Capítulo XXXVII

19 5 4
                                    

Arlet y Elian abren sus ojos encontrándose en el cuarto de tortura. Observan que ya no está la mesa, ni las cadenas, ni los cazadores. Parece que ha llegado la hora, el camino se está acabando mientras los segundos y minutos pasan, las pruebas y obstáculos que han pasado parecen perderse entre sus recuerdos porque eso los llevo a ese justo momento. El momento, para muchos, decisivo en el que debes enfrentarte al pasado y la certeza de que no tendrás un futuro, o para otros el momento en el que deciden cambiar de opción, que eligen continuar viviendo a costa de todo.

Y por mucho que los demás elijan esa opción, cambiar de vida, elegir otra opción, ellos no lo harán, desde el principio en el que tuvieron conciencia de sus actos y entendieron lo que sucedía a su alrededor, lo que significaba verdaderamente seguir a Cristo, supieron que no sería fácil y que su muerte no era algo inesperado. Supieron a qué se enfrentaban y en esos momentos en los que tu vida parecía pasar por tu mente como una película, saben que lo volverían a hacer de nuevo, que tomarían nuevamente esa decisión aunque justo ahora deben pagar por haberla tomado.

Pero ¿Qué sería de ellos si no hubieran tomado esa decisión? No tendrían vida, ni meta, ni propósito. Porque su vida están en Cristo, su meta es el cielo y su propósito es seguir el camino que el trazo. Ellos no ven una vida sin él, una historia, una lucha, serian simples humanos que tienen vidas normales, trabajos normales y que seguirán con sus historias normales hasta que mueran; ¿Ellos? Ellos no tienen vidas normales eso es seguro, salvar a los cristianos de la muerte por seguir a Cristo no es un trabajo normal, de historias normales no tiene ni una pizca y sus muertes tampoco son cotidianas.

Muchos quieren ser diferentes, pero terminan cayendo en una normalidad, en una copia, solo con algunos cambios, de una historia ya contada. Sus vidas eran diferentes, sus historias también y sus muertes también lo serian.

- ¿Tienes miedo? – escucha Arlet pronunciar por parte de Elian dicha pregunta. Ella niega.

- No. No le tengo miedo a lo que sea que vaya a ocurrirme. No le temo a la muerte, sé a dónde iré. – responde con firmeza -. ¿Y tú? – pregunta a Elian.

- No. Al igual que tú, sé a dónde iré. Solo siento miedo por Arlan; él ha pasado por mucho y quisiera estar allí y decirle que todo va a estar bien, que tiene a alguien allá arriba que se preocupa por él y que lo ayudara cuando sienta que no pueda más. – expresa él con su voz a punto de romperse.

- Yo también siento miedo por él, pero sé que nunca estará solo y eso me consuela. – admite ella, se abraza a Elian sintiendo como su esposo juguetea con su cabello.

- Te amo. ¿Lo sabes, cierto? – escucha decir a Elian, ella asiente.

- Te amo. – ni un "yo también" o "siento lo mismo", un te amo sincero y verdadero -. Te amaré hasta que la muerte nos separé y aun después de ella.

- Aun después de ella. – repite Elian.

No hay miedo ni desesperación. Solo paz y tranquilidad sabiendo que al fin estarán con Aquel que los amo y se entregó a sí mismo por ellos.

Mientras tanto Elix camina por los túneles para llegar hacia los chicos, la hora del espectáculo está muy cerca y debe darse prisa. Escucho como se cae al suelo una de las circunferencias de metal que cubren las entradas al túnel. Se esconde detrás de una pared por propio instinto y prácticamente espiando ve como varios sujetos, aproximadamente veinte, entran al túnel y por último Honey.

Se abstiene de acercarse, algo en su interior le impide hacerlo. Ve como Honey se dirige a una de las placas metálicas que hay en la pared del túnel y luego de abrirla aprieta un par de botones y señala a los sujetos el camino que deben tomar, el de enfrente. No ve sus rostros pues están de espaldas a él hasta que desaparecen sin dar vuelta atrás por el cual el venía y que dirige al refugio, deben ser nuevos refugiados. Sale de detrás de la pared y continua su camino hasta llegar al agujero por el cual salieron en su misión a la ciudad, el día del aniversario, junto con los chicos.

Los recuerdos le colocan una sonrisa en el rostro y espera que tengan más historias y más misiones juntos. Se apresura a llegar al Coliseo más exactamente al área de salida y esperar que Fierce aparezca. La parte de atrás está prácticamente vacía, pero puede escuchar los gritos provenientes de dentro del lugar, el alboroto, la emoción de ver a cristianos morir, por más bizarro que eso suene. Escucha un ruido dentro del lugar y luego la puerta de la salida es abierta abruptamente.

Los causantes son un muchacho de piel morena, seguramente Fierce, acompañado de Arlet y Elian. El chico es obviamente un cazador, los ojos verdes exóticos y las partes metálicas en su cuerpo lo confirman, cosa que había obviado el chico cuando hablaron por llamada.

Sin embargo abraza con fuerza a sus amigos quienes le dan una sonrisa y corresponden el abrazo. No puede negar el miedo que sentía de llegar tarde, creía que no lo lograrían, pero Dios es bueno. Escucha a Arlet decir:

- Estamos bien, gracias por venir. – Elian igualmente le agradece con un fuerte abrazo y un "gracias" verdadero. Están allí por muy irreal que parezca y volverán a casa, a su lugar seguro.

- ¿Cazador, eh? – pregunta Elix directamente a Fierce quien se pasa una mano por el cuello algo nervioso.

- ¿Me hubieras creído si te lo hubiera dicho? – responde el chico con una pregunta, Elix niega ante su interrogante.

- Touché. – responde con una sonrisa -. Vale continuemos, creo que no tardarán mucho en darse cuenta de que no están.

Todos corren por las calles de la ciudad, las cuales están completamente despejadas gracias a la celebración. Arlet y Elian sujetan sus manos mientras continúan corriendo emocionados por saber que están a poco de llegar a casa. Verán a Arlan, a Yannick e Iliana, a Honey; se dan cuenta de lo mucho que los han extrañado y que no desean separarse de ellos nunca más.

El proceso no ha sido fácil, el camino tampoco, pero Dios está con ellos.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
P E R S E G U I D O SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora