Capítulo XXXV

18 4 2
                                    

Elix da vueltas por el campo en el que se casaron los chicos, el tiempo parece eterno y que no estén es notable. Aún no ha visto a Honey, no se han encontrado o probablemente no quiere verla y tener que darle la noticia de que sus amigos están secuestrados, si, algo egoísta de su parte.

Arlan llora constantemente y todo el refugio es un caos. El chico trata de encontrar una manera para liberarlos, pero entrar en esa ciudad luego del aniversario de la persecución es una locura.

Sin embargo en la enfermería Arlet y Elian luchan para sobrevivir a pesar de que las máquinas se encargan de la mayor parte del trabajo. Fierce está fuera con los ojos cerrados y reposado en una de las paredes. Era su primera vez en un proceso de tortura, apenas hace un año se convirtió en cazador y sinceramente no sabía en qué se estaba metiendo. Era mitad máquina lo sabía, pero tenía sentimientos aunque estos se volvieran filosóficos algunas veces y quisiera apagar su cerebro, en ese momento su parte humana y robótica se encontraba en algún tipo de agujero negro y en donde no sabía qué hacer.

No sabía si guiarse por la lógica o el sentimiento, aunque claro, a Ciudad Coliseo solo le importaba que siguieras sus órdenes y si alguna de tus acciones no estaba en sus planes simplemente te apagaban y sometían tu voluntad a la suya. Siendo sincero Fierce desde que se volvió cazador no se sentía libre, cumplía lo que pedían, pero no tenía propósitos o sueños propios.

Y luego veía a esos chicos que luchaban fieramente por su fe, que no les importaba morir por defender a quien seguían. Le sorprendía su determinación, su libertad, su completa humanidad. Entonces sabía lo que tenía que hacer, sentía un fuego en su interior que no sabía cómo describir, su humanidad o lo que quedaba de ella le instaba, sus latidos aumentaban era algo que no podía describir o entender, pero decidió no buscarle una lógica y simplemente sentir y seguir.

Mañana sería el espectáculo y no tenía mucho tiempo para planear que hacer, primeramente necesitaba ayuda.

Ingresando a la base de datos de todos los funcionarios del refugio busco quien podría ser de ayuda, eran muchos y a la mayoría de ellos no los conocía, algunos habían sido despedidos o apagados. Un nombre le llamo la atención: Elix Kray, negó llevar a cabo un espectáculo del Coliseo y escapo, para luego ser un objetivo de los cazadores. Sería una buena opción, esperaba que solo con él pudieran sacar a los chicos del lugar, afortunadamente aparte de los chicos no había otros cristianos atrapados, cada día disminuían y era porque o se ocultaban mejor o porque el Coliseo ya los estaba erradicando, personalmente deseaba que fuera real la primera opción.

¿Cómo lo contactaba ahora? Tal vez los chicos lo conocieran.

Entro en la enfermería y vio a Arlet sentada en una camilla mientras Elian estaba siendo atendido. Se acercó a ella para luego hablar:

- Quiero sacarlos de aquí. ¿Conoces a Elix? – susurra, la pelinegra lo observa asombrada y por un segundo no sabe qué pensar. Puede ser una trampa que la lleve a delatar a todo el refugio o que de verdad el chico quiera ayudar. No sabe que hacer, pero por alguna extraña razón confía en él así que asiente con la cabeza afirmando su pregunta.

- Es mi amigo. – responde, no sabe si llamarlo así, después de todo él podría ser el culpable de que los secuestraran, pero es algo que no puede creer.

- ¿Sabes cómo contactarlo? – pregunta Fierce con cautela. Arlet frunce el ceño, decide confiarle uno de los más grandes secretos del refugio por lo que contesta:

- Llama al 511, dile que eres amigo de Arlet y Elian y explícale tu plan. – le dice dándole el número de la línea de emergencia para cristianos, se está arriesgando mucho, lo sabe. Pero esa podría ser su única salida, no lo queda de otra.

- Arlet es un bonito nombre, Elian también. – agrega Fierce, Arlet cae en cuenta de que no había dado su nombre aunque dudaba un poco de que no lo supiera ya.

- Gracias. – responde la pelinegra y posa su vista en Elian, Fierce sale de allí para contactarse con Elix dejando a una Arlet sumida en sus pensamientos.

Fierce marca el número y unos segundos después se escucha una voz del otro lado de línea que dice:

- Línea de emergencia para cristianos. Dígame ¿Cuál es su emergencia? – pregunta una voz dulce y pacifica procedente de una chica.

- Me llamo Fierce necesito hablar con Elix Kray soy amigo de Elian y Arlet y necesito su ayuda para regresarlos a su hogar. – expone, omitiendo la parte de que es un cazador. Hay un silencio del otro lado que por poco y cree que la llamada se ha cortado.

- Un momento por favor. – pide la chica, su voz suena ahogada y contenida. Fierce asiente, como si pudieran verle, y espera pacientemente.

- Hola. – se escucha una voz diferente, gruesa sin dejar de ser amable y claro con algo de emoción contenida.

- Hola, soy Fierce. No me cuelgues antes de que termine de explicarte todo por favor. – pide antes de continuar sabiendo que quien es, puede negar su intención de ayudar. Lo único que desea es tener la oportunidad de proponerle su plan y ayudar, nada más. Aunque, claro, las consecuencias de ponerse del lado de los chicos pueden ser enormes e incluso asegurarle la muerte. Pero sabe que quiere y no sería de capaz de cargar con la culpa de poder haber ayudado y no haberlo hecho solo porque tenía miedo.

- Está bien, te escucharé. – responde Elix. Quiere a sus amigos de vuelta, no sabe quién es, no sabe si puede confiar en él, pero justo ahora no tiene otros planes para liberarles así que si se tiene que arriesgar a confiar en un desconocido e incluso asegurar su muerte juntamente no le importa. Eso hacen los amigos, eso hacen los cristianos.

- Gracias. Bien comenzaré por el principio.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
P E R S E G U I D O SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora