Martina Monzón Jardon, había perdido el sentido común desde que sus padres murieron.

Atentando con la integridad física y mental de su hermano menor en más de una ocasión, y ahora que había sucedido todo esto. Matias pudo darse cuenta de que esos momentos tensos que tenía con la contraria, no eran más que intentos para hacer que se alejara de su hermano.

Porque según palabras del mismo Monzón cuando se conocieron: «Él no tenía muchos amigos que se diga, así que aceptaba ser el suyo»

Pero eso no se daba porque utilizaba el lenguaje de señas para comunicarse, sino que Martina, se encargaba de alejar a todo aquel que quisiera ser amigo de su hermano.

Ya sea viéndolos mal cuando aún asistía al mismo colegio de Mauro, o haciendo correr rumores, los cuales sí llegaron a los oídos de Spallatti. A quién le importó poco lo que se dijera por ahí, porque a él solo le interesaba ser amigo de Monzón.

Poniendo en jaque, todo ese plan que Martina tenía armado para hacer que Mauro fuera codependiente a ella, emocionalmente hablando, para así poder manipularlo y joderle la vida con más facilidad.

Y no había nadie que pudiera hacerle pensar lo contrario.

Absolutamente nadie.

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