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-"Che, mira allá viene el mudito." -
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☆ Donde Matías y Mauro son mejores amigos pero el segundo es mudo ☆
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-Entonces, ¿no piensan decirme nada? - cuestionó Martina, la hermana de Monzón.
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Martina Monzón, veinte años de edad, morocha, alta, de cabello largo y lacio, ojos verdes, casi similares a los de Mauro, siendo prácticamente, la versión femenina de este. Aunque para Matías, el ojiverde era mucho más atractivo que ella, y a pesar de parecerse mucho, el carácter de ambos era sumamente diferente, mientras que Mauro era alegre y divertido, Martina era seria, un poco amargada, y bastante sobreprotectora.
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Razón por la cual, Matías y Mauro sabían que estaban en problemas, este último, sin pensarlo dos veces, se quitó de encima a Ignacio, quien cayó de sentón al suelo, para luego dedicarle la sonrisa más inocente que tenía a la morocha.
-Para la próxima se más gentil, gil. - comentó Spallatti, dándole un ligero golpe en el hombro a Mauro.
-Hola, sigo aquí. - dijo la mayor con sarcasmo. -¿Que hacían? - cuestionó cruzada de brazos, en espera a que alguno de los dos respondiera a su pregunta.
-«¡Tina!» - exclamó el ojiverde. -«¿A qué horas viniste?» - preguntó, en busca de cambiar el tema, y de paso salvarle el culo a Matías.
-Vine hace poco. - respondió la mayor entre dientes. -Pero eso no va a funcionar. - aclaró, sabiendo de antemano lo que su hermano trataba de hacer. -¿Hasta cuando, vas a dejar de llamarme así? - cuestionó con una sonrisa. -Cada vez que estás en problemas, me decís "Tina" para que no te vaya mal. - agregó como si nada, logrando que el contrario viera su plan frustrado.
-Este... - carraspeo Matías. -No hacíamos nada malo, solo nos caímos de la
cama por estar jugando, nada más. - informó, no siendo suficiente para convencer a Martina.
-¿Jugando? - dijo está, dando un paso hacia adelante. -¿Que tipo de juego?, ¿si se puede saber? - interrogó.
-«Ya sabes, boludeces, cosas sin sentido.» - dijo Mauro,mientras se levantaba del suelo, siendo imitado rápidamente por el ojicafe. -«¿No tienen sed?, porque yo sí tengo.» - comentó con nerviosismo, siendo lo primero que se le cruzó por la cabeza. -«Voy por un vaso con agua, ¿ustedes no quieren uno?» - consultó, dándose cuenta de que ninguno de los dos le estaba prestando atención, por lo que a pasos lentos, salió huyendo de la habitación.
