Capítulo XIII

31 6 4
                                    

Dos semanas exactamente había pasado desde ese día, cada momento Arlet estaba pendiente de su amiga quien se encontraba muy bien a decir verdad, conversaba a menudo con Elix desde el refugio hasta cosas triviales, era un buen chico. Había pasado por mucho a lo largo de sus veintidós años, desde la perdida de sus padres y dos hermanos a causa de Cristo, acto orquestado por los cazadores, cuando él tenía quince años.

Desde esa edad tuvo que trabajar pues no tenía a nadie más, desde reparaciones de máquinas hasta funcionario de Ciudad Coliseo el chico pudo sobrevivir, pero un día le encargaron dirigir un espectáculo en el Coliseo y al ver como mataban a los cristianos se negó, decidió dejar esa vida en Ciudad Coliseo y escapar, quiso vivir lo más apartado de ese mundo. Obviamente los cazadores no lo iban a olvidar y su nombre fue colocado en la lista de capturas.

Se asentó en una casa hogar para cristianos, desgraciadamente los cazadores descubrieron el lugar y solamente quince personas, de las cuarenta que estaban allí, lograron escapar incluido él. Fueron encontrados por los insurgentes, o refugiados como los llamaban los cristianos, y gracias a ellos Elix se encontraba seguro. El mundo no era un lugar seguro para los seguidores de Jesús. Elian se había vuelto muy unido a Elix al igual que Honey, el pequeño grupo de amigos compartía entre ellos; estar solo en ese tiempo y siendo quienes eran podía volver loco a cualquiera pues no todos saben lidiar con el blanco que tenían en sus espaldas y muchos sucumbían ante el deseo de tener paz.

En momentos como esos, el aniversario del inicio de la persecución, muchos recordaban como había empezado todo. Esos años en los que podías ir a la Iglesia sin miedo a morir, en los que podías hablar de Dios en todas partes sin convertirte en un objetivo para los cazadores, en donde eras libre. Sintiéndose seguros muchos se volvieron cómodos, creyendo que siempre sería así, abrían sus Biblias una vez a la semana pensando que estas nunca serian desechadas, decían ser cristianos aunque su modo de vida no lo parecía porque confiaban en que las cosas siempre estarían bien.

El presidente de hace cien años de la nada presento una petición al consejo para exterminar a los cristianos por completo, para destruirles y quitarles todo. Y fue aceptada. No se supo cómo fueron convencidos, pero la petición se aprobó y al día siguiente una ley fue publicada en todos los medios la cual decía:

«Cualquier ciudadano u ciudadana de Ciudad Coliseo que crea, adore y hable de Dios, será encarcelado y condenado a muerte.»

Al principio se creyó un juego y las personas hicieron caso omiso a la advertencia, tarde se dieron cuenta de que no era una broma. Todos y cada uno de los cristianos fueron perseguidos y atrapados posteriormente se le llevaba ajuicio en donde tenía dos opciones: negar a Dios y vivir o seguir creyendo en Él y ser asesinado. Muchos le negaban pues el precio a pagar era muy alto; los que se mantenían firmes eran asesinados. Fue en ese entonces cuando se supo quiénes eran verdaderos cristianos y quienes no, se descubrió quienes cargaban el verdadero significado de seguir a Jesús y quienes solo fingían.

Al principio se les asesinaba por medio de la silla eléctrica o la inyección letal como cualquier criminal, pero luego los altos mandos decidieron empezar un espectáculo estrenado en el Coliseo, en donde se veían ser ejecutados, torturados y asesinados a todos los cristianos. Su causa se volvió objeto de burla y aquellos que se oponían a estos atroces actos nunca volvían a ser vistos.

Las Biblias fueron destruidas y quemadas hasta que no quedaron copias, ni en papel ni en digital, de estas, a excepción de una que estaba oculta en el refugio. Los cristianos empezaron a esconderse y al ser este un problema se creó a los cazadores.

Humanos cuyos cuerpos fueron modificados. Los brazos de estos fueron reemplazados por partes mecánicas, su columna vertebral fue reformada y vuelta indestructible. Sus ojos no eran humanos y se podía notar por el verde brillante que poseían, innatural. Sus cerebros fueron cambiados volviendo sus mentes eran superiores y su capacidad de memoria era perfecta, el arma perfecta. 

Cabe decir que ellos solo cumplían órdenes, no tenían voz ni voto, sus voluntades eran controladas y al ser su corazón humano y tener emociones humanas; muchas veces se oponían a cazar humanos, sin embargo cuando lo hacían eran obligados a cumplir la misión por la cual habían sido creados, implantes en su sien derecha los vigilaban e intervenían pasando electricidad por todo su cuerpo, cuando no querían matar. Si esto no funcionaba sus cerebros eran apagados dejándolos inmovilizados para luego programarles la orden de matar a los cristianos y nada podía evitar entonces, que la cumplieran.

Como habían cambiado las cosas en ese momento y ese día, exactamente el seis de marzo, se cumplían ciento diez años de persecución, de asesinatos cristianos, de muerte. Irónico pensar la celebración exorbitante que hacia el Coliseo ese día al igual que cada año que pasaba, como si fuera un logro o algo de lo cual estar orgulloso, no debía ser así, tendría que ser una vergüenza, una señal de lo podrido que estaba el mundo, de lo cínicos que podían ser los seres humanos.

Yannick se acerca a todos los chicos, incluido Elix, quienes se encuentran en el lugar favorito de Elian y Arlet, bajo el sauce en el campo de flores, que esta iluminado por lámparas de gas pues casi son las nueve de la noche, desde las tres de la tarde estaban allí y estaban a punto de irse. Arlan corre hacia él y Yannick lo carga en brazos:

- Tenemos una misión. Deben prepararse, ahora. – la forma en la que ordena y la evidente preocupación en su rostro, los alarma. No era de extrañarse, hoy era el aniversario ciento diez de Ciudad Coliseo, en días así los espectadores se incrementan para ver los asesinatos en el Coliseo, obviamente el espectáculo de medianoche, que estaba a pocas horas de realizarse, también debía ser mayor y para eso se necesitaban más juguetes.

Elian y Arlet se ven entre sí, el año pasado habían atendido a una llamada de auxilio el día del aniversario. Ese seis de marzo fue el peor, los cazadores llevaron drones con cámaras a donde se encontraban ocultos los cristianos, que era un enorme bosque, y a modo de cacería, en medio de la noche, empezaron a perseguirlos por todo el lugar disparando a los que miraban mientras los drones transmitían el suceso a todo el Coliseo. Mataron casi a cien personas esa noche mientras el Coliseo se reía y disfrutaba del espectáculo. Los chicos solo pudieron salvar a algunos, y a los que no simplemente podían observarlos al morir en tanto una despiadada multitud gozaba con sus muertes.

 Los chicos solo pudieron salvar a algunos, y a los que no simplemente podían observarlos al morir en tanto una despiadada multitud gozaba con sus muertes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
P E R S E G U I D O SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora