|| Mudo: Litcko : FINALIZADO : ✅ ||

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Martina llegó a casa a eso de las cuatro y media, un poco más temprano de lo habitual, pero había tenido un día demasiado "pesado" con ciertas clientes exigentes, así que su jefa le permitió irse a casa unas cuantas horas antes.

Así que ahí estaba la morocha entrando a lo que era su hogar desde hace años, estando más que deseosa por tirarse en su cama y descansar un poco, pero nada de la poca paz y tranquilidad que quería tener, iba a llegar a sus manos tan rápido.

-Martina. - Alicia llama a su sobrina, quien solo suelta un pesado bufido al escucharla hablar.

-¿Qué? - la contraria consulta con molestia, no habiendo notado a la mayor, quizás porque su única idea era acostarse un rato, y no estaba dispuesta a distraerse con cosas de su entorno.

-¿Cómo puede ser posible, que no me hayas dicho que Sativa desapareció y que Mauro perdió su teléfono? - Alicia cuestiona, ya sabiendo la verdad del porque el ojiverde se había ido a dormir temprano el día de ayer, y lo que desencadenó el fuerte ataque de ansiedad que aquel tuvo en la mañana. -Y también quería preguntarte, ¿El por qué no respondiste mis mensajes y mis llamadas? - agrega, estando demasiado molesta con la ojiverde, quien solo la ve con indiferencia.

-No tenía ánimos de hablar con vos, además que estaba trabajando y no quería que me retaron por responderte. - aquella responde sin más, como si no entendiera lo que la mayor quería decirle. -Después de todo, no creo que haya sido por algo importante.

-¿Cómo no ibas a saber que era algo importante si no respondías? - la rubia pregunta, no creyendo hasta donde podía llegar la indiferencia y resentimiento que Martina le tenía a Mauro.

-No me hubiera importado de todos modos. - la ojiverde replicó, notando hasta el momento que su hermano no estaba cerca. -¿Y Mauro? ¿Dónde mierda está metido? - inquiere, consiguiendo que su tía pierda lentamente la paciencia que le estaba teniendo.

-¿Ahora sí te importa, verdad? - ella dice, pero la contraria solo rueda los ojos por sus palabras. -Y para tu información, Mauro está dormido en su habitación, lleva horas dormido a causa de las pastillas que le dieron. - indica. -El pobre sufrió de un fuerte ataque de ansiedad cuando te fuiste y me tocó llevarlo al hospital porque no respondía de buena manera. - le confiesa -Parecía que se ahogaba y su pulso estaba demasiado acelerado. - agrega, recordando el mal rato que había pasado.

-¿Y por qué lo llevaste si ya sabías lo que tenía? - la ojiverde le pregunta sin interés o preocupación por lo que había escuchado. -Mejor lo hubieras dejado solo, capaz así aprendía a no ser tan dramático, o nos hubiéramos podido deshacer de él de una buena vez. - habla con una voz exageradamente alta, como si quería que Mauro la escuchará, a pesar de que sabía que este se encontraba dormido.