¿𝗦𝗮𝗹𝘃𝗮𝗱𝗮? - 𝗣.𝗠

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 75

Cuando salimos de la comisaría, nos dirijimos a Central Park, allí nos sentamos en un banco mientras acabábamos nuestros cafés.

Él tomó mis manos y acarició el pequeño anillo de plata que me regalo hace un par de semanas, no me lo quitaba nunca.

P: Nunca hemos hablado de nuestros...romances del pasado.

Yo: Esque yo no tengo ninguno bebé -reí sonrojada.

P: ¿Nada de nada? -yo negué- ¿osea que yo he sido el primero en todo?

Yo: En todo bebé -besé su mejilla.

P: Pues yo...si que tuve, y fue uno muy importante para mí, pero en el pasado, ahora eres tú -dijo sincero y acarició mi mejilla.

Yo era consciente de que Payton era alguien muy atractivo, y con una vida muy social, y que por eso, tuvo varias relaciones.

P: La verdad no sé cuántas he tenido exactamente, pero solo sé, que todas ellas fueron por interés hacia mi dinero...por eso siempre pensaba que te interesaba más por mi dinero...o cosas así ¿sabes?

Yo asentí comprensiva.

Yo: Pero bebé, tienes claro que no es así, ¿verdad?

P: Si, claro que si princesa, por eso voy a contarte lo siguiente.

Le miré atenta.

P: Hará un tiempo, contraté a una secretaria que se llamaba Sandra, pasó el tiempo y nos "enamoramos" -dijo haciendo las comillas- bueno, al menos yo lo hice.

Se le veía algo triste mientras que lo contaba, así que puse mi mano en la suya para darle apoyo.

P: Después de un tiempo, comenzamos a salir, y a la vez, comenzó a desaparecer mucho dinero de mis cuentas bancarias, y me di cuenta de que Sandra era la causante de ello, y comenzamos una serie de juicios.

Yo me quedé de piedra, ¿cómo alguien podía ser así?

P: Un día vino a mi casa por sus cosas y me gritó como una histérica cosas que me gustaría no haber escuchado jamás, y me costó superarla, hasta que llegaste tú, mi princesita.

Yo sonreí y cerré los ojos cuando sentí los labios de Payton en mi frente.

Él me tomó para sentarme encima suya, yo me sonrojé ¿y si alguien nos veía así?

Yo: Payton nos van a ver -dije abrazándole y escondiendo mi cara en su cuello.

P: Pues que nos vean, que vean que eres mía -dijo esto último susurrando.

Yo reí y le abracé más fuerte.

P: Los ojitos de mi princesa, su carita, su personalidad, su cuerpo y todo de ella hizo que me enamorase más de lo que jamás lo he estado.

Me separé de su cuello y le besé.

Yo: Yo esque nunca me he enamorado -dije algo tímida- bueno, hasta que te conocí, y creo que no me veo capaz de sentir lo que siento por ti con alguien más.

P: ¿De verdad princesa? -preguntó con una sonrisa.

Yo: Claro bebé -reí.

Él empezó a darme muchos besos que hicieron que comenzará a reír.

P: ¿Querrás venir a los juicios conmigo mi vida?

Yo: Si, en casa me aburro -dije algo apenada- pensé trabajar en una cafetería, pero no necesitamos dinero...

P: Ey ey ey, no digas eso, ¿tú de verdad quieres trabajar en una?

Yo asentí ilusionada.

¿Qué haría?