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🌻 Soy parte de ti 🌻

🌻 Tu parte de mi... 🌻


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Vacío.

Solo.

Confundido.

Extraviado.

Sin personalidad.

Sin alma.

Eran las muchas cosas que podían definir el estado anímico de Mauro, quien, desgraciadamente, había perdido el camino de su vida.

Había perdido el sendero por el cual debía caminar.

Había perdido el timón en medio de una turbulenta tormenta, la cual hizo que su barco hundiera. Y él, como un buen capitán, tuvo que hundirse junto con su barco, a pesar de que no era su momento para hacerlo.

¿Pero qué sentido tenía seguir flotando en el mar?

¿Qué otro propósito tenía el seguir aferrándose a un pesado de madera e intentar llegar a la orilla?

¿Que era eso tan atractivo que había en la orilla para que él tuviera que nadar hasta allá?

¿Realmente importaba que él siguiera viviendo?

¿Realmente su presencia rota e inhumana, era importante para un mundo lleno de adversidades?

¿Cuál era el maldito sentido de la vida, después de haberlo perdido todo?

¿Cuál era?

¿¡CUÁL ERA!?

Por favor.

Una respuesta.

Se necesita de una respuesta, para que un alma vuelva del Averno.

Se necesitaba de una respuesta, para que el alma de una persona no cruzará el río Aqueronte. Para que así, el alma de esa pobre persona desdichada no tenga que abandonar cualquier esperanza de poder llegar al descanso eterno.

Después de cruzar por la puerta de las tinieblas.

¿Pero de qué le servía la esperanza a un ser que ya se encontraba más muerto que vivo?

¿De que le servía la esperanza a Mauro, cuando su cuerpo no era más que una vasija vacía?

¿De qué servía todo ahora?

¿De qué servía todo ahora?

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-Mauro, buenos días. - Spallatti saludo animadamente a Monzón, habiendo ido a visitarlo como solía hacerlo todos los días, después de ir al instituto.

Aunque había veces, en las que no iba a clases, para pasar todo el día junto con Monzón. Sin importarle los problemas en los que se podía meter por sus constantes faltas.

-¿Cómo estás? - preguntó con una leve sonrisa, para acercarse rápidamente al otro, dejando su mochila en el suelo. -¿Cómo estuvo tu día? - indago, pero el ojiverde lo vio sin pronunciar ningún balbuceo o hacer el intento de comunicarse con señas. -Hoy en clases te extrañe mucho. - confiesa un poco sonrojado y triste a la vez, mientras sacaba algo de su mochila. -Valentin, Daniel, Dam y algunos más te mandan saludos. - dice, para después mostrarle al otro una bolsa de gomitas en forma de ositos. -Pase por un kiosco antes de venir, pero no sé lo digas a nadie. En especial a esa enfermera de cabello canoso, que siempre me ve extraño cuando vengo a visitarte. - confiesa.

|| Mudo: Litcko : FINALIZADO : ✅  ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora