Upsída: Jintae | Omegaverse - [Cmpt✔️]

~16~

En Bucheon Seongju Mountain cerca de Wonmi, un omega de unos veinticinco años corría despavorido cuando la noche había caído. Sentía su respiración forzada en sus pulmones, su corazón latiendo a mil por horas y el terror que le recorría por toda su anatomía. Sus feromonas eran de puro miedo y desesperación, él sabía que no tendría que haber salido a correr aquella noche. Pero el sujeto había tenido un día duro en el trabajo, por lo que necesitaba relajarse.

Recordaba salir listo para tener un día entretenido por el bosque, sus piernas necesitaban estirarse, era un amante del deporte, senderismo y que mejor lugar, el problema era que se había emborrachado tanto cuando había hecho una pausa que, necesitaba descargar su vegija, antes de subirse a un taxi y regresar a su casa, por lo que al escabullirse entre la arboleda, un ruido de ramas secas lo había alertado y un gruñido antinatural lo había hecho sentir que su respiración se atascaba.

No tendría que haber bebido solo en un lugar como ese, pero quería algo diferente esa noche para poder distraerse de lo mal que le había ido en el trabajo, cuando terminaba sus necesidades, se ponía decente, miraba algo desorientado alrededor, pero la luz ya estaba comenzando a disminuir. Y cuando las feromonas de otro omega enfurecido cerca de él, lo hicieron trastabillar y caer de culo a la tierra, sus ojos, pesados y nublados no podían creer la bestia que tenía a solo unos diez o quince metros de él.

Y luego el destello de unos ojos verdes, le hacían helar la sangre... Ese lobo, era un omega, sentía su aroma, su esencia y no se veía para nada amigable. Por lo que automáticamente se ponía de pie, recordando en primer lugar lo que había deseado hacer y era correr, así se encontraba al inicio de esto, corriendo como un demente mientras la bestia de cuatro patas iba tras él, gruñendo y segregando saliva a través de su mandíbula y sabia que gritar por ayuda, en el lugar donde estaban y en el horario de la tarde noche, no había forma que alguien le oyera.

Cuando había girado su cabeza para ver a la bestia, veía como daba un último salto que le aseguraba, lo atraparía de inmediato por la que hacía un último esfuerzo, corriendo con sus músculos ardiendo, pero tropezaba con una rama, aterrizaba salvajemente sobre la tierra, giraba unas vueltas salvajes y golpeaba su cabeza a la raíz sobresaliente de uno de los tantos árboles y perdía el conocimiento.

Todo había sucedido mientras SeokJin y TaeHyung habían tenido su madrugada salvaje de ensueño.