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La tristeza es una rarísima expresión del amor.

Una frase extraña, ¿Verdad?

Después de todo, ¿Cómo puede ser posible que la tristeza sea una expresión del amor? Si ambos sentimientos son completamente distintos.

Sin mencionar, que el origen y el contexto dónde ambos se desenvuelven es muy contradictorio.

Porque no puede haber amor, donde la tristeza nace como una mala hierba en medio de un hermoso jardín.

Y que por culpa de esa mala hierba, las demás flores que habitan el jardín empiezan a perecer. Llevándose consigo toda la belleza del lugar y la salud de las flores que están a su alrededor.

Y todo porque una mala hierba siempre destruye lo que toca, siempre invade espacios que no les corresponde.

Como toda una plaga, que si no es tratada a tiempo, destruirá todo lo que encuentre a su paso.

La tristeza es una rarísima expresión del amor.

Por favor.

¿Cómo puede surgir el amor en medio de una mala situación?

Acaso es necesario experimentar un fuerte dolor que nos llene de tristeza y agonía. ¿Para poder sentir un amor mucho más puro y sincero al que una vez conocimos?

Eso sonaba ridículo.

Porque el amor no debería de doler.

El amor no debe causar dolor o tristeza.

El amor es un sentimiento hermoso, cálido y reconfortante.

Y por ende, cualquier sentimiento que fuera diferente a eso, no era más que un vil impostor, tratando de tomar un lugar que obviamente no le correspondía, como una mala hierba.

« La tristeza es una rarísima expresión del amor. »

« La tristeza es una rarísima expresión del amor. »

« La tristeza es una rarísima expresión del amor. »

No, no.

Eso no podía ser así.

La tristeza no era una expresión del amor.

Y lo que Mauro sentía no era una expresión de amor.

Sin importar, que ya estuviera con personas a las cuales les importaba en verdad.

Estando por fin en casa, luego de haber vagado solo por un lugar que desconocía.

Con la mente totalmente desconectada de la realidad.

Con una molesta voz haciendo preguntas sin parar dentro de su cabeza, sobre cosas que no parecían tener sentido.

Cosas en que en su momento no tenían pies, ni mucho menos cabeza para entenderles. Pero ahora que lo pensaba bien, todas esas preguntas trataban de hacerlo entrar en razón.

Para que su mente no cayera en la desesperación total, al verse sin ningún camino de regreso a casa.

No, la tristeza no podía ser una expresión del amor.

Porque por mucho que hubiera amado a Sativa, estaba había tenido un tráfico final.

Tal como le había sucedido a sus padres, aunque ese accidente no fue su culpa, al igual que este.

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