𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 79

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Narra Mía

Tengo que admitir que estaba algo nerviosa, sería algo incómodo hablar con la ex de mi novio, que además le robó.

Pero me distraía mientras atendía a la gente que venía a la cafetería, desde que Payton y yo pusimos todos esos carteles por la ciudad.

Entonces, vi como esa pelirroja, entró a la cafetería y se sentó en una de las mesas cerca del escaparate.

Yo respiré hondo, arreglé mi delantal y me acerqué con una de mis mejores sonrisas.

Yo: Buenos días Sandra -dije cuando llegué a la mesa.

Sa: Buenos días Mía, bonito delantal -dijo riendo.

No sé si se reía de mí, o era para calmar la tensión.

Yo: Dime, ¿qué quieres?

Sa: Un cappuccino estaría bien.

Después de prepararlo, lo llevé a su mesa, junto a una galleta de las que había preparado Marisa.

Sa: Oye Mía ¿podrías quedarte? Me gustaría hablar contigo.

Yo: Si, claro, espera a que atienda a las demás personas.

Cuando acabé, me senté junto a ella en la mesa.

Sa: ¿Cómo os conocisteis? Payton y tu.

Yo: En una cafetería de la ciudad en la que solía vivir, hablamos un poco, y en ese momento comenzamos a hablar, y al poco tiempo de salir me mudé con él aquí, a Nueva York.

Sa: ¿En tan poco tiempo?

Yo: La situación en mi casa no era la mejor, mis padres me odiaban, y me siguen odiando, bueno, a Payton y a mi.

Vi como ella agachaba la mirada.

Yo: Pero ahora estoy con quien quiero, así que estoy bien.

Ella sonrió, pero esa era una sonrisa falsa.

Empezó a mirar la cafetería, y se quedó pensando un rato.

Sa: ¿No te da pereza regar todas estas plantas? -dijo riendo leve.

Yo: Me gustan, pero son demasiadas -reí- por cierto son las doce, tengo que regarlas.

Sa: ¿Podría ayudarte? -dijo algo tímida.

Yo: Eso sería genial, ven, acompáñame al almacén, allí tenemos las regaderas y el agua para llenarlas.

La guié hasta el almacén, y allí, le di la regadera que necesitaría, mientras rellenaba la mía, noté como el agua fría caía por toda mi espalda.

Sa: Eres demasiado estúpida cariño, ¿de verdad te piensas que quiero tener algún tipo de amistad contigo? Te equivocas.

Volcó tordo el contenido de la regadera en mi, y yo quedé empapada.

Sa: Mía, tenlo claro, no tienes nada que hacer con Payton, eres tan estúpida, que teniendo un novio rico, trabajas de camarera, me das pena. En cambio, yo, si que tengo una oportunidad con él, y la voy a conseguir.

Tiró la regadera y se fue.

Yo fui hacia la oficina, para coger el teléfono y llamar a Payton.

No dejaba de llorar, y un nudo se formó en mi garganta.

Payton cogió el teléfono.

P: ¡Hola princesa! ¿Qué tal con Sandra?

Yo: B-bebé -dije intentado hablar- ¿podrías traerme el uniforme que tengo en casa? Ha pasado algo.

P: ¿Quieres hablarlo cariño?

Yo: No, ahora no ¿puedes darte prisa por favor?

P: Claro princesa, estoy allí en cinco minutos, tranquila.

Cuando colgué rompí a llorar.

No quería que Sandra me alejara de Payton, y odiaba que me tratara así de mal, yo no había hecho nada.

Cuando acabé de regar las plantas, ya me había relajado un poco, y cuando Payton entró por la puerta corrí a sus brazos.

P: ¿Qué ha pasado cariño?

Yo: Ha sido Sandra, me iba a ayudar a regar las plantas, pero me ha empapado, y me ha empezado a insultar, por trabajar de camarera a pesar de que tu tienes dinero, y me ha dicho que no tengo oportunidad con ella -sequé un par de lágrimas que me caían.

P: Toma -dijo dándome el uniforme nuevo- primero cambiate princesa -besó mi frente y sonrió.

¿𝗦𝗮𝗹𝘃𝗮𝗱𝗮? - 𝗣.𝗠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora