𝓒𝓪𝓹𝓲́𝓽𝓾𝓵𝓸 23

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Me tomo el cabello en una coleta y bajo a la cocina de mi casa, para buscar algo de comer

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Me tomo el cabello en una coleta y bajo a la cocina de mi casa, para buscar algo de comer. Mis padres salieron a dar un paseo sin mí, como yo me he pasado estos últimos 4 días como una amargada. El día que volví a mi casa estaba feliz, porque vi a mis padres después de mucho tiempo, pero después volví a la misma rutina que tenía en este lugar, aunque sintiendo un vacío en mí. Debo admitir que extraño bastante a Adrián y como la señal allá es un completo asco, no puedo mantener una conversación muy prolongada con él.

Tomo una banana de la frutera y me la como de manera rápida para volver a mi habitación a hundirme en mi propia miseria, pero alguien toca el timbre de la casa, por lo que de manera perezosa me dirijo a abrir.

—¿Jane? —digo un tanto confundida al ver a la chica al otro lado de la puerta —¿Qué haces aquí?

—A diferencia de ti, yo se decir las cosas a la cara —pasa por mi lado sin que la invite a pasar —No le llamo a otra persona para que te diga las cosas.

—¿De qué hablas?

—¿En serio te harás la estúpida? —suelta una risa sarcástica.

—No sé de qué hablas.

—Puedes ser toda una perra cuando te lo propones —voltea los ojos y se deja caer en el sofá —pero te refrescaré la memoria. Te di tu maldito espacio cuando te fuiste, para que pensaras las cosas con claridad ¿Y qué hiciste? ¡Me mandaste a la mierda! Y ni siquiera tuviste el valor de decírmelo a la cara, mandaste a la idiota de Eli. Que por cierto también me mandó a la mierda para estar con su amiga Marcia.

—¿Qué? —digo realmente confundida —¡Eli me dijo que no querías saber nada de mí!

—No me mientas —me apunta.

—Cuando Ale terminó conmigo la llamé y me dijo que él estaba con Marcia, que ellas eran amigas, a lo que agregó que tú no querías que te hablara.

—¡Esa maldita perra se las va a ver conmigo! —dice enojada —Esta noche la mato y no será un feliz año nuevo para ella.

—¿Ibas a pasar la cuenta regresiva con ella?

—La fiesta de año nuevo —dice como si fuera lo más obvio.

—Lo había olvidado —me encojo de hombros —Aparte, no es como si alguien se haya dignado a hablarme para invitarme.

—Desapareciste de la nada —me recuerda —si no fuera porque tus padres nos avisaron que te enviaron a otro país, no tendríamos ni idea de ti.

—La señal allá es un asco —me encojo de hombros —Incluso dejé de ser una persona dependiente del celular.

—¡Iugh! —hace una mueca —Estás hablando como ñoña.

—Lo siento, chica cool —me río —Jane —digo cuando ya he dejado de reírme —Significa que ¿Estamos bien?

Jugando con la RealezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora