𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 3

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P: Sí, en realidad solo es una, no puedes entrar en mi despacho, o si no, serás castigada.

Yo: ¿Cómo?

P: No te lo diré, ¿la has entendido?

Yo: Si...

P: Me tengo que ir a trabajar, volveré a las 7 -beso mi frente- adiós.

Yo me despedí de él con la mano, al irse, oí como echaba las llaves, y oí su coche alejarse, yo fui a la biblioteca.

No sé cuanto tiempo estuve allí, pero escuche la puerta abrirse.

P: ¿Princesa?

Yo salí de la biblioteca y el me sonrio.

P: ¿Que tal tu día?

Yo: Bien.

Él me elevó haciendo que enredara mis piernas en su cintura y empezó a acariciar mi pelo.

P: No habrás leído todo el día -dijo divertido.

Yo miré a otro lado con una sonrisa tímida.

P: ¿Y no has comido?

Yo: La verdad es que no tenía hambre.

P: Vamos a merendar, y me hablas del libro que estés leyendo, o ya te lo has acabado.

Yo: Me lo he acabado -murmure

El rió y beso varias veces mi mejilla.

P: ¿Estás cómoda en la biblioteca? -asentí- si te sientes mal aquí házmelo saber, yo intentaré hacer lo mejor posible.

Yo: No me encuentro ni mal no bien...solo que no cojo confianza muy rápido...

P: No pasa nada, ¿quieres palomitas y vemos una peli?

Yo asentí, después de hacer las palomitas fuimos al salón, elegimos la pelicula y el rodeó mis hombros con su brazo yo me apoye en su pecho, y así, sin darme cuenta me quedé dormida.

Al rato, me desperté por qué oí como Payton gritaba y tiro algo al suelo, yo me levante del sofá con cuidado, y me acerque a él, estaba hablando por teléfono muy furioso, yo me acerqué con cuidado toqué sus hombros intentando relajarle pero el me empujó haciendo que cayera.

El seguía muy furioso, tiraba las decoraciones que había por el salón y yo me abracé a mi misma, tenía miedo de que me hiciera daño.

Yo: Por favor para -dije débil.

Tiró una decoración cerca mía.

Yo: Para ya.

P: ¡¡Tu a mi no me dices que hacer!!

Entonces sentí un fuerte ardor en mi mejilla derecha, me había pegado, prometió nunca hacerme daño y no lo cumplió.

Del daño que me había hecho yo empecé a llorar, entonces los ruidos y chillidos cesaron, solo se oía como yo lloraba.

P: Princesa.

Yo: No me hagas más daño

P: No te voy a hacer daño, no llores por favor.

Yo: Lo prometiste,me dijiste que contigo no sufriría y me has hecho mucho daño -sollocé.

P: Lo siento mucho princesa, he tenido un ataque de rabia y no me controlo.

Yo seguía abrazada a mi mis tenía la cara escondida entre mis rodillas.

P: Déjame ver que te he hecho.

Yo negué con la cabeza, en cambio el levanto mi cabeza con cuidado y la inclinó hacia el lado izquierdo, para poder ver mi mejilla, entonces lo rozó y yo gemí de dolor.

P: ¿Esto te lo he hecho yo? -con la voz entrecortada.

Yo asentí ligeramente.

P: ¡Soy estúpido! -tiró otra decoración.

Yo: No ya no más -sollocé.

Él se acerco a mí, abrió sus brazos y me abrazó, noté como escondía su cara en mi cuello y comenzó a llorar.

P: Soy un monstruo.

Yo acaricié su pelo para intentar relajarle, no sabía por qué lo hacía, pero sabía que él lo necesitaba.

P: Por favor perdóname -lloraba.

Yo: Si.

P: ¿Me perdonas? -separó su cabeza de mi cuello y pude ver las lágrimas que pasaban por su cara.

Yo asentí y seque sus lagrimas.

P: Princesa no volveré a romper mi promesa.

Yo: No lo vuelvas a hacer por favor, me duele mucho.

P: ¿Puedo curarte?

Yo: Si, ¿me puedes tomar en brazos?

Él asintió y me elevó, yo escondí mi cabeza en su hombro, y mi respiración se empezó a calmar, tomó hielo y lo puso en mi mejilla con mucho cuidado, él, sostenía el hielo.

Yo: ¿Me puedes explicar lo que ha pasado? -pregunté después de un rato.

P: Me dan estos ataques desde que soy pequeño y siempre pegaba al primero que me encontraba, esa es una de las razones por las que mi familia me odia, pero nunca me voy a perdonar el haberte pegado, aún que tu lo hayas hecho.

Yo: Pero cuando te ha dado el ataque estabas hablando por teléfono...

P: Me ha llamado mi familia, siempre que me quieren hacer daño, me llaman y me recuerdan lo solo o lo loco que estoy, pero yo no creo eso, no estoy loco, y te tengo a ti.

Yo: Yo tampoco estoy sola.

Puse mi mano sombre la suya, y él la entrlazo.

P: ¿De verdad que por esto no te sientes más incómoda?

Yo: Ya me has explicado lo que te pasa, y lo entiendo, a mi por ejemplo, me dan ataques de ansiedad, y algún día tendrás que lidiar con eso.

P: Claro que lo haré, siempre te cuidaré -rozó mi mejilla.

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Hola holaa, este ya es el último cap del día, así queeee mañana más!


¿𝗦𝗮𝗹𝘃𝗮𝗱𝗮? - 𝗣.𝗠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora